París. Una de la tarde del último día de octubre de 2016. Dos mujeres almuerzan en un reservado del centro de la capital francesa. Se trata de uno de los restaurantes más de moda del momento en Francia, por lo que la discreción es una de las características más valoradas por los clientes habituales de este local. Apenas nadie repara en ellas y mucho menos caen en la cuenta de que se trata de dos reinas: una española y otra marroquí. Letizia y la Princesa Lalla Salma -en el país alauita la mujer del rey no recibe el título de reina- disfrutan de una comida entre dos personas con un destino parecido. Después de los postres -aunque en realidad ninguna de ellas comió dulce-, ambas tomaron un té y se marcharon para participar en el Congreso Mundial contra el Cáncer que en este momento estaba teniendo lugar en la capital de un país presidido por entonces por François Hollande. Nadie, salvo las dos interesadas, sabe de qué se habló en aquella mesa y de si la esposa de Mohamed VI le contó a la mujer de Felipe VI que su separación y ostracismo era un casi un hecho. Aquella comida quedará siempre entre ellas. Pero el desenlace en la corte alauita ya se conoce.
Esa fue la última vez que se vieron, en público y en privado, Letizia y Salma. El próximo martes -12 de febrero-, cuando nuestra reina aterrice en Rabat para comenzar junto a Felipe VI una visita de Estado, la princesa marroquí no estará esperando a Letizia a pie de pista para recibirla. Hace casi un año que su matrimonio con Mohamed VI terminó en divorcio, aunque oficialmente nadie ha comentado nada.
Un viaje que se ha anulado cuatro veces
Los Reyes viajan el lunes por la noche a Marruecos para realizar la visita de Estado que durará dos días y que ha sido retrasada a lo largo de tres años y anulada en cuatro ocasiones. La primera fecha fijada fue 2016 ya que se cumplía el 25 aniversario de la firma del tratado de Amistad y Cooperación entre ambos países. Pero el bloqueo político que siguió a las elecciones generales de 2015 en España y la crisis catalana obligaron a posponerla. Fijada para noviembre de 2017, se suspendió por la decisión del rey Mohamed VI de acudir a la cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana que se celebró en esas mismas fechas en Costa de Marfil. Concretada para enero de 2018, Marruecos la canceló abruptamente solo una semana antes sin dar explicaciones. Luego se sabría que la ruptura matrimonial del monarca fue la causa. Ahora parece que, por fin, los Reyes pasarán San Valentín en Rabat y Casablanca.
En el aeropuerto de Rabat, al lado de Mohamed VI estará otra Lalla: la princesa Lalla Hasna, la pequeña de los cuatro hijos de Hasán II y la que desempeña las funciones de Primera Dama de Marruecos desde que Salma desapareció del palacio real a principios de 2018.
"La Reina y Salma no son amigas, son conocidas. Letizia no tenía una relación con ella estrecha como puede tener con Máxima de Holanda. Se han visto algunas veces, la comida en París es cortesía, pero salió bien, entre ellas había química. Pasaron un rato muy agradable. Eso no quita para que no le de pena que no sea ella la que le acompañé durante la visita, se tenían cariño", cuenta a EL ESPAÑOL una persona que controla los entresijos en Zarzuela.
Normal que entre estas dos mujeres la química fuera evidente, ya que ambas han tenido vidas parecidas, aunque con distinto desenlace. Son mujeres modernas y profesionales: Letizia de la comunicación, Salma es ingeniera informática. Por ninguna de las dos corre sangre azul. Ambas vienen de familias de clase media (la marroquí, de la poca que hay en su país). Las dos querían darle un aire moderno a la monarquía de su país. Pero hay algo decisivo en el devenir de ambas en la corte de sus respectivos países: lo que más unía a estas dos reinas era la mala relación con sus cuñadas. Con distinto desenlace: mientras la española ha salido airosa de su batalla con su familia política, Salma ha terminado fuera del Palacio Real.
En la familia real alauita el núcleo duro lo conforman los cinco hijos del fallecido Hassan II y su segunda esposa Lalla Latifa Hammun. Cada uno de ellos, a su vez, ha tenido sus propios vástagos y forman la gran familia real, que se reparten entre los palacios que poseen en Marruecos. Poco importa, por tanto, que el rey pase más tiempo en París que en Rabat, porque sus hermanas y hermano, el príncipe Moulay Rachid, guardan el reino.
Por eso no hay una grieta entre ellos. El silencio impera dentro y fuera de palacio cada vez que un periodista pregunta por el paradero de la ex mujer de Mohamed VI. Invisible pese a su llamativa y espectacular melena pelirroja. El foco público dejó de iluminar a Lalla Salma el 12 de diciembre de 2017, su última aparición en el museo que lleva el nombre de su ex marido en Rabat. El 21 de marzo del año pasado la revista ¡Hola! publicó una noticia que decía: "El rey Mohamed VI de Marruecos se divorcia de su esposa", y todos saben en el país vecino que la revista española y la casa real alauita se llevan más que bien.
De hecho, la publicación dirigida por Eduardo Sánchez Pérez tiene una edición marroquí que se vende como churros al otro lado del estrecho. Pero oficialmente nadie lo ha confirmado ni desmentido. "Ni tiene pinta de que vaya a pasar", comenta una fuente de Zarzuela, "lo que es cierto es que como Lalla Salma ya no es miembro de la Familia Real ya no la verás en ningún compromiso oficial", sentencia.
No ocurre lo mismo con su hijo, el príncipe Mulay Hasan, que está a punto de cumplir 16 años. Lo que motiva la publicación constante de reportajes y fotos en los diarios marroquíes. En ninguna de las fotos aparece con su madre. El heredero cada día tiene más presencia pública en su país. Ha comenzado sus estudios de aviación, se sacará el título de oficial militar y de ingeniero aeronáutico, eligiendo una rama más científica que su padre, que estudió derecho.
En cambio, su madre, cuyo nombre de soltera es Salma Bennami, ha desaparecido de toda escena. Confirmado por la revista ¡Hola! el divorcio, ella conserva el título y favores por ser la madre del futuro rey de Marruecos, pero ha perdido, a favor de Mohamed VI, la custodia de sus dos hijos.
La anfitriona de Letizia en Marruecos
Pero Mohamed VI no estará solo acompañando a los Reyes durante la visita de estado a Marruecos. El rey marroquí tiene a su lado a su hermana menor, la Princesa Lalla Hasna. Con 50 años, es una mujer divorciada, madre de dos hijas, Lalla Oumaima y Lalla Nouhaila. La relación entre las excuñadas Lalla Hasma y Lalla Salma no era mejor que la que acabaron teniendo Letizia y Cristina.
La nueva imagen femenina del reino nació en 1967, de pelo negro, labios rojos y rasgos muy marcados, hace meses hace las funciones de Primera Dama como presidir actos, como la reciente inauguración de la exposición ‘El Mediterráneo y el arte moderno’ en el Museo Mohamed VI de Arte Contemporáneo de Rabat. Asunto que antes correspondía a la mujer del rey.
La elección de la princesa Hasna para labores de representación no es una improvisación. Ella se ha volcado desde niña en asuntos culturales y sociales, pero sobre todo los relacionados con el medioambiente. Muchos la consideran una excelente embajadora que defiende, en foros nacionales e internacionales, el patrimonio artístico y el entorno natural de su país.
Letizia y la hermana de Mohamed VI podrán hablar en castellano si lo desean. Todos los hijos de Hassan II fueron educados en el palacio por niñeras españolas. El coronel de caballería Enrique de Zarandieta fue su profesor de equitación, por lo que hablar perfectamente español. Ha pasado grandes temporadas en Madrid, donde hizo buenas migas con los príncipes búlgaros, Kyril es uno de sus mejores amigos, y Kalina de Bulgaria y su esposo Kitín Muñoz, pasan largas temporadas en casa de Hasna cuando visitan Marruecos. En la capital española, también encontró su primer gran amor, el torero Miguel Báez Spínola, que después se casaría con la hija de Carolina Herrera.
En 1994, Hasan II eligió marido para su hija. Una cosa es el corazón y otra las normas marcada por el Corán. Lalla Hasna debía casarse con alguien de su rango .El elegido para convertirse en marido de la princesa fue el cardiólogo Kalil Benharbit. La historia acabó en divorcio. Ese no era el amor de Lalla Hasna.
Las tres hermanas del rey Mohamed VI –Lalla Meryem, Lalla Asma y Lalla Hasna– han hecho piña junto a su hermano para hacer desaparecer a su ex cuñada, la mujer que provocó el gran cambio sobre el papel de la mujer del rey, la ingeniera que renunció a los velos y se negó a actitudes sumisas durante los 16 años que estuvo casada con Mohamed VI.
Ahora, las cuñadas consideran que Salma aportaba una imagen frívola e irreconciliable con la tradicional rigidez alauí. Su sustituta, Lalla Hasna, quiere combinar con inteligencia el cambio y la tradición.
Así, aunque Letizia y Salma hicieron buenas migas, puede que con la nueva Primera Dama del país vecino tenga más en común de lo que ella misma piensa.