Un hombre de 38 años ha aparecido muerto en un piso adosado con un cable enrollado al cuello en el municipio de Petrés, en Valencia. Según el informe preliminar de la autopsia, el fallecimiento respondería a una muerte violenta aunque no está claro cómo se produjo. Además de aparecer con el cable rodeando el cuello, el cuerpo fue encontrado con sangre bajo su cabeza.
Tal y como cuenta el diario Levante, Jacobo H. -nombre del fallecido- vivía de manera ilegal en el adosado en el que fue encontrado sin vida. La Guardia Civil explicó que el cadáver fue avistado por la hermana del propio Jacobo.
Esta mujer llamó de inmediato al servicio de emergencias del 112. Una patrulla de la Guardia Civil se personó a los pocos minutos. Al ver las circunstancias que rodeaban la escena, pidieron la presencia de un equipo de la Policía Judicial, ya que desde el primer momento se inclinaron por la hipótesis de que se trataba de una muerte violenta. A pesar de ello, no queda claro cuál fue el mecanismo empleado para ejecutar su muerte.
Se cree que fue el propio Jacobo quien se habría colocado el cable alrededor del cuello por razones que se desconocen, ya que el cuerpo no presentaba señales de estrangulamiento ni en la piel ni en el tejido muscular. Tampoco presentaba señales por golpes. El caso recae ahora en manos del grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia, y se espera que en las próximas horas se complete el informe preliminar de la autopsia con la ayuda de otro forense.
El edificio en el que ha tenido lugar el suceso forma parte de una manzana de viviendas unifamiliares adosadas, cuya construcción quedó inacabada debido a que el promotor abandonó su obra durante los años de la crisis económica. Según informa este medio, tanto Jacobo como otras personas utilizaban estos pisos para pernoctar, además de reunirse para consumir alcohol y marihuana.