El rey Juan Carlos lo deja. En realidad, ya lo había hecho hace tiempo pero ahora da la estocada oficial a una vida de la que cada vez estaba más apartado desde su abdicación en 2014. El monarca Emérito ha anunciado su voluntad de dejar de lado las actividades institucionales a partir del próximo 2 de junio. Así se lo ha comunicado a su hijo, el rey Felipe VI, tras cinco años desde su abdicación. El trasfondo de la decisión se debe a su estado de salud y a que cada vez está más apartado.
Aunque se ha sometido recientemente a la extirpación de varios carcinomas benignos en la piel de la cara, lo cierto es que EL ESPAÑOL ha podido confirmar, de fuentes solventes, que su estado de salud es bueno pese a las operaciones y achaques lógicos para una persona de su edad. Sin embargo, su salud ha venido siendo un problema para la Casa Real y en Zarzuela parece que se le trata como si ya estuviera amortizado.
Las mentiras de Zarzuela sobre la salud de Juan Carlos
En una de sus últimas apariciones públicas, en marzo de este año, el monarca acudió a la plaza de toros de Las Ventas con su hija la Infanta Elena y sus nietos Froilán y Victoria Federica. Ahí se le pudo ver con un ojo morado. A pesar de que se fabulaba con una caída o un golpe, tanto él como Zarzuela explicaron que se trataba de la quema de una mancha en la piel y que no había salido como debería.
Pero no se explicó más, ocultando un viaje que Juan Carlos había hecho a Estados Unidos, pasando por Florida, Houston y Texas. El viaje podría tener que ver con su moratón más de lo que se quería admitir. Además, llamaba la atención porque desde Zarzuela se comentó que el Rey Emérito no viajaría a la investidura de Armando López Obrador, en México, por sus problemas de salud.
No era la primera vez que Zarzuela ocultaba este tipo de informaciones que mezclan la salud y los viajes de Juan Carlos. Ya ocurrió en 2011, cuando todavía era rey, y apareció con unas gafas de sol tras darse un golpe con una puerta, según la versión oficial. En realidad, había resbalado en el cuarto de baño.
Lo mismo ocurrió cuando, en la Pascua Militar de 2014, Juan Carlos fue incapaz de leer el discurso que le habían preparado para hablar frente a las Fuerzas Armadas. La versión oficial, de nuevo, dijo que era porque había poca luz, pero en realidad se debió a sus nervios.
Letizia permite una foto que lo deja en evidencia
Otra de las anécdotas que evidencian el que a Juan Carlos se le estaba dejando de lado fue con la publicación de la fotografía del 80 cumpleaños de la Reina Sofía, en noviembre de 2018, en la escalinata del palacio que durante años fue su casa y sede. En ella, el emérito aparecía con la pierna muy torcida.
La postura se debía a una operación que había sufrido en abril y que le había estado provocando serias dificultades para andar. A pesar de lo inevitable, que es la edad y sus achaques, el Rey Emérito lleva muy mal dar esa imagen de sí mismo. Pero el filtro final, como el de todas las instantáneas que toma el fotógrafo oficial, era labor de la reina Letizia... y ella lo permitió.
Juan Carlos, 'aparcado' en un despacho
Salud a parte, desde Zarzuela tampoco han querido contar con él para los actos institucionales, relegándolo a un papel cada vez más marginal. "Lo tienen escondido. Pero la cosa ha llegado a tal punto que si no le dan trabajo, se lo busca él", confesaba a EL ESPAÑOL una fuente muy cercana a don Juan Carlos.
Esto se ha materializado en las escasas veces que el Rey Emérito ha aparecido en público en lo que va de año. Mientras, se le ha asignado un despacho en Zarzuela al que ni siquiera va. "No va nunca, no tiene ningún sentido, despacha desde casa todo lo que tenga que solucionar", puntualizaba otro amigo cercano del Monarca. Lo que sí, esto evidenciaba que se contaba muy poco con él. Ahora, con su retirada, parece que va a ser un alivio para muchos.