Los sicarios que han sido detenidos por el asesinato de Javier Ardines, el concejal de Izquierda Unida en Llanes, cobraron más de 30.000 euros por el crimen del concejal. Esa es la cantidad que el presunto inductor del crimen, Pedro Nieva, habría pagado a los dos argelinos que fueron al pueblo asturiano a mediados de agosto para acabar con la vida del hombre que estaba, presuntamente, manteniendo una aventura con su mujer.
Fuentes cercanas a la investigación, según publica La Nueva España, detallan que el pago se realizó en varios plazos: primero hubo un adelanto antes de que cometieran el crimen. El resto se lo pagaron después.
Todos se preguntan ahora cómo un simple autónomo, propietario de una pequeña empresa dedicada a la electricidad (y quebrada a causa de la crisis económica )podía atesorar tal cantidad de dinero.
Dinero de la droga
La respuesta es sencilla. La Guardia Civil le atribuye ese nivel de vida y esa capacidad de contar con tantos ingresos a los negocios ilegales que presuntamente regentaba Pedro. En la casa de veraneo de Llanes, situada apenas a 100 metros de la vivienda de su amigo Ardines, fue detenido hace algunas semanas como responsable de la instalación eléctrica de un invernadero en el que cultivaba un millar de plantas de marihuana.
Sería, por tanto, el mundo de los estupefacientes el que habría nutrido de billetes la recompensa por "darle un susto" (eso dijo él) al concejal, que supuestamente mantenía una aventura con Katia, su mujer.
La jueza acusa tanto a Pedro Luis como a su amigo Jesús, a Djelali y al cuarto detenido en Suiza de asesinato. Tres de ellos (el cuarto ha de ser extraditado) se encuentran ya en prisión provisional y sin fianza.