El joven británico residente en Zaragoza tuvo problemas con su propia masculinidad desde los 16 años. Por eso, cuando su compañero de piso le propuso un trato, él dijo que sí. Consideró que dejarse amputar el pene a cambio de 200 euros podría ser una buena idea. ¿Por qué no? Además, le prometió más dinero si el vídeo tenía muchos clicks. Su pene tenía un precio. En su cabeza, la castración no parecía mal negocio.
La aparición de un hombre ensangrentado y deambulando con el pene cortado por las calles de Zaragoza el pasado 8 de marzo conmocionó a los vecinos de la capital aragonesa. Sucedió en torno a las siete de la tarde. Era viernes y una patrulla de la policía identificó a un varón que caminaba sin rumbo por la Gran Vía, en el mismo centro de la ciudad. El sujeto llevaba la entrepierna chorreando sangre. Cuando los agentes se acercaron a preguntarle, él les contestó que acababa de salir de casa y les confirmó que sí, que tenía el pene amputado.
Los agentes consiguieron recuperar el miembro cercenado y el joven fue trasladado hasta el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde los servicios de urgencia procedieron a su reimplantación. Se desconoce si se lo consiguieron volver a pegar. Lo que sí se sabe es que la policía inició una investigación, porque creían que en realidad se trataba de una agresión de una tercera persona que la víctima estaba intentando ocultar.
Nada más lejos de la realidad. Fue una apuesta por dinero. EL ESPAÑOL ha podido saber que el hombre que amputó el pene del británico fue su compañero de piso Aarón Beltrán, que le ofreció al inglés 200 euros al contado por dejarse cortar el miembro con un cuchillo, además de la promesa de abonarle otros 2.500 si la macabra escena cosechaba muchas visitas en Youtube. Ahora, el nombre de Aarón ha vuelto a salir a escena porque acaba de ser juzgado por maltratar a su madre.
Sólo sacar el odio
La escena del hip hop está de moda en Zaragoza. Son muchos los jóvenes maños que quieren emular los pasos de Kase O., el rapero más famoso de la ciudad. Entre ellos, Aarón Jonás Beltrán, cuyo nombre artístico es El Sanatorio del Ático. Con una barba poblada, el joven de 33 años sube rimas a las redes desde su casa de Zaragoza, mientras evita que su mascota se cuele en los vídeos. “Estate quieto, tira p’allí”, le ordena a su perro antes de empezar a cantar una letra que dice: “Qué más me da ya, sólo sacar el odio, siendo amenazado de muerte y al borde del suicidio”, cuenta en sus letras. El problema que sus temas no sobrepasan las 500 visualizaciones.
Aarón es un tipo oscuro y conflictivo que incluso fue denunciado por su madre por malos tratos y amenazas. Compartía piso con un joven británico que tuvo problemas con su masculinidad desde que era joven. Ahí, el rapero Aarón vio una brillante oportunidad de negocio.
En el peor barrio de Zaragoza
Aarón vive en la zona Pignatelli del centro de Zaragoza. Un barrio que en los últimos tiempos ha sido el escenario de varios sucesos controvertidos. Hay robos, asaltos, peleas… aunque el más estremecedor ha sido la paliza a una niña de 4 años por parte de su madre y la pareja de esta, que acabó con la criatura en la UCI (donde todavía permanece ingresada) y los dos adultos en prisión.
Pero un mes antes sucedió lo del pene. Un inglés de 33 años salió de un domicilio de la calle Calatayud al anochecer, ya con el pene en la mano. Literalmente. Caminó así unos 500 metros, desorientado y ensangrentado. A la altura del paseo Fernando el Católico le echó el ojo la policía, que se encontró con la sangría. Recuperaron el miembro y lo mandaron al hospital.
2.500 euros más si la castración da muchos clicks
Una vez recuperado parcialmente de sus heridas, explicó a la policía que le habían propuesto pagarle a cambio de la mutilación y que él había aceptado. Él mismo le dijo a los agentes que no pasaba nada, literalmente. Los problemas que arrastraba con su masculinidad desde joven andaban detrás de esa decisión.
Aarón Beltrán, el rapero atormentado, fue el ideólogo del desastre. 200 euros tuvieron la culpa. Además, si la escena se viralizaba Aarón le pagaría 2.500 euros más, que para él se convirtieron en más importantes que la integridad de sus genitales. El rapero lo vio claro. El éxito que nunca habían conseguido sus canciones lo iba a alcanzar el aparato cercenado de su compañero de piso. Ahora sí que iba a verlo mucha gente en todo el mundo. Con suerte, se acabaría convirtiendo en uno de esos challenge que se ponen ahora tan de moda y desembocaría en una gran capada mundial retransmitida por redes.
De hecho, no es la primera vez que alguien se amputa los genitales como expresión artística. El japonés Mao Sugiyama se cortó en 2012 los testículos, el pene y el escroto, los cocinó y montó un banquete para cinco comensales en su casa de Tokio. A ver por qué el inglés no iba a poder dejarse mutilar el suyo por un rapero con el que residía. La tarifa, sin embargo, la podría haber aumentado. Sugiyama cobró algo más de 800 euros por cubierto. El guiri perdió mucho dinero cuando aceptó los 200 sin condiciones.
Quiso matar a su madre
Ahora, a Aarón se le acumulan los problemas. Le acaban de condenar a 22 meses de cárcel por agresión, amenazas y malos tratos a su propia madre. Aarón vivía con ella y su hermano desde septiembre de 2018. Desde entonces ha protagonizado una sucesión de incidentes con sus familiares. El día 16 de ese mismo mes se desencadenó su primera crisis. El motivo: 20 euros que habían desaparecido.
Aarón, según declaró su madre, empezó a romper el mobiliario de la casa y a amenazarles con matarlos a los dos si no aparecían sus 20 euros. El 20 de septiembre del mismo mes, arremetió contra su hermano menor de edad, al que llamó “maricón” e “histérica de mierda”. El 1 de octubre, al grito de “cállate la puta boca que te voy a chafar la cabeza, mentirosa de mierda”, le propinó un empujón a su progenitora que la mandó al suelo. A su hermano le lanzó unas tijeras a la cabeza.
Puto yonky y despojo humano
El 4 de octubre explotó todo. Empezó una discusión con ambos que acabó con la madre llena de moratones en los brazos a causa de los agarrones de Aarón, que mientras la agredía le gritaba “mala madre, por culpa del marica de mi hermano estoy jodido de la espalda” y la amenazaba si se iba de la lengua: “Te voy a matar, zorra. Como me denuncies te mato. Esta vez estás muerta. Fue ese día cuando Silvia, la madre del rapero, lo conminó a que abandonase la casa e interpuso una denuncia.
Ahora, Aarón acaba de ser condenado a 22 meses de cárcel. Asegura que los hechos no sucedieron así, que era la madre la que le llamaba puto yonki y despojo humano. Las calificaciones fiscales apuntan a que tal vez Aarón podría tener las facultades mentales mermadas ese día, a causa de la ingesta de algún tipo de sustancias estupefacientes, cuyo consumo por su parte había sido habitual.
(Fe de erratas: en la primera edición de esta noticia se atribuyó de forma errónea la mutilación a Álvaro y la autoría al turista británico)