A Joshua Batun, malagueño de 32 años, lo mataron a puñaladas. Fue la madrugada del pasado 30 de diciembre cuando le propinaron 19 cuchilladas y arrojaron su cadáver en el Paseo Marítimo Pablo Ruiz Picasso de Málaga. Después, se dieron a la fuga. Pero antes de morir, Joshua cambió la foto de perfil que tenía en WhatsApp. En ella salía con Andrés Ismael Sánchez, el hombre que más tarde presuntamente le mataría.
Han pasado casi tres meses desde la noche en la que sucedió todo, pero el caso se ha reactivado ahora porque se ha levantado el secreto de sumario y la Policía está buscando la colaboración ciudadana para encontrar a Andrés Ismael, alias El tranqui, por su frecuente uso del trankimazín. Él es el que aparece en la última fotografía que se tomó Joshua y el principal sospechoso de haberlo matado.
El 30 de diciembre, Joshua se acercó al malagueño bar Guaraná, al que solía ir a menudo. Ahí estaba pasando las horas hasta que entraron dos parejas que le conocían. Una de ellas son Andrés Ismael y su novia María José Gálvez. La otra, unos amigos que han ayudado a las autoridades en todo momento a esclarecer lo poco que saben.
Los cinco se sentaron a tomar algo, eran las 3:30 de la madrugada, pero estuvieron una hora escasa hasta que decidieron marcharse a otro lugar. Cogieron el coche y estuvieron dando vueltas por Málaga pero no encontraron ningún otro bar abierto. En ese momento, la pareja de amigos decide irse a casa, se les está haciendo tarde y al día siguiente tienen que madrugar.
De ahí en adelante, Joshua se queda solo con Andrés Ismael y María José. Lo siguiente que se sabe es que Joshua yace muerto en el paso Picasso asesinado y ellos desaparecen. Las autoridades que llegaron al lugar de los hechos pensaron que se trataba de una víctima de tráfico, ya que el cadáver fue atropellado, pero poco después no tardaron en darse cuenta de que tenía numerosas puñaladas en el cuerpo, la mayoría en la espalda, según ha relatado Diario Sur.
Desde ese momento arrancó una investigación conducida por la Policía Nacional. Gracias a la fotografía de WhatsApp pudieron dar con la identidad de Andrés Ismael y fueron a su casa, donde encontraron una chaqueta de Joshua, quemada, además de su móvil roto y un arma blanca que coincidía con la usada para asesinarlo.
Un mes después, el 24 de enero, María José Gálvez se entregó. No pudo con la presión, sabía que la andaban buscando. Nada se conocía de su pareja Andrés Ismael, que sigue desaparecido a día de hoy. La Policía Nacional difundió un mensaje este lunes para que la ciudadanía colaborara en su búsqueda. No se sabe, sin embargo, cuál pudo ser el móvil del crimen.
La coartada y la pista, en WhatsApp
“Cada día que pasa se nos hace más largo”, relata Magdalena Batun, hermana de Joshua, en conversación con este diario. “Cuando ella se entregó tuvimos una esperanza, pero ha decaído porque las pistas que dio no sirvieron para nada, la casa en la que dijo que estaba Andrés Ismael ya estaba vacía cuando llegaron las autoridades”, añade.
Magdalena se enteró de todo por la mañana. Por la noche, estuvo hablando con Joshua. “Pronto estoy ahí”, le escribió él por la aplicación de mensajería, diciéndole que en breves volvería a casa. Era la 1:45 de la madrugada. Ella le dice que se va a acostar ya, él le responde que vale. Pero, al ver que no vuelve, ella le vuelve a escribir a las 2:34 que no regrese a casa “tajado”. Joshua lo leyó pero no respondió, ya nunca lo haría. A las 4:37 Magdalena manda el último mensaje: “¿Dónde estás?”. Ni lo leyó ni le respondió.
“A las 9:00 de la mañana siguiente veo en las noticias que hay un cadáver en el paso marítimo y en el primer momento pensé que era él”, cuenta Magdalena. “Después, llamé a mi madre y me dijo que no había dormido en su casa y le llamé a él pero no contestaba”, añade. A mediodía, se presentó la Policía en su casa preguntando por su hermano. Sus peores temores se hicieron ciertos.
En ese momento, Magdalena le enseñó a las autoridades la foto del WhatsApp de su hermano y esto sirvió para identificar rápidamente al sospechoso e ir a la búsqueda de Andrés Ismael. “Sí, la foto agilizó todo”, confirma, pero el problema es que todavía no se le ha encontrado.
Tras hablar con las autoridades, Magdalena escribió a la pareja que había pasado la noche con su hermano y con sus presuntos asesinos. Él, que también aparece en la foto pero no tiene nada que ver, le contó que Andrés Ismael le había escrito un mensaje a las 6:00 de la mañana. “Pipa, soy Ismael, mi mujer me ha dejado solo y estoy solo y aburrido”, se puede leer en el mensaje. “Este se fue para la Plaza de la Paz, lo he dejado allí”, añadía.
Esa era la coartada. Joshua ya estaba muerto y había sido arrojado al paseo marítimo donde se encontró su cadáver. Sin embargo, Andrés Ismael mandó el mensaje para cubrirse las espaldas, para que pareciera que había dejado a Joshua con vida, algo que no era cierto.
“Mi hermano e Ismael se conocían de vista”, asegura Magdalena. “Son del mismo barrio y hacía mucho que no se veían porque Ismael ha estado condenado siete u ocho años en la cárcel de Botafuego por un robo con violencia”, añade. “Todo el mundo que le conoce me dice que es una persona fría, que va siempre con pastillas, y muy violenta, si le molestaba algo, te pegaba un puñetazo”, comenta. “Me han contado que en la cárcel le clavó un bolígrafo a un funcionario y que estuvo en aislamiento”, dice.
Además del paradero de Andrés Ismael, también se desconoce el móvil del crimen. Según comenta la hermana de Joshua, la Policía descarta que se trate de un ajuste de cuentas y la principal hipótesis es una disputa que acabó de la peor forma posible. Además, también se cree que el principal sospechoso había consumido numerosas sustancias que le podrían haber nublado el juicio, algo que sería un atenuante en una futura condena.
Los esfuerzos de la familia de Joshua para encontrar a su asesino
“Queremos encontrar una respuesta”, lamenta Magdalena. “Yo he ido por mi cuenta preguntando a la gente en el barrio”, relata. También lo ha hecho su padre, Ángel, que ha llegado a ofrecer dinero por alguna pista que ayude a encontrar el paradero del presunto asesino de su hijo, según ha informado Diario Sur.
Es por eso que la familia ha optado a abrir la puerta de su casa a cualquier medio que quiera hacerse eco de la historia. Desde que se levantó el secreto de sumario y la propia Policía ha pedido la colaboración ciudadana, la vereda ha quedado abierta para que hagan cosas por su cuenta. También han abierto una página de Facebook, bajo el nombre Justicia para Joshua, en la que ruegan que cualquiera que sepa algo se lo diga.
“Todo esto ha servido para poner cara a Andrés Ismael. Por lo visto no tiene medios y sólo vive de cobrar la paga que le dan a los que salen de prisión”, dice Magdalena. “No comprendo cómo una persona así puede estar esquivando a tantos cuerpos de Policía”, lamenta.
El tiempo se le hace cuesta arriba a la familia Batun. Pero dejan claro que no pararán hasta encontrar a la persona que mató a su hermano. “Joshua tenía un montón de ganas y estaba buscándose la vida con ilusiones por todos lados”, recuerda su hermana, que lamenta que no haya tenido tiempo a realizarse.