Este miércoles comienza la segunda fase de la operación especial de Tráfico de Semana Santa, que concluirá el próximo lunes 22 de abril. En ella, se estima que se produzcan 9,1 millones de desplazamientos por carreteras. Para garantizar la máxima vigilancia y seguridad a los conductores, la Dirección General de Tráfico va a poner especial énfasis en una infracción en particular: el uso del teléfono móvil al volante.
Para ello, desde el día 12 de abril (fecha de inicio de la primera fase del operativo) ha dispuesto de un mayor número de medios para multar a los conductores que manden mensajes o hagan llamadas mientras conducen. 400 guardias civiles más que el año pasado (llegando a 9.200 en total), 216 cámaras de seguridad y 264 vehículos camuflados, además de los más de 2.000 radares que operan habitualmente. A ello, se le suma desde hoy la ayuda de 10 helicópteros y 8 drones.
Coincidiendo con el inicio del grueso de la operación Semana Santa, la DGT ha presentado y puesto en marcha en la mañana del miércoles los ocho drones que estarán por primera vez plenamente operativos para vigilar las carreteras. Principalmente en las convencionales. "En esta Operación vamos a hacer un uso extensivo y práctico de los mismos", señala la subdirectora adjunta de la DGT. Durante estos días, funcionarán en aquellos puntos conflictivos donde no hay cámaras fijas y donde se concentran más accidentes, dando así un soporte complementario a los medios ya existentes. Y estarán repartidos por todo el territorio español.
Estos vehículos no tripulados están preparados para recoger imágenes a grandes distancias, pudiendo volar hasta a 120 metros de altura. Además, llevan incorporada una cámara que es capaz de alcanzar una distancia focal (zoom) de dos kilómetros. Son capaces de advertir todo tipo de infracciones (incluida el uso del teléfono). El equipo formado por 30 pilotos y 11 operadores de cámara visualiza las imágenes grabadas por el dron y las remite en tiempo real al centro de control de la DGT. "Son un complemento a los helicópteros y tal vez en función de la evolución de la tecnología y del entorno regulatorio se puedan convertir en sustitutos o alternativa", ha explicado el jefe de la Unidad de Medios Aéreos de la DGT.
Esto permitirá que se detecten los comportamientos de los conductores al volante, como por ejemplo, si lleva o no puesto el cinturón de seguridad o si iba utilizando el móvil. Ambas son consideradas 'infracciones graves' y, por tanto, conllevan una multa de 200 euros y la retirada de 3 puntos del carné.
Sobre los 10 helicópteros que ya sobrevuelan las vías ya se conoce lo que son capaces de hacer, como muestra el vídeo anterior.
"Gracias a la potente óptica que embarcan estos sistemas se puede detectar el interior del vehículo perfectamente", ha indicado el jefe de Medios Aéreos de la DGT.
Estos dos medios son los que más pueden infundir el miedo entre los conductores que conduzcan más allá de lo establecido por ley, pero no son las únicas vías que tiene la DGT para cogerles cometiendo infracciones.
Cruzarse con uno de los más de 9.000 agentes de la Guardia Civil puede provocar, por lo general, la reacción al volante de extremar todas las precauciones, por lo que presumiblemente la mayor parte de multas de este tipo llegarán a través del resto de medios.
Las 216 cámaras ya controlan principalmente el uso del cinturón de seguridad, pero en esta ocasión también se van a centrar en grabar a usuarios que tengan el móvil en la mano o en la oreja.
Y los 264 vehículos camuflados, colocados estratégicamente en puntos conflictivos, suelen ser sinónimo de radar. Pero su factor sorpresa también puede hacer que más de uno no los perciba y que sea sorprendido usando el teléfono.
Además del uso del móvil, la DGT también intensificará los controles de drogas y alcohol, ya que en las últimas Semanas Santa, 4 de cada 10 fallecidos habían consumido alcohol por encima del límite permitido.
El año pasado, fallecieron 31 personas y otras 159 resultaron heridas graves en Semana Santa. En 2017, la distracción fue la primera causa de los accidentes mortales en un 33 %, por delante de la velocidad (29%) y el alcohol (26%). Según el propio organismo, "tras un minuto y medio de hablar por el móvil (incluso con manos libres) el conductor no percibe el 40% de las señales, su velocidad media baja un 12%, el ritmo cardíaco se acelera bruscamente durante la llamada y se tarda más en reaccionar".