Dos cortas llamadas telefónicas entre el presunto asesino y su víctima. Javier Ardines y Pedro Nieva hablaron por última vez 10 días antes del crimen. Fueron dos breves conversaciones, aunque presumiblemente intensas. No ha trascendido su contenido, pero se tuvieron que decir de todo, por lo menos de la parte de Pedro hacia el concejal.
Así aparece en uno de los apartados del sumario de más de 250 folios del caso al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL. A Ardines aquella conversación no le debió de sentar demasiado bien. Sabía por Katia que ya hacía meses que su secreto había sido encontrado por Pedro. Y quizás en esa llamada el marido celoso y, a la postre, presunto inductor del crimen, debió de mencionar a todos los demonios posibles.
Quizá por eso Ardines le bloqueó en su teléfono móvil poco después de la llamada. Y también a Katia, la mujer de Pedro, con la que llevaba treinta años de aventura sentimental.
La conversación se produce un día después de que Pedro revele al entorno familiar el romance entre su esposa y el concejal. La tarde de ese día, 5 de agosto, sin mediar palabra, Pedro envía un archivo de audio a las dos mujeres de la familia de Ardines.
El día de la conversación
Alba, la hija del concejal, tarda varias horas en responder. A las 22:14 le pregunta qué significa esa grabación de audio. Esa misma jornada, de mañana, su mujer coge el coche y parte hacia Llanes a pasar los primeros días de las vacaciones del verano. El escenario que se va a encontrar es que tanto su prima, la mujer del edil de IU, como la familia de esta conocen los hechos, saben ya la verdad.
Al día siguiente de todo esto el concejal y el presunto inductor del crimen establecen contacto telefónico. Es 6 de agosto de 2018. Es lunes y Ardines trabaja esa jornada, como todos los días, faenando en el mar. Al terminar la jornada en la costa llanisca recibe la llamada de su amigo y vecino de veraneo.
En ese instante, Pedro se encuentra en su casa de Amorebieta (Vizcaya), de donde lleva semanas yendo y viniendo a Llanes sin que casi nadie lo sepa. Solo los dos sicarios y su amigo, enlace en el crimen, conocen de sus travesías de incógnito a la zona mientras su mujer veranea allí.
En varias ocasiones acuden juntos para poder preparar el crimen. Para conocer las costumbres vitales del concejal de Izquierda Unida en Llanes. También para familiarizarse con los terrenos cercanos a su casa, que es donde van a perpetrar el asalto.
EL ESPAÑOL ha tenido acceso a los más de 250 folios del sumario del caso. En ellos, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil dan cuenta de sus pesquisas, de cómo fue urdido el crimen meses antes del 16 de agosto, de cómo Pedro buscó todos los métodos posibles para espiar a su mujer y poder saber qué hacía, con quién quedaba, si se veía o no se veía con Ardines.
Media hora al teléfono
El diálogo entre ambos se repartió en dos llamadas distintas. Eran las últimas palabras que se dirigían quienes antaño fueran compañeros de juerga y amigos.
La primera tiene lugar a las 15:17 de la tarde y cuenta con una duración de 21 minutos y 32 segundos. La segunda vez, unos instantes después, hablan 13 minutos y 45 segundos. Esta vez es Ardines quien efectúa la llamada para hablar con el presunto inductor de su asesinato. El contenido de ambas conversaciones no ha llegado a trascender y tampoco aparece en el sumario.
Ese día, Ardines borra de su aplicación de Whatsapp una conversación con Pedro Luis compuesta por tres mensajes. También por esas fechas bloquea en su teléfono tanto a la mujer con la que estaba liado como a su marido y nunca les vuelve a dirigir la palabra.
Jornadas después de revelarlo todo a los familiares de quien había sido su mejor amigo en Llanes, Pedro Nieva le envía varios mensajes al whatsapp sin saber que estos no le llegan. Uno de ellos es una versión del canto popular catalán de Els Segadors. También un punto, un simple signo, la jornada anterior del crimen.
Los celos le comían por dentro desde hacía meses. Llegado el mes de julio, y con él el período estival, non pudo aguantar más y comenzó la preparación del asesinato. El propio Pedro explica a la hija de Ardines en la conversación en la que lo revela todo cómo se encuentra tras saber que llevaba décadas siendo engañado.
- "Pues sí, por eso quería ir ella antes. Aunque les da igual que estemos, lo tienen fácil como dicen, y están muy cerca. Cuando íbamos para allí, ella muchas veces salía desde la mañana y yo cuando dejaba de currar a la tarde".
La hija de Ardines pudo entonces escuchar el famoso audio en el que a ambos, concejal y amante, amigo y prima política, reconocen sin saber que les escucha una grabadora encendida, la relación que existía entre ellos.
Ante las respuesta de Alba, Pedro, el presunto inductor del crimen, se muestra muy afectado desde el punto de vista emocional: "Lo siento, pensé que podría superarlo y no quería hacer sufrir a nadie. Pero no puedo más. Ahora también lo niega, dice que estaban tonteando. Pero lo dicen ellos mismos. Lo peor es que llevan muchos años".
"Y si hay que empezar de cero pues se empieza"
Alba dice que "aquí no sabíamos nada". Pedro le contesta al momento:
-"Yo lo escuché 1.000 veces. Al principio no podía ni terminar de escucharlo entero. Lo escuché con cascos y en silencio y bufff... Me rompo cada vez que lo escucho".
"Y si hay que empezar de cero, pues se empieza". Es lo que escribió Pedro Nieva nueve meses antes del crimen, la tarde del 13 de diciembre de 2017, justo después de revelar a Katia que conoce la aventura con el concejal. "A veces, ser fuerte no es suficiente". Quien más difícil lo tiene ahora, en ese sentido, es Nuria, la prima, la mujer del asesinado, quien ahora ha de sobrellevar esa doble carga impuesta por otros.