La casa en la que Pedro L.N. veraneaba en Llanes estaba a pocos metros de la vivienda en la que residía Javier Ardines. Allí acudía con su mujer y su hija cuando llegaba el período estival, llegados desde su casa de Amorebieta, a las afueras de Bilbao. También acudían en otras épocas del año, pequeñas escapadas a lo largo del tiempo para echar el fin de semana allí. Ambas familias eran cercanas, muy cercanas. Pedro y su mujer mantenían una buena relación con el único concejal de Izquierda Unida en el ayuntamiento asturiano. Esa relación era también familiar: la mujer de Pedro y la mujer de Javier eran primas hermanas.
Esta misma mañana, Pedro, 48 años, natural de Bilbao, ha sido detenido junto a otras tres personas como autor intelectual, como inductor del crimen. "Compartían muy a menudo mesa y mantel", explican a EL ESPAÑOL fuentes próximas a la familia. Todavía no está claro si él mismo se encontraba en la escena del crimen la mañana que Javier fue asesinado o simplemente fue el autor intelectual del asesinato.
¿Qué le pudo llevar a Pedro, una persona tan cercana, tan próxima al concejal, a orquestar su asesinato? En el ojo del huracán, los investigadores tenían desde algunos meses el móvil pasional. Y en en ese triángulo sentimental, formado por Pedro, su mujer y Ardines, se han movido las pesquisas de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) que llevaban el caso.
Desde un primer momento, todas las opciones permanecían abiertas. Se tomaron muestras de ADN de todos los concejales y de todos los trabajadores del ayuntamiento. Se les interrogó a todos. Registraron las antenas de telefonía de la zona. Analizaron metro por metro el barco del concejal por si allí podrían encontrar alguna pista al respecto que desentrañase el misterio.
Se analizaron las posibles motivaciones políticas del crimen. Pero no se dejó de lado la posibilidad del crimen sentimental, del móvil pasional como motivo de fondo de que a Ardines planeasen asesinarle a la puerta de su casa.
Desde el pasado verano, precisamente, Pedro y su familia no habían vuelto a la localidad de Llanes. "Un tipo muy celoso. Su segunda residencia está allí. Es muy introvertido. Por lo visto, creyó que su mujer y Javier tenían algo", explican fuentes cercanas al núcleo familiar de Ardines a EL ESPAÑOL.
"Buena relación entre ellos"
Según señala la Guardia Civil, los investigadores han logrado identificar -tras medio año de pesquisas- a cuatro personas que habrían participado en los hechos. Se trata, afirman, de cuatro varones.
"Javier era un tío alto y fuerte. A Ardines no lo tumbaba un tío solo". Los vecinos y allegados de Llanes permanecían en los últimos días de agosto todavía sumidos en un estado de incertidumbre tras el presunto asesinato del concejal Javier Ardines. Pero tenían clara una cosa: Javier era un hombre de tremenda fuerza y con un enorme carácter. Era difícil, por no decir imposible, pensaban, que una sola persona hubiera podido acabar con su vida. Ya en aquel momento se barajaba ese asesinato grupal como una de las posibilidades.
Los cuatro mantenían buena relación entre sí. Ahora, las primeras informaciones, según fuentes próximas al caso consultadas por EL ESPAÑOL, apuntan a que Ardines habría mantenido una relación sentimental con la mujer de Pedro, uno de los cuatro detenidos.
El inductor del crimen habría hablado con un amigo y este a su vez con dos argelinos residentes también en Vizcaya y planearon de ese modo "darle un susto" al concejal a la puerta de su casa, según detallan esas mismas fuentes cercanas al caso.
Ensayaron el crimen durante varios días colocando las vallas en la puerta de su casa. Pero la mañana del 16 de agosto de 2018, cuando Ardines se levantó para ir a trabajar a su barco al puerto de Llanes, le asaltaron y le golpearon en la cabeza. Luego le agarraron del cuello hasta matarlo por asfixia. Fue así como le provocaron la muerte.
Su cuerpo quedó inerme en las inmediaciones de su casa, en Belmonte de Prías (Llanes). Un vecino encontró el cadáver sobre las ocho de aquella misma mañana.