Una niña de unos 22 meses ha fallecido por ahogamiento tras haber caído este pasado domingo a una piscina. La menor murió este pasado lunes en el hospital, según han confirmado a Europa Press fuentes sanitarias.
Así, según ha adelantado Málaga Hoy este jueves, al parecer, la piscina estaba vallada, aunque la pequeña accedió para intentar coger una muñeca que se le había caído y se precipitó. La niña accedió a la zona a través de un tramo en obras y cuando los padres reaccionaron, llamaron a los servicios sanitarios.
La menor, que entró en muerte cerebral, fue trasladada al Hospital Materno Infantil de Málaga, donde ingresó directamente en la Unidad de Cuidados Intensivos y falleció el pasado lunes, tras haber pasado apenas unas horas en el centro sanitario. Según el diario, la autopsia confirmó que la pequeña había fallecido como consecuencia del ahogamiento.
En agosto, otro niño murió ahogado, también en Coín, tras caer en la piscina de una vivienda particular. El menor fue trasladado al centro de salud al presentar síntomas de ahogamiento y los servicios sanitarios solo pudieron certificar la muerte del menor.
Las muertes de menores por ahogamiento, una preocupación en España
Las muertes de estos dos menores no es un suceso puntual en nuestro país. En los últimos años, las muertes de menores por ahogamiento han aumentado en un 53%. La vicepresidenta de la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, María Ángeles Miranda, alertó de la situación que se estaba vivienda a comienzos del verano pasado: "Llevamos seis niños ahogados y la época estival no ha hecho nada más que empezar".
A principios de este año, falleció un menor de 3 años en una piscina en Belén (Cáceres). Los sanitarios no pudieron hacer nada por la vida del niño, que ya se encontraba en parada cardiorrespiratoria. Otro niño fallecía a finales de año tras caer en una piscina particular en Nerja (Málaga).
El 2018 se saldó con 470 muertes por ahogamiento, 31 de ellos niños. Por su parte, en abril han fallecido 67 personas por esta misma causa y, entre ellos, dos niños. Las asociaciones de socorristas de España y Alemania indican una creciente despreocupación por parte de los padres y tutores frente a sus hijos. Los familiares tardaron más tiempo de lo previsto en asistir a los menores tras estar distraídos mirando sus teléfonos móviles. Las muertes se acumulan en los primeros años de vida (menores de 5 años) y en los últimos años antes de convertirse en adultos a partir de los 16 años.
En espacios acuáticos, lo más recomendable es la utilización reducida de los aparatos tecnológicos. “En el caso de los espacios acuáticos: el móvil es mejor dejarlo en modo avión o simplemente olvidarlo. No hay mejor prevención que disfrutar con nuestros hijos en una piscina o en una playa”, afirma Miranda. Además, otro de los fallos que cometen muchos padres y tutores es confiar en las habilidades acuáticas de sus hijos, su capacidad de mantenerse a flote y para sentirse más seguros.
En el caso de las playas, los padres no deberían fiarse del estado del agua, ya que este puede variar en un espacio reducido de tiempo. Según AETSAS, la mayoría de los ahogamientos en la playa ocurren cuando el mar está en condiciones óptimas para darse un baño, por el mayor número de personas y tiempo que estamos dentro del agua.
En España, los socorristas realizan entre 8.000 y 10.000 intervenciones en incidentes acuáticos cada verano. Esto indica que en la inmensa mayoría de casos, la presencia de socorristas profesionales elimina una gran cantidad de potenciales tragedias.
¿Cómo prevenir este tipo de asfixia?
Somos nosotros mismos los encargados de velar por nuestra propia seguridad y por las personas que tenemos a nuestro cargo. Si estamos decididos a dirigirnos a cualquier piscina o playa, tendremos que tener en cuenta diversos consejos, para que nuestra jornada de disfrute no se convierta en una auténtica pesadilla.
Lo primero que se debe realizar es observar bien el lugar para evitar remolinos, resacas o corrientes. Las corrientes de resaca se pueden formar en muy poco tiempo, cuando se erosionan y abren bancos de arena paralelos a la playa. Para prevenir accidentes de este tipo, se tendrá que tener en cuenta las líneas de las olas, identificar el tono arenoso del mar y no perder nunca la calma, nadando el paralelo a la orilla de la playa.
También, se tendrá que tener especial cuidado tras realizar algún ejercicio de alta intensidad o tras una larga exposición al sol. En algunos de estos casos se podría sufrir un mareo que complicaría nuestro tiempo en el agua. Además, en el momento que se sienta cansancio, escalofríos, dolor de cabeza y hormigueo en los dedos, lo más recomendable será salir inmediatamente y consultar a los socorristas para que te ayuden a mejorar tu estado.
Isabel Tocino o Enrique Rojas vivieron esta pesadilla en primera persona
Corría el año 1998, cuando la hija de Isabel Tocino, que ocupa el cargo de Ministra de Medio Ambiente por aquella época, murió ahogada. Valeria Bartolomé cayó a la piscina de su chalé en La Moraleja, en los alrededores de Madrid. La niña, que solo contaba con 16 meses de edad, llegó al Hospital La Paz donde los médicos intentaron reanimarla, sin éxito. Todo sucedió mientras Isabel se preparaba, junto sus hijos, para irse de vacaciones a Santander y, en un descuido, la pequeña cayó al agua.
El famoso psiquiatra, Enrique Roja, también pasó por un momento parecido con uno de sus hijos. Enrique, que así se llamaba, de dos años, falleció ahogado tras caer a la piscina de su casa. La gran tristeza de su vida, de la que ya está recuperado: "Si tienes un sentido trascendente o espiritual de la vida, le das la vuelta al argumento", comentaba Enrique a La Opinión de A Coruña.
En el panorama internacional, el pasado mes de julio, fallecía la hija del legendario esquiador estadounidense Bode Miller. La pequeña tenía 19 meses y cayó, de forma accidental, a la piscina familiar. "Nunca pensamos que experimentaríamos un dolor como este. Su amor, su luz, su espíritu nunca serán olvidados", comentaba Miller en Instagram tras dar la fatídica noticia.
El actor Hugh Jackman salvó a sus hijos de morir ahogados en las embravecidas aguas de Estados Unidos. Oscar Maximilian y Ava Eliott, sus dos hijos adoptados junto a Deborra-Lee Furnes, se quedaron atrapados en la corriente y comenzaron a ser arrastrados hacia el mar. En ese momento, el actor de Lobezno no lo dudó y llevó a cabo un heroico rescate, grabado por uno de los bañistas ahí presente.