Quizás visto desde fuera pudiera parecer una temeridad someterse a una operación de cirugía estética en la propia casa de una mujer, sin garantías de salubridad ni certificados de higiene ni calidad. Pero si por sus manos han pasado más de cien mujeres con resultados satisfactorios a la vista, y además quien lo realiza es una médica jubilada que se ha dedicado a ello durante gran parte de su vida, puede inspirar cierta confianza.
Esto mismo fue lo que pensaron más de cien mujeres, y en concreto las 23 denunciantes de Gran Canaria que ya han denunciado a la 'falsa médica' por inyectarles silicona en lugar de ácido hialurónico en los labios.
Todas ellas fueron engañadas por Gloria Betancourt, una mujer de 69 años conocida en toda la isla por operar de manera clandestina a decenas de mujeres (incluso cientos, según algunas) a un precio muy reducido y con buenos resultados en su domicilio en el barrio de Las Escaleritas.
Según han contado varias de esas víctimas a EL ESPAÑOL, las jóvenes caían en la trampa de la misma manera. Unas veces era una compañera de trabajo; otras, una vecina o conocida, o incluso también hay casos en los que era alguien del propio entorno familiar. Cada vez más mujeres comenzaban a presumir de unos labios con más volumen. Estaba en boca de todas. "Compañeras de trabajo y amigas tenían unos labios bonitos. Se veían bien. Algunas se lo habían hecho en otros sitios y después se habían hecho retoques con Gloria. Otras, directamente desde un inicio con ella. Una siempre quiere tener más de lo que tiene.", recuerda Nerea, una de las afectadas.
"¿Cómo te lo has hecho?", era la pregunta más recurrida. "Me lo ha hecho Gloria por solo 150 euros. Te mando su contacto", era la respuesta que obtenían. No operaba desde una peluquería como se contó en un primer momento, sino que lo hacía desde su propia casa. Tampoco se publicitaba en ninguna web o ni en ninguna red social.
Cuando llegaban a ella, en el barrio de Las Escaleritas, el trato era muy amable y cercano. "Siempre veía a tres o cuatro personas esperando para inyectarse. Tenía clientela", recuerda la víctima. Para tranquilizar a sus pacientes afirmaba que se dedicaba a ello para sacarse un sobresueldo pese a estar jubilada, y añadía que estuvo colegiada en Colombia, donde supuestamente trabajó hace años. Otras veces decía que había trabajado en Madrid, hechos que posteriormente ha negado. "Era muy agradable, no daba pie a desconfiar", explica otra de las víctimas.
Una vez ganaba su confianza, llegaba a mostrar a las pacientes las cajas que contenían el ácido hialurónico, el producto que supuestamente se iban a inyectar en los labios. "Yo tengo los labios, pero conozco a una chica que lo tiene en los pómulos, en las ojeras, lo tiene esparcido por toda la cara", explica Nerea.
Solo los resultados posteriores indiciarían que lo que realmente habían introducido en su cuerpo era silicona, una sustancia prohibida para este tipo de operaciones desde hace más de 30 años por sus efectos negativos para la salud. "Nunca pensé mal de ella, ni se me ocurrió que cambiara el contenido en el interior del producto", reconoció Dalila, la primera de las denunciantes.
Al pasar los días, el volumen de los labios no disminuía, en contra de lo que esperaban. Y cuando lo hacía, era de forma asimétrica o aparecían bultos. Volvían a llamar a la 'consulta'. "Es normal, masajéatelo y se irá bajando", recomendaba Gloria. Seguía sin bajar y aparecían dolores, hinchazones e incluso sangre a través de las comisuras. Tampoco quedaba como pretendían. "He perdido la línea de los labios. Ya no tengo el pico del labio superior", detalla una víctima.
Ante eso, Gloria solo veía una solución: "Pásate otra vez y te lo retoco para que no quede descompensado". Sucedían las sesiones, Betancourt ganaba dinero, pero las clientas no quedaban satisfechas.
La primera en dar un paso al frente
Todo cambió a partir de enero de 2019. Dalila, la primera de las denunciantes, acudió a otra clínica al no comprender qué estaba pasando. Se había intervenido dos veces y tanto los dolores como las deformaciones permanecían. Además, Padecía una fuerte irritabilidad en la boca. Tras someter a un análisis una muestra del material inyectado, comprobaron que se trataba de silicona, en lugar del ácido hialurónico que la 'falsa médica' prometía.
"Nunca creí que pudiese ser silicona. Soy bastante inocente y caí", confesó la primera víctima pública.
Esta joven va a camino de su cuarta operación para retirarse la mayor cantidad posible de silicona líquida. Según le explicaron los médicos, cabe la posibilidad de que el líquido haya afectado a algunos músculos de la cara, cosa que complicaría más su situación.
En su caso particular, ha podido intervenirse en otros centros especializados para corregir los daños. Otras, en cambio, no gozan de la misma suerte. Las crujías de corrección no son baratas. "Ahora nos espera lo peor, hay muchas chicas que no se lo pueden costear", declara Nerea.
Con la primera denuncia, Gloria desapareció. El caso, difundido a través de redes sociales, saltó a los medios locales y se fue conociendo en la isla. Muchas chicas se vieron reflejadas en Dalila y comprendieron de golpe la gran mentira de su esteticista. "Pensaba que mi labio no era compatible, que mi cuerpo lo rechazaba y que solo me pasaba a mí. Tenía dolores, a veces me salía sangre del labio, pero pensaba que sería algo normal", detalla Nerea. "Vi la noticia al salir del trabajo. No me podía creer lo que veía y fui a denunciar", añade.
Gloria, desaparecida
Buscaron la explicación de Gloria, pero ya era tarde. Sus vecinos contaron que ya no vivía en su casa y que llevaban tiempo sin verla. El pasado 19 de marzo se conoció que Gloria fue detenida. Junto con esa información, se supo también que la cifra de denunciantes se situaba en ocho; esta semana, asciende a 23. Ellas, junto con el Colegio de Médicos de Las Palmas han denunciado a la 'falsa médica' por delitos contra la salud pública, de intrusismo y de lesiones.
Gloria, por su parte, declaró ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Las Palmas de Gran Canaria su inocencia. aseguró que nunca dijo que fuese médica -según su relato- y que nunca trabajó en un centro hospitalario ni en ningún otro centro vinculado con el sector hospitalario. Solamente confirmó que las intervenciones se realizaban en su casa, pero utilizando ácido hialurónico en lugar de silicona, contradiciendo la versión de varios centros especializados que han atenido posteriormente a varias afectadas para intentar extraer el líquido ilegal.
Las 23 han sido derivadas al Instituto de Medicina Legal de Las Palmas con el fin de ser sometidas a un análisis exhaustivo que determine si las lesiones ocasionadas se han debido a estas inyecciones. Es probable que la cifra final de víctimas sea mayor. Cuentan que permanecen en contacto a través de un grupo de WhatsApp en el que comparten informaciones, ayuda y recomendaciones. Dentro de dicho grupo, llegaron a coincidir más de 70 personas. "Hay muchas chicas que si ven buenos resultados, les da igual lo que tengan en el cuerpo", considera Nerea.