Un taller de Reus (Tarragona) no repara coches ni de la Guardia Civil ni de la Policía Nacional. Este hecho quedó constatado tras la denuncia que interpuso un agente de los Mossos d'Esquadra, quien llevó al taller mecánico el coche de su mujer, Policía Nacional, y fue rechazado por el propietario del negocio. Según declaró en el juicio, Jordi Perelló, el responsable del taller, le dijo que no trabajaba con ambos cuerpos de seguridad debido a que eran "opresores y responsables de lo que estaba pasando", en relación a la agitación que se vivió en Cataluña a raíz del 1 de octubre. La denuncia no solo quedó archivada, sino que ahora se ha vuelto en su contra.
El cuerpo de Mossos d'Esquadra ha sido suspendido de empleo y sueldo durante un mes a este agente, quien consideró oportuno denunciarle por un delito de incitación al odio, debido a que "atentó contra la imagen del cuerpo y contra el prestigio y la consideración de la Generalitat". Esta suspensión responde a la queja formal que presentó el dueño del taller una vez conocida su absolución.
Según la interlocutora que acabó archivando el caso, el agente de los Mossos declaró que dueño del taller se negó a atenderles, ya que desde el pasado 1 de octubre (de 2017) no trabajaba ni con Policía Nacional ni con Guardia Civil, porque consideraba que eran "unos opresores y los responsables de lo que estaba pasando". Estos hechos tuvieron lugar el pasado 31 de enero de 2018.
El caso fue archivado por el magistrado del Juzgado de Instrucción número 3 de Reus, considerando que podría entenderse como un delito de injurias o amenazas, pero que en ningún caso tiene elementos propios de un delito de odio como la incitación.
Absuelto, el mecánico redactó y envió un escrito de acusación a la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) de los Mossos d'Esquadra quejándose de un comportamiento irregular fuera de servicio del agente que le denunció. A raíz de esta queja, el sindicato abrió un expediente sancionador y ahora le ha impuesto una suspensión de empleo y sueldo durante un mes, al considerar que el agente "atentó contra la imagen del cuerpo y contra el prestigio y la consideración de la Generalitat". La División de Asuntos Internos de los Mossos acabó citando al agente para dar explicaciones y elevó la tipificación de la sanción a la de atentado contra la imagen del cuerpo.
Según cuenta este medio, el agente suspenso trató de recurrir hasta en tres ocasiones esta sanción sin éxito. También ha acusado al mecánico de filtrar la denuncia a los medios, realizar entrevistas y organizar concentraciones a las puertas del juzgado con el objetivo de perjudicarle. Actualmente, el agente se encuentra suspendido cumpliendo su sanción.