Aunque no era la primera vez que la pillaban, la última fue radicalmente distinta. En mayo de 2017, Mavi Sánchez cogió su Ford Mondeo tras una noche de fiesta y acabó atropellando a un pelotón de ciclistas en Gandía. Dos de ellos murieron y a ella se la llevaron arrestada. En la prueba que se le hizo, dio más de un 0,80 de alcohol y positivo en cocaína.
Pero la prueba fue tarde, después del accidente. Antes, ella se las había apañado para esquivar hasta tres controles de alcoholemia que había en la zona. Optó por una ruta distinta a la habitual y ahí se encontró con el pelotón de ciclistas. Si hubiera caído en cualquiera de los tres, ni Eduardo Monfort ni Alberto Contreras habrían fallecido y habrían llegado a sus casas después de un intenso día de pedaleo.
El cómo se las apañó para esquivar los controles, es algo que Mavi Sánchez no ha explicado. Pero es fácil atar cabos, ya que cualquiera puede hacerlo. Basta con bajarse una aplicación al móvil -SocialDrive y Waze son las más usadas en España- y la comunidad de usuarios colabora en la detección de este tipo de controles. También existen grupos de WhatsApp exclusivamente dedicados a esto, que suelen ser por zonas geográficas, pero estos son más exclusivos.
Actualmente se está investigando qué papel han podido tener estos avisos en los sucesos, según informan a este diario distintas autoridades relacionadas. De momento, no se ha demostrado de manera fehaciente su relación con el accidente, ya que la parte implicada tiene que reconocerlo expresamente. Pero su uso y lo que supone, es algo evidente a los ojos de todos.
Es por estos casos que estas aplicaciones están ahora en el punto de mira tanto de la DGT como de sectores de la Guardia Civil y numerosas plataformas civiles. Quieren que se prohíban para estos fines, igual que está prohibido dar las luces después de pasar un control para alertar del mismo, que es la versión de antaño de estos chivatos tecnológicos.
“Nosotros siempre somos grandes defensores de la tecnología, pero cuando se usa para salvar vidas”, dice Jorge Ordás, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT. “Pero no estamos de acuerdo con que se alerte de los controles de seguridad, porque afecta a nuestra labor de vigilancia y a la seguridad de los agentes, que se quejan. Por eso solicitamos que se prohíba esa función en estas aplicaciones”, añade Ordás en conversación con este diario.
Sin embargo, sobre el papel, las aplicaciones son útiles. Pueden servir para avisar de que se ha caído un árbol en una carretera o que ha habido un accidente y es mejor evitar esa zona por las retenciones. El problema es que el uso, casi siempre, excede esos límites. Basta con entrar en ellas y ver todos los controles policiales que hay en la zona e incluso por dónde se ha visto el helicóptero de la DGT.
“Es por eso que desde la DGT hemos elevado una solicitud al Ministerio de Interior, para que valore la prohibición a través de una ley”, cuenta Ordás. “Durante el último mes se han encargado estudios internos para tenerlo todo listo para cuando se pueda iniciar la tramitación”, añade.
Pero esto no va a ocurrir rápido. Para prohibirlas habría que reformar el Código Penal, por lo que haría falta aprobar una Ley Orgánica que pasara por el Congreso de los Diputados. Y, estando como está, se puede prever que va a tardar. Teniendo esto en cuenta, desde las autoridades policiales especialmente, están pujando por reformar la llamada ley de seguridad ciudadana y ampliar su artículo 36 para prohibir el aviso de la posición de patrullas o agentes, siempre y cuando no se vulnere el respeto al derecho fundamental de la información. Esto sería más fácil, pero nadie ha recogido el guante.
SocialDrive, la startup española en el centro de la diana
Al otro lado del teléfono está Sergio García, fundador de SocialDrive y CEO hasta hace poco, tras haber abandonado la empresa. “Esto es algo parecido a lo que pasó en 2015, cuando empezamos a crecer. Hubo un revuelo porque era algo novedoso y entendemos que lo vieran como perjudicial, pero creo que cuanta más información tenga el usuario, más prevenido puede estar. Otra cosa es la responsabilidad de cada conductor”, comenta en conversación con EL ESPAÑOL.
Cuando se refiere al “usuario”, no habla de márgenes pequeños, ya que la aplicación tiene más de cinco millones de personas en ella. Y cuando se habla de la prohibición, él cree que, de hacerse efectiva, se trata de una cuestión de minar libertades. “Creo que la prohibición podría ser una vulneración a que la gente hable de lo que ve, no pueden evitar que la gente se exprese libremente”, asegura.
“Es tan culpable, de su mal uso, la aplicación como el camarero que está sirviendo las copas. Y no está demostrado por ninguna parte que la aplicación aumente las infracciones”, añade García. “Nosotros creemos que es una oportunidad para las autoridades, porque saben qué es lo que la gente sabe”, cuenta.
De hecho, este diario se ha puesto en contacto con miembros de la Guardia Civil de Tráfico y reconocen que tienen este tipo de aplicaciones descargadas. Pero lejos de valorarlas como positivas, aseguran que les complica el trabajo. Esto se debe a que cuando les delatan, tienen que cambiar el control de sitio ya que dejan de pasar coches.
“Hay veces que en lugar de establecer un control con cuatro o seis agentes tenemos que hacer, por ejemplo, tres controles con dos agentes cada uno”, explica un Guardia Civil que ha pedido permanecer en el anonimato. “Este tipo de controles se pueden mover más rápido e intentamos anular la utilidad de las aplicaciones”, añade.
Otra de las estrategias que se han visto obligados a adoptar son los que llaman controles dinámicos. En ellos, no hay ni siquiera un puesto fijo, sino que una patrulla va circulando por zonas específicas y paran a coches que podrían dar positivo en alguna de las pruebas de alcohol y drogas. Esta práctica cada vez crece más ya que se están desarrollando las patrullas integrales, es decir que un coche normal pueda hacer todo tipo de controles sin falta de la furgoneta de apoyo.
A pesar de las complicaciones de las que se quejan en el cuerpo, SocialDrive asegura en su página web que son colaboradores de la DGT. “En su día, la DGT nos llamó para colaborar pero no tenían los medios suficientes”, esclarece Sergio García. “Hubo varias reuniones y creamos una VPN donde se enviaban datos a la DGT. Lo que no sé es si la DGT usa esos datos o no, sólo sé que se enviaban”, añade.
En efecto, desde la DGT niegan esta colaboración. Aseguran que sí, que hay bases de datos en las que los distintos navegadores pueden enviar información, como si Google encuentra una retención. Pero eso lo puede hacer cualquier navegador, no tiene por qué significar que exista un acuerdo de colaboración. Sin embargo, hay que repetir que la DGT quiere prohibir que se avise de los controles, no de incidencias de otro tipo.
Una cuestión que va más allá del alcohol
En agosto del año pasado, dos hombres circulaban con su vehículo por Belinchón, en Cuenca. Era de noche y llevaban un cadáver en el maletero. En torno a las 4:30 de la madrugada, su plan para deshacerse del cuerpo se truncó cuando la Guardia Civil les dio el alto en un control rutinario. Al inspeccionar el vehículo, se descubrió todo. Esto podría haberse evitado de una forma fácil: descargándose una de estas aplicaciones que avisan de los controles.
Ahí radica la otra gran reclamación de las autoridades que piden la prohibición de las aplicaciones como SocialDrive. “Muchas veces hay un control de la Policía pero detrás de eso están buscando a algún tipo de delincuente, aunque tú no le digas al ciudadano, por no crear alarma social”, reconoce Héctor Teixeira, delegado de la Asociación Pro Guardia Civil en Galicia.
“Nuestro despliegue es por todo el territorio nacional y estamos faltos de personal”, critica Teixeira. “Ahora que se habla de la España vaciada, hay patrullas solas que tienen que cubrir varios municipios. Si en una aplicación digo que están en una zona, estoy indicando que están en otra zona”, añade. “Esto es estar colaborando con los delincuentes y ganando dinero con la seguridad de todos”, apuntala.
En enero de este año se creó la plataforma Creando Seguridad, con el objetivo de prohibir que las aplicaciones avisen de los controles que hay. “Esto nace después de que en octubre de 2018 la Guardia Civil pidiera a la secretaría de Estado que se analicen las interferencias en la labor preventiva y lo único que han recibido es el silencio administrativo”, cuenta María José Alonso, portavoz de la asociación.
Ahora están logrando ruido al respecto, pero toca esperar. “Habría que reunirse con la DGT, pero estando todo en la situación que está, todavía no sabemos quién va a ser el nuevo director después de las elecciones. Estamos en una nube, en el limbo, aunque ojalá se haga antes del verano, que es cuando más peligro hay”, dice Alonso.