Lo que iba a ser un retiro bucólico, un fin de semana tranquilo y en pareja en la naturaleza, acabó convirtiéndose en la peor historia para Julio Martín, un vallisoletano de 60 años. El pasado domingo, él y su mujer, Teresa Rodríguez, habían alquilado un par de bicicletas para hacerse la Senda del Oso, una de las rutas rurales más célebres de Asturias. A media mañana, Julio se adelantó, llevaba mejor ritmo que Teresa, y a la altura del kilómetro 18 de la autopsia AS-228, se precipitó siete metros hasta el asfalto de la carretera. Falleció en el acto, ya que no llevaba casco. Sin embargo, todavía se desconoce el motivo exacto por el que cayó.
La Senda del Oso, un recorrido rural que pasa por los municipios asturianos de Proaza, Teverga, Quirós y Santo Adriano -dentro de la Mancomunidad Valles del Oso-, es un enclave turístico y casi espiritual para los asturianos: ahí residen sus osos más célebres. Pero el domingo, que era un día de buen tiempo y que había llevado a muchos turistas a recorrer sus caminos, el entorno le jugó a Julio la peor de las suertes.
Originario de la localidad segoviana de Cuéllar, Julio era en esencia vallisoletano. Ahí había desarrollado gran parte de su vida adulta trabajando como ingeniero y junto a su mujer Teresa, con quien tenía dos hijas, Esther y Ana, ambas veinteañeras. Todos ellos llevaban una vida normal y Teresa y Julio solían hacer viajes en pareja, especialmente desde que sus hijas se mudaron a Madrid. El domingo, el plan era coger dos bicicletas de la empresa TeverAstur y hacer esa ruta que congrega a tantos por su belleza natural.
Todavía se desconoce por qué Julio llegó a caer siete metros. El diario La Nueva España publica que se apoyó en una barandilla que cedió, aunque algunas fuentes locales, entre ellas el alcalde de la localidad de Proaza, donde tuvo lugar el accidente, asegura que en el tramo por el que Julio cayó no había barandilla y la zona estaba cubierta por una cinta. En aquel momento no había testigos. Su mujer Teresa, que iba retrasada en la marcha, pasó de largo y no se encontró a Julio.
“El deterioro de la senda se ha acentuado este año”
“Nosotros recibimos una llamada a las 12:05 del domingo a través de Atención Ciudadana”, comenta un portavoz de la Guardia Civil de Oviedo en conversación con este diario. “En ese momento nos dijeron que había ocurrido un accidente de tráfico en el que se había visto involucrado un ciclista”, añade. En ese momento se trasladó hasta el lugar una patrulla de Tráfico y confirmaron que sí, que era un varón y que se encontraba sin vida, pero en ese momento no encontraron la bicicleta.
El vehículo sobre el que iba Julio se había quedado enganchado en unos matorrales tras la caída, por lo que en un primer momento no se veía. Pero lo que las autoridades sí que pudieron confirmar es que la muerte se produjo por un fuerte golpe en la cabeza. Eso dijeron las autoridades judiciales y, después del atestado, el cuerpo de Julio fue llevado hasta el Instituto de Medicina Legal de Oviedo que realizó la autopsia este lunes y confirmó que falleció a causa del fuerte traumatismo craneal.
La Guardia Civil continúa investigando los detalles para esclarecer lo sucedido. Si bien es cierto que Julio no llevaba casco, es posible que aunque lo hubiera llevado no se hubiera salvado debido a la fuerte caída.
Teresa, por su parte, tardó en enterarse de la triste noticia. No encontraba a su marido y tuvo que ser la Guardia Civil la que la encontrara. Como Julio no llevaba documentación las autoridades contactaron con la empresa TeverAstur, tras identificar la bicicleta, y ellos sí pudieron facilitarle el contacto de Teresa. Ella se presentó este domingo por la noche en la Comandancia de Oviedo y estaba deshecha. El cuerpo de Julio llegó la tarde del lunes al tanatorio, que la familia decidió que fuera en Cuéllar, para que la ceremonia fuera en un entorno cercano a los suyos.
“Es un día triste, un fallecimiento en nuestra senda es muy triste… pero así es la vida”, dice en conversación con este diario Ramón Fernández, alcalde de Proaza. “Este año, el deterioro de la senda se acentuó por una nevada muy fuerte que tuvo lugar el 10 de octubre y que llegó a tirar varios árboles”, añade Fernández. “Hay tramos de la valla que no tienen las condiciones que se requiere, pero, como todas las cosas, se va haciendo lo que se puede con el dinero que se tiene y siempre es insuficiente”, comenta.
Una senda que ya se ha cobrado muertes antes
La Senda del Oso mide 59 kilómetros y está creada sobre el trazado de un antiguo tren minero, lo que hace que no haya casi desniveles y que sea fácil de caminar e idónea para hacer una ruta en bicicleta. Además, suele congregar a numerosos turistas ya que a mitad de camino se encuentra el recinto vallado en el que reside Paca, que junto a su hermana Tola, ya fallecida, se convirtieron en el símbolo de la recuperación del oso pardo en España.
Pero tal y como relata el alcalde de Proaza, la senda no está en las mejores condiciones. La muerte de Julio ha desatado duras críticas de muchos usuarios que conocen la ruta y que acusan el escaso mantenimiento que sufre la zona. En octubre de 2005, Gloria de Frutos, una turista segoviana que estaba haciendo la misma ruta que Julio, corrió la misma suerte que tuvo este domingo el vallisoletano.
Igual de turista que Julio, ese día Gloria estaba paseando con un grupo de amigos por la zona de Peñas Juntas. En un momento de la mañana decidieron parar a hacerse una foto. Sin darse cuenta, Gloria se posó un momento en una de las barandillas y ésta acabó cediendo. En este caso sí que hubo testigos y el marido de Gloria, Guillermo, necesitó atención psicológica.
Tras su muerte, se desató un periplo judicial bastante complejo. El Principado de Asturias consideraba que el mantenimiento de la Senda del Oso era responsabilidad de la Mancomunidad, que engloba a los cuatro municipios por los que pasa, mientras que los ayuntamientos de las localidades achacaban la responsabilidad al principado. Todo al mismo tiempo que se intentaba culpar a Gloria por una negligencia. Finalmente, la Mancomunidad, es decir, los cuatro ayuntamientos, tuvieron que indemnizar a la familia de Gloria un total de 139.750,41.
La historia de Juan Manuel Alonso es similar, aunque por fortuna para él se libró de la muerte. “Fue en 2010 y estaba con mi familia. Ellos no querían ir con la bicicleta por la carretera así que nos hicimos la Senda del Oso”, cuenta Juan Manuel en conversación con EL ESPAÑOL. “En un momento, cuando estaba cruzando un puente, vi que tenía una de las botas desabrochadas y me apoyé en una barandilla para atarme. Cedió, y caí al vacío, en el cauce de un río que estaba seco”, recuerda.
“Fueron siete metros y me fracturé la pierna derecha. Me estalló la meseta tibial y me la tuvieron que reconstruir con dos placas y 13 tornillos”, añade. “Desde entonces sólo he vuelto una vez. La parte donde yo me caí he visto que sí la habían reparado pero el resto de la senda estaba en un estado de deterioro similar. Está hecha un asco y si la promocionan como sitio turístico debería estar más cuidado… no conozco al hombre que ha fallecido pero es una pena, me gustaría darle el pésame a la familia”, apuntala.
"Si finalmente se confirma que Julio murió porque la valla cedió, más vale que tiren las vallas, que en teoría son elementos de seguridad pero que provocaron el accidente de Gloria y el mío", critica Juan Manuel. "Que los tres accidentes hayan sido por apoyarse en las barandillas... parece que cuesta menos pagar las indemnizaciones por los accidentes que invertir dinero en mantener las vallas", añade.