“Estoy aquí en Cornellà. Ahora cuando salga de aquí te aviso. Media hora o así, ¿vale?”.
Eran las 11:08 de la mañana y era el últimto indicio de vida de Janet Jumillas, la mujer de 39 años de Viladecans que permanece, desde entonces, en paradero desconocido.
Su Renault Megane blanco permanecía correctamente aparcado en un parque público, cerca del campo del Espanyol. También de la oficina de Hacienda, el lugar al que Janet se había dirigido esa mañana para hacer una gestión. Una gestión que, según fuentes de la investigación han confirmado a EL ESPAÑOL, llegó a hacer. A partir de ahí se le pierde la pista.
La persona a la que iba destinado ese audio era su sobrino, un varón de 17 años con el que desayunaba a menudo, también residente en Viladecans. Él la requiere por Whatsapp diez minutos antes de esa grabación. Concretamente a las 10:58 le escribe un mensaje coloquial a su prima. Ella teóricamente ha salido de casa por la mañana para llevar a sus hijos al colegio. En efecto los deja allí y se dirige a Cornellà. Es el municipio en el que la gente de Viladecans se desplaza para hacer trámites administrativos.
Más de 5 horas
Janet manda ese audio a las 11.08 y de inmediato su sobrino le contesta con un “Ok”. Ella no aparece, pero el hombre no le pregunta dónde está hasta las 16:14 de la tarde. Extraña un lapso de tiempo de más de 5 horas para interesarse por una persona con la que había quedado.
Janet no vuelve a responder y su sobrino le manda mensajes de forma compulsiva durante toda esa tarde, sin respuesta. Le sigue escribiendo a la mañana siguiente, a las 9:05, y le dice que están preocupados. Obvio. La familia tuvo que encargarse de ir a buscar a los niños al colegio y no tenían (ni tienen) más señales de vida de Janet.
El teléfono de la desaparecida recibe todos esos mensajes pero no hay respuesta. A las 16:34, su sobrino vuelve a la carga y le escribe de nuevo para manifestarle su preocupación por desconocer su paradero. Esos mensajes ya no le llegan a Janet. No hay doble check en Whatsapp. Presumiblemente, el teléfono de Janet se ha quedado sin batería. O alguien lo ha apagado.
No sospechan del entorno
“No sospechamos de nadie del entorno y mucho menos de que ea un caso de violencia de género”, coinciden Cora y Alexandra, dos sobrinas de la víctima que se han erigido en portavoces familiares. Aseguran estar desbordadas por la situación y lamentan no poder dar más pistas. “Nunca había hecho eso. Descartamos totalmente que se trate de una huida voluntaria”, repiten. “Nunca se hubiera marchado dejando solos a sus dos hijos, que es lo que más quiere en este mundo”; concluyen.
Tras poner la desaparición en manos de los Mossos, el caso ha pasado directamente al departamento de desapariciones de ámbito criminal. La policía autonómica investiga ahora al entorno de la víctima y no descarta ninguna hipótesis. Aunque llevan la investigación en secreto ,desde el entorno familiar han querido manifestar su rechazo a la hipótesis de la violencia de género por parte de alguna de las exparejas de la desaparecida.
Quiromasajista sin trabajo fijo
Janet Jumillas tiene 39 años y no tenía un trabajo fijo en la actualidad. Desde su familia apuntan a que era quiromasajista, que hace masajes a domicilio y que también hace labores de canguro con una niña del municipio. Esa era su última ocupación conocida, sin contrato de trabajo.
Janet es nacida en Viladecans, pero hace casi una década se marchó. Coincidiendo con la crisis económica, dejó Cataluña y se marchó a Jaen, el lugar del que es originaria su familia. Se marchó con su pareja y con su hija. En su estancia en Andalucía tuvo a su otro hijo, se separó, empezó otra relación con otro hombre, volvió a experimentar una ruptura y se volvió a Viladecans, donde ahora vive con sus dos hijos junto a su hermano y su madre.
“La primera hipótesis en estos casos pasa siempre por investigar a su pareja o expareja, pero nosotros estamos seguros de que no tienen nada que ver. No han sido separaciones de riesgo, no hay denuncias previas ni antecedentes de malos tratos. El padre de sus hijos los veía sin problemas cuando lo requería y tampoco entiende lo que está pasando. Incluso tiene cierta incomodidad porque algunos medios le han señalado como primera opción”, cuenta una de las portavoces familiares.
La vieron nerviosa
Apuntan algunas vecinas que Janet es una mujer encantadora, pero que en los últimos días la habían visto nerviosa. También que ahora se le había visto con un chico que reside en Cornellà. La familia, en cambio, no tiene constancia de que la desaparecida estuviera atravesando por ningún problema personal ni qu tuviese una relación sentimental nueva. También niegan que Janet fuese a ver a un amigo a Cornellà: “Lo hemos visto publicado esta mañana y no es así. La persona con la que había quedado es un familiar y vive en Viladecans. Ella tenía pensado volver y por eso le puso el audio. Lo que está claro es que si sigue desaparecida no es por su propia voluntad”, sentencia su sobrina Cora.
Respecto a la actuación policial, reconocen que en los primeros días de desaparición advirtieron que los agentes no estaban siguiendo el caso demasiado de cerca, pero reconocen que ahora mantienen contacto permanente con ellos. Es la última esperanza de la familia Jumilla: este departamento especializado en desapariciones de los Mossos es pionero en Europa y tiene un ratio muy elevado de éxito en sus búsquedas, próximo al 99 por ciento.
Sigue la investigación
Pero de momento, la única certeza es que Janet salió de su casa el 13 de marzo por la mañana, dejó a los niños en el cole, aparcó cerca de Hacienda e hizo allí una gestión. Advirtió a su sobrino de que se iba a reunir con él... y hasta ahí. A partir de ese momento, parece que se la hubiera tragado la tierra. El coche permanecía bien aparcado, con los espejos retrovisores plegados y sin signos de violencia. La policía, no obstante, se lo ha llevado para intentar hallar nuevas pistas.
Y, entretanto, la angustia sigue en la casa de la familia Jumillas. “La que más está sufriendo es su madre; son 5 hermanos, pero Janet era la que la cuidaba y la llevaba al médico cuando estaba enferma. Lo está pasando muy mal y no se cree que esto nos esté pasando a nosotros, que somos una familia normal”, concluye Cora.