Le robó el móvil y hasta las llaves de casa en una ocasión. Este solía ser el modus operandi de el Bolivia con varios de sus compañeros en el IES Ciudad de Jaén, en el barrio madrileño de Usera. También lo hizo con A., el menor de 16 años que se suicidó tirándose el pasado lunes desde la ventana de su casa, después de dejar escrito en su teléfono móvil un mensaje en el que se despedía de su madre.
En la nota que la familia pudo encontrar en el teléfono móvil, según desveló este diario, el menor, de origen ecuatoriano, decía que no podía soportar más la situación que vivía: "Mamá, me voy, me robaban, me hacen la vida imposible".
A raíz de la muerte del joven, la Policía Nacional detuvo el miércoles a el Bolivia, la persona que tras las averiguaciones pertinentes, tras hablar con varios alumnos del instituto madrileño, los agentes situaron como el presunto agresor. Su comportamiento con la víctima podía haber sido determinante a la hora de quitarse la vida.
Si bien, fuentes conocedores del caso apuntan que el joven de 17 años se encuentra en liberad, aunque también prestó declaración en sede policial durante el pasado jueves.
Este joven, de origen boliviano, ya había protagonizado varios conflictos en el instituto y se le habían abierto expedientes en varias ocasiones. Según ha podido saber este diario, el Bolivia solía asistir poco a las clases y casi siempre estaba en el parque justo enfrente del centro escolar. En la mayoría de ocasiones le acompañaban dos amigos, de origen peruano y árabe.
Si bien, en el mensaje que dejó a su madre, A. también señalaba que le había afectado el cambio de residencia (la familia se instaló en el barrio de Usera hace poco tiempo, después de vivir en Galicia), varios desengaños amorosos y la separación de sus padres. De hecho, según las primeras pesquisas, que ahora también depende de la Fiscalía de Menores de la Comunidad de Madrid, el menor ya había intentado quitarse la vida en 2016 y tenía algunos problemas así como antecedentes autolesivos.
A pesar de que el Bolivia solía tener comportamientos abusivos con algunos de sus compañeros, los alumnos del centro desconocían la situación que vivía A. y no saben "qué es lo que pudo ocurrir". También han definido al menor fallecido como alguien "tímido" que no se relacionaba mucho en el centro, pero que sí lo hacía en la cancha de baloncesto cuando jugaba con otros compañeros.
El segundo suicidio en el mismo instituto
Por el momento, la Comunidad de Madrid mantiene abierta una investigación en un centro que hace ya un lustro tuvieron en el punto de mira, tras el suicidio de otra de sus alumnas derivado de una situación de acoso escolar. Arancha, también de 16 años, se quitó la vida después de que un compañero estuviera durante tres meses seguidos acosándola, con golpes, insultos y toda clase de extorsiones.
En el momento de que el joven A. se quitó la vida, no había en el colegio ningún protocolo por bullying activado. El menor llevaba al menos tres días sin acudir a clase y desde el centro se pusieron en contacto con su familia para dar a conocer esta circunstancia, por lo que se mantuvo una reunión con la madre al respecto.
Durante la reunión de su madre con los profesores del centro, el viernes pasado, la tutora le explicó que era un buen chico, con "buenas notas, sociable y que no tenía problemas en el centro". Es cierto que el joven acarreaba problemas anteriores a los que vivió en centro, pero los investigadores creen que, en efecto, el acoso en el aula incluyó sobremanera en lo que ocurrió al final.