Las ruedas de reconocimiento son una más de las diligencias que se llevan a cabo a la hora de reconocer a los autores de un crimen. Se coloca una fila de individuos: entre ellos se encuentra el detenido, y la víctima tiene que señalar al que ella piensa que es el autor del crimen. Todos son inocentes, excepto uno. Tienen, sin embargo, una importancia relativa, ya que no son la única prueba a tener en cuenta a la hora de encausar a una persona como presunta autora de un delito. Pero hay veces, como ha sido en el caso de la 'Manada de Sabadell', en las que resulta trascendental. Y más si resulta la única prueba a tu favor y la echas por tierra.
Este jueves, el juzgado de Instrucción número 2 de Sabadell ha puesto en libertad a uno de los nueve detenidos por la violación grupal a una joven de 18 años en la madrugada del pasado 2 de febrero. Y lo ha decidido así después de que el abogado de la víctima cometiera un grave error durante la rueda de reconocimiento con este acusado. Era la prueba más sólida, por no decir la única, que tenían contra él.
El indicio ha tenido que ser invalidado, ya que, según reza el auto al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el abogado fue pillado acercándose a la chica antes de la rueda y hablándole en voz baja al oído.
Susurrándole al oído
"Lo que se expone en ella (en la rueda de reconocimiento) es ciertamente anómalo", describe el auto. Una vez examinada la rueda judicial recién constituida, el abogado sabía ya quiénes eran los figurantes y quién era el detenido, infiltrado entre ellos en la misma fila. En ese momento, "sin advertir a nadie de ello", el abogado se acercó a la denunciante.
El agente judicial observa al letrado de la joven víctima acercarse a ella. Se acerca a su oído y le susurra en voz baja. Justo después, la joven entra a realizar la rueda de reconocimiento.
El juez no conoció este detalle hasta después de que se hubiera practicado esta prueba. El magistrado se muestra implacable contra el letrado en el auto. "De haberlo tenido, habría ordenado la suspensión de la misma y la formación de una rueda diferente, o cuando menos, que el orden de figutantes y detenido se hubiera alterado".
La rueda al presunto miembro de 'La Manada' de Sabadell resultaba, a la postre, el único indicio para reconocerle como uno de los autores de la agresión sexual múltiple de aquella madrugada, en la fábrica abandonada de la calle Germans Farguell. Un lugar ocupado, habitualmente, por una decena de personas sin techo. La víctima dijo a la policía que estaba celebrando un cumpleaños con unos amigos por la zona y que, en un momento dado, se quedó sola. Luego un hombre al que no conocía la empezó a acosar y a molestar.
La actitud del letrado de la víctima ha echado por tierra una prueba fundamental contra uno de los acusados. "Genera una duda razonable -explica el juez- sobre la legitimidad e integridad de la diligencia de instrucción practicada.Es algo inédito para este instructor el que un abogado, luego de conocer la distribución de la rueda, se comunique con el testigo que ha de practicarla antes de llevar a cabo el reconocimiento".
Ni los agentes judiciales presentes ni nadie tiene constancia de lo que el abogado susurró al oído a la víctima. Él se excusó diciendo que sólo le había comentado que se relajase, que todo iba a ir bien, que estuviese tranquila. Al juez esta explicación no le vale. "Puede ello ser muy bien así. Sin embargo, no se entiende el motivo de murmurar un mensaje de tranquilidad a la denunciante, de modo que nadie más pudiera escuchar lo que le decía".
No era la primera rueda de reconocimiento
No es la primera rueda de reconocimiento que realiza la víctima. En todas ellas había estado relajada, totalmente tranquila, y nunca se había mostrado nerviosa a la hora de identificar a quien se le solicitaba. Había actuado, como dice el juez, con absoluta "serenidad, sin apoyos externos".
De un modo absolutamente implacable, el magistrado argumenta a la perfección el por qué de la invalidación de la prueba. El por qué no le queda más remedio que dejar en libertad al acusado. El siguiente párrafo lo resume a la perfección:
-"La mera comunicación entre abogado y testigo en las circunstancias que se han narrado es bastante para no poder tener en cuenta la rueda de reconocimiento como indicio incriminatorio. Y ello al margen de lo que le haya dicho. La situación descrita vuelve inevitablemente sospechoso el resultado de la rueda. Y esta situación, esta duda, esta sospecha, la ha provocado el señor Letrado de la acusación particular. No puede perjudicar al investigado".
Una comunicación "totalmente irregular" que "vicia" el escenario y que provoca que tenga que ser desechada como prueba. Gracias a esta actitud del abogado, el juez del caso prohíbe en su auto toda clase de ruedas de reconocimiento que se planteen a partir de ahora en el caso.
Como no existe ningún indicio más contra él, el juez ha decretado su libertad provisional.