El cadáver de Mari Cruz Fachal Muiños es el que apareció este lunes en un segundo piso del número 15 de la calle Perú, en A Coruña. Junto a la mujer, de 72 años de edad, encontraron una carta manuscrita supuestamente por su hija. Se trata de una nota de suicidio. María José Seoane Fachal, de 41 años, su hija, pide perdón por haber matado a su madre.
El cuerpo estaba tapado con una manta y en la habitación estaban las dos perras pequeñas. El folio, manuscrito, va dirigido supuestamente al "juez". En ella comienza contando que días atrás se había tomado "varias cajas de paracetamol, sin conseguirlo".
El relato, publicado por La Voz de Galicia, continúa al día siguiente, cuando la víctima y su hija desayunaban en la casa. "Empezamos a discutir por el desahucio y no sé cómo acabé asfixiándola con la almohada".
"No sé qué me pasó"
"No sé qué me pasó", relata la joven. "Ella tenía tanto miedo a quedarse sin casa que no dejaba de decir que tenía que morir. No sé cómo pudo pasar. Después (de asfixiarla) intenté reanimarla, pero ya no respiraba".
La mujer que firma la carta, pide perdón de nuevo y deja otro mensaje inquietante. Afirma también que, su madre tiene que resolver una deuda. "Y luego me reuniré con ella".
"Volveré a casa y allí pondré fin a todos los problemas". Los investigadores de la Policía Nacional no descartan que María José atentase también contra su propia vida. La mujer continúa en busca y captura.
"Yo no la merezco"
En la misiva exige que se le entregue a un sacerdote conocido suyo en Narón una imagen de los antepasados de la familia. Que este rece "por el alma de mi padre. Yo no la merezco".
Los agentes llamaron el lunes a la puerta. La mujer tenía una orden de desahucio. Nadie contestó. Avisaron a un cerrajero que abrió poco después la pueta de la vivienda.
Tras encontrar el cadáver y la carta manuscrita optaron por llamar a la Policía Nacional, que envió a la zona varias patrullas y una unidad de la Científica. También se personó en el lugar una doctora que solo pudo certificar la muerte de la mujer. La perrera municipal se hizo cargo de las dos perritas.