Este martes, cuando el reloj dio las 12 de la noche, Francisco Javier Sánchez Artigues, más conocido como Javi, de 27 años, acababa su jornada laboral. Llevaba seis meses trabajando en el bar Es Fasser, localizado en la localidad de Lloret (Mallorca). Sin embargo, parecía que llevaba toda una eternidad. En muy poco tiempo había hecho muy buenas migas con sus compañeros de profesión. Muy trabajador, siempre servía con una sonrisa las cañas, tapas y hamburguesas que le pedían. Cuando terminó la faena quedó con Bel, de 20 años, con quien había comenzado una relación especial hacía poco tiempo. Alrededor de las cuatro de la mañana, la pareja iba subida al coche de Javi: un Audi A3. Él conducía. De repente, cuando se supone que tenía que girar en la rotonda de Algaida, él mallorquín la atravesó a gran velocidad, cruzó al sentido contrario y se estrelló contra una farola. Bel murió en el acto y Javi, horas después en el hospital.
Los hechos ocurrieron en la carretera de Manacor y según ha indicado la Guardia Civil a EL ESPAÑOL, aún no se conocen la razón por la cual Javi no respetó las normas de seguridad vial. Tal y como ha indicado el diario Última Hora, el piloto no llevaba el cinturón de seguridad. En el momento del accidente, Javi estaba consciente y gritaba pidiendo auxilio. Varios conductores presenciaron la escena y fueron los primeros en llamar a los servicios de emergencia. Al lugar se desplazaron los Bomberos de Mallorca, la Guardia Civil y varias ambulancias. Bel había fallecido, pero aún había esperanzas de salvar al joven, quien estaba atrapado en el Audi A3.
Los trabajadores consiguieron rescatar a Javi, pero su estado era muy grave. El personal sanitario le trasladó en ambulancia a toda velocidad hasta el hospital de Son Espases. En el trayecto entró en parada cardiorespiratoria, pero los médicos lograron reanimarlo. Sin embargo, tras ser intervenido de urgencia en el hospital, falleció.
"Era la persona más feliz que conozco"
Aunque todos la conocían como Bel, su nombre era Isabel Servera Pocoví. Era vecina de la localidad mallorquina de Montuïri y llevaba unos meses trabajando de camarera en un bar, aunque su pasión siempre fue el maquillaje. Una amiga de la fallecida ha contado a este periódico que Bel siempre tenía una sonrisa para todos. "Era la persona más feliz que conozco", confiesa. Las amigas se conocían de la academia de estética y solían irse a tomar cervezas después de clase. "Era muy, muy graciosa, tenía poca orientación y siempre estaba pendiente de cómo estábamos", añade.
Javi, cuando no tenía una bandeja en la mano, solía disfrutar de su tiempo libre haciendo algún deporte. "Le encantaba el fútbol, el padel y la bicicleta", explica una compañera del bar. "Estamos en shock. Un poco descolocados. Llevaba tiempo trabajando aquí, pero había marcado. Era una persona sensible, trabajador y muy solidario. Todo lo aceptaba", añade.
Mallorca llora la pérdida de los jóvenes. Acababan de empezar y pocos conocían su historia. El ayuntamiento de Montuïri ha decretado tres días de luto. Este miércoles las banderas ondean a media asta.