Luis Felipe tenía solo seis años cuando su padre, José Utrera-Molina, en aquel entonces ministro-secretario general del Movimiento (Falange Española y Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista) en el primer Gobierno de Carlos Arias Navarro, le llevó al Palacio del Pardo para que conociese a su jefe, Francisco Franco. Era 29 de diciembre de 1974. Cuarenta y cinco años después, este abogado sevillano no recuerda mucho de aquel encuentro en ese despacho, pero sí una frase que le dijo el dictador cuando se despidió de él, según cuenta a EL ESPAÑOL, y que guardó en su memoria: "Solo te pido una cosa, que seas tan bueno como tu padre".
Aquella frase marcó a Felipe Utrera-Molina (1968, Sevilla), sobre todo porque hacía referencia a su padre, al que desde que tiene uso de razón ha sido "su referente" en todos los sentidos, asegura a este diario. Ahora, es su nombre el que ha aparecido estas últimas semanas en los medios de comunicación asociado a la exhumación de los restos del dictador. Este abogado es en el que ha confiado la familia para defender sus intereses en la batalla judicial.
La familia Utrera-Molina siempre mantuvo una relación de afecto y lealtad hacia los Franco. De hecho, el ministro-secretario Utrera fue uno de los últimos fieles al régimen con los que contó el dictador. "Mi padre fue ministro de Franco y siempre ha existido una relación de afecto con la familia Franco. Su hija, Carmen me designó como su albacea, evidentemente está claro que existe una relación desde hace tiempo", cuenta este letrado.
Una confianza que se ha extendido con el paso de los años de padres a hijos, e incluso a los nietos. La hija del dictador, Carmen Franco Polo, antes de su muerte -en 2018-, eligió a Felipe Utrera-Molina como el albacea universal encargado de tutelar la herencia de la entonces Duquesa de Franco. Poco después han sido los siete nietos del dictador quienes han vuelto a elegirle para que defienda como abogado los intereses de la familia y conseguir que los restos del Francisco Franco no sean exhumados del Valle de los Caídos, tal y como pretende el Gobierno de Pedro Sánchez desde que comenzó la legislatura en 2018, con la aprobación de un decreto ley.
Una batalla legal en la que la familia "va a ir hasta el final", explica este licenciado en Derecho por la Universidad Pontificia de Comillas. "El Gobierno se mueve en el campo de la propaganda y nosotros en el del Derecho. A mi me corresponde la defensa de los derechos de mis clientes, derechos que pretenden atropellar arañando un puñado de votos. Ese no es mi partido, el mío es otro. Estamos tranquilos y confiamos en la Justicia", apunta a este diario.
La relación de amistad
La relación entre ambas familias comenzó una vez que José Utrera-Molina (Málaga, 1926-2017) ocupó distintos cargos durante el régimen de Franco: fue gobernador civil de Sevilla, Ciudad Real y Burgos, subsecretario de Trabajo y ministro de Vivienda en el gabinete presidido por Carrero Blanco. Además, este malagueño siempre estuvo estrechamente ligado a la Falange. Tras el asesinato del almirante Carrero Blanco, José Utrera se convirtió en ministro-secretario general del Movimiento en el Gobierno de Arias Navarro. Y una vez murió Franco, se incorporó a la Alianza Popular de Manuel Fraga y fue candidato al Senado por Málaga, aunque no logró obtener el acta de senador.
Durante los últimos años de su vida también fue miembro del patronato de la Fundación Francisco Franco, que presidía Carmen Franco. Allí también fue donde se fraguó la amistad después entre su hijo Luis Felipe y la familia Franco. Además de su vinculación con esta, en la web de esta organización pueden verse varios artículos escritos por el hijo del ministro-secretario Utrera, entre ellos uno titulado La última batalla de Francisco Franco.
En este último artículo indice en que un "un gobernante de exigua estatura moral" -haciendo referencia al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pretende "hacer historia con minúsculas profanando la tumba de quien hace 82 años cometió la osadía de unirse a una sublevación cívico-militar contra un proceso revolucionario marxista y ser el primero y único en derrotar al comunismo en el campo de batalla: Francisco Franco Bahamonde".
La vinculación de esta familia andaluza con la Familia Franco también se pudo advertir tras la muerte de José Utrera-Molina en mayo de 2017, cuando un grupo de falangistas acudieron al entierro y cantaron el Cara al Sol, poco después la familia les mostró su apoyo. Al entierro que se celebró por su muerte acudieron sus ocho hijos. El mayor, José Antonio, registrador y notario en Sevilla, María del Mar, licenciada en derecho -aunque no ha ejercido nunca- junto a su marido, Alberto Ruíz-Gallardón, exministro de Justicia y exalcalde de Madrid, Rocío, Margarita, Reyes, conservadora de patrimonio nacional en el Palacio Real, Victoria, fiscal en la Audiencia Provincial de Madrid, y Luis Felipe y César, ambos abogados, especializados en asesoría de empresas, derecho procesal y del mercado de valores.
Sin embargo, una vez todos allí, se desató la polémica porque en el funeral se reunieron varios falangistas que cantaron el Cara al Sol. La reacción de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía fue abrir un expediente por presunta vulneración del artículo 32 de la Ley de Memoria Democrática de Andalucía. Los ocho hijos del exministro, al poco, hicieron pública entonces una carta en la que salían al paso de la polémica mostrando su apoyo tanto a ese suceso como a la Dictadura Franquista. “Yo organicé el entierro y el funeral de mi padre. Yo me responsabilizo de poner a mi padre su camisa azul y las cinco flechas en homenaje a él y a todos los que como él trabajaron con dignidad por una España unida, grande y libre”, zanjaron los Utrera-Molina.
Batalla judicial
Ahora, al frente de la batalla judicial una vez que el Gobierno apruebe este viernes el acuerdo para exhumar los restos de Franco, Luis Felipe Utrera-Molina insiste en que el Gobierno va a tener complicado conseguir su objetivo. Un fin para el que "han hecho caso omiso" a las alegaciones de todas las partes implicadas. Y para el que todo este tiempo, en el que el Gobierno ya había tomado una decisión, "la exhumación solo ha servido para tener una cobertura mediática".
"¿Cómo van a sortear la autorización de la Iglesia para sacar a Franco de allí?", le pregunta Utrera-Molina al Gobierno, que reconoció la "inviolabilidad de la Basílica", según dice. Otras de sus advertencias es que el Gobierno no puede decidir qué hacer con los restos una vez se exhumen. Este supuesto solo sería posible si la familia no se pusiese de acuerdo, o no se pronunciase. Cosa poco probable, según asegura este abogado, puesto que los Franco vana a luchar hasta el final.
En cualquier caso, una vez el Gobierno apruebe el decreto ley para la exhumación, la familia tiene un plazo de dos meses para interponer los recursos oportunos ante la Justicia. En su caso, según asegura a EL ESPAÑOL, la familia interpondrá un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Supremo y solicitará como medida cautelar la suspensión del "acto administrativo" y no se siga adelante el traslado de los restos. Si bien, teniendo en cuenta la posibilidad de que el próximo 14 de abril se celebren unas elecciones a nivel nacional, es posible que el dictador, por el momento, se quede donde está.
Aun así, no solo la familia Franco se dispone a emprender una larga batallar legal. También la Fundación Francisco Franco ha pedido a su equipo jurídico, encabezado por el ex magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Milans del Bosch -sobrino del excapitán general de la III Región Militar y uno de los militares que perpetró el Golpe de Estado del 23F- que ponga en marcha las medidas legales y judiciales necesarias para frenar los planes anunciados por el Gobierno de Pedro Sánchez.
En la actualidad, Santiago Milans del Bosch también ejerce la defensa del ex ministro Eduardo Zaplana, imputado por los presuntos delitos de malversación, blanqueo de capitales, cohecho y prevaricación en el denominado caso Erial.