El debate electoral que se celebró la noche de este lunes en Televisión Española dejó, como era de esperar, una retahíla de imágenes para la posteridad. Ahí estaban Rivera con su “¿Escuchan eso?” y sacando artilugios por doquier, Iglesias con su Constitución de bolsillo, Sánchez con su zasca a Casado achacandole los pactos del Partido Popular con Bildu en País Vasco y el líder popular diciéndole al socialista que no da la talla como presidente.
Pero una de las imágenes más potentes no era la previsible. Fue antes de que arrancara el debate. Mientras los candidatos se colocaban en los atriles, los asesores repasaban la estrategia y el presentador, Xabier Fortes, se preparaba para ponerlo en marcha, entraron ellas: las kellys del debate.
Pasando la mopa con toda la prisa de un directo a punto de echar a correr, Delfina cogió su instrumento de trabajo y se puso a pulir los últimos detalles del suelo del plató. Ella es la veterana de la limpieza en la casa y, en lo que normalmente no se ve porque la cámara está a otras cosas, ella fue la primera en colarse en la casa de los millones de espectadores que estuvieron pendientes esa noche de lo que acontecería en la arena política. Tuvo su minuto de oro antes que cualquiera de los candidatos, que tanto se pelean por él.
La imagen, por desgracia, lo dice todo. Por eso no ha pasado desapercibido que tanto los candidatos, como sus asesores, así como el presentador, eran todos hombres. Y mientras los hombres se encargaban de los temas serios, de la enjundia de ver quién y cómo tiene que dirigir el país, las mujeres que aparecieron sirvieron sólo para hacer las tareas de limpieza y de maquillaje.
A pesar de los tiempos que corren, a nadie se le ocurrió cómo podía quedar la cosa. En Televisión Española había buenas periodistas capaces de todo y mujeres profesionales detrás de todas las cámaras. Al igual que en el propio equipo de limpieza había también hombres. Pero salió lo que salió, creando así un meme que ha servido para representar lo que muchos piensan y la indignación se ha tirado al cuello de la imagen.
A sus 59 años, Delfina lleva los últimos 40 trabajando para RTVE a través de la empresa Team Service Facility. Se trata de una empresa fundada en 1999 y con más de 400 empleados en su nómina que se dedica a la limpieza general de edificios y lleva el servicio de limpieza que la radiotelevisión pública tiene externalizado. EL ESPAÑOL ha logrado ponerse en contacto con la propia Delfina, quien se ha mostrado abrumada, pero ha decidido no hacer declaraciones al respecto.
Lo que este diario sí que ha podido confirmar por otras fuentes es que los miembros del equipo de limpieza no sabían que iban a aparecer en televisión. Se enteraron después, con las fotografías que les mandaron sus allegados y toda la polvareda que se levantó en las redes sociales y en los medios que se quedaron en lo llamativo de la imagen.
“Dicen que una imagen vale más que 1000 palabras. Esta imagen del plató de #ELDEBATEenRTVE demuestra que #AúnQuedaMuchoPorHacer. Ellos quieren gobernar mientras ellas pasan la mopa”, publicaron en su cuenta de Twitter la sección de Mujeres de RTVE. A ello se sumó la periodista y corresponsal de la cadena en Estados Unidos, Almudena Ariza, que remarcó la indignación.
Pero las kellys del equipo de limpieza no fueron las únicas perjudicadas. En aras de lo que parecía buscar fomentar la naturalidad del relato, la escaleta que guió los planos del debate acabó en un espectáculo de la intimidad previa. Esto al menos para los que lo vieron en la televisión ya, que algunos medios que lo transmitieron en directo cortaron el momento en el que entró el así es cómo se hace.
Desde los sofás la gente acabó viendo a Pablo Casado mientras le quitaban las pelusas de la americana y a Pedro Sánchez mientras le remataban el maquillaje. La imagen que los políticos querrían transmitir de presidenciables acabó en otra cosa, como si fueran héroes de la tragedia griega clásica, superhombres con nervios y debilidades. Eran humanos, después de todo, mientras las mujeres les quitaban los brillos de la cara y los hombres les ponían la estrategia en la mesa.