Lo que en un principio parecía que iba a ser una investigación relativamente sencilla, con los actos y los rastros muy definidos, se ha ido convirtiendo en una realidad cada vez más compleja y enmarañada. Verónica, la trabajadora de Iveco de 32 años, se suicidó el pasado sábado después de que se difundiera un vídeo suyo de contenido sexual. Eso está claro, y también se sabe de qué vídeo se trata.
Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación han trasladado a la agencia Efe que existen hasta cinco vídeos diferentes de contenido íntimo que tuvieron, algunos más y otros menos, difusión entre los trabajadores de la fábrica. EL ESPAÑOL ha podido confirmar que, además, hay al menos tres hombres distintos con vídeos distintos. Lo que queda ahora por esclarecer es quién de ellos fue el que difundió el último vídeo y por el cual Verónica tuvo que vivir un infierno que le llevó a quitarse la vida. La Policía tardará varios días en cruzar los datos de las conversaciones de WhatsApp de numerosos trabajadores.
El último de estos cinco vídeos comenzó a circular por la empresa hace aproximadamente un mes. En él, aparecía ella sola. Las autoridades investigan si fue una antigua expareja de Verónica que lo sacó a la luz por despecho, ya que el vídeo se grabó hace cinco años. Lo cierto es que en cuanto salió, ella empezó a sufrir un calvario que vio su pico más fuerte la semana pasada.
Verónica tuvo que ver cómo había gente que iba de otras partes de la fábrica hasta su puesto de trabajo para verla y señalarla, según ha trasladado parte de su entorno cercano a EL ESPAÑOL. Por eso, subió el pasado jueves a hablar con la dirección de la empresa y a comentárselo. Pero dio poco tiempo a reaccionar. Dos días después, Verónica se suicidaba en Alcalá de Henares.
Pero no era la primera vez que lo vivía. Según adelantó este viernes EL ESPAÑOL, hace 10 años Verónica ya fue grabada manteniendo relaciones sexuales con un compañero de trabajo y ese vídeo también se difundió. Aunque en este caso en menor medida. El hombre lo compartió a menor escala y lo enseñó a su círculo cercano y, básicamente, al que pasaba por ahí, pero no se hizo viral. Se desconoce si él pudo estar involucrado en la nueva difusión del vídeo que empujó a Verónica al borde.
Otra de las claves podría estar en la expareja de Verónica que este jueves se entregó en la comisaría de la Guardia Civil de Mejorada del Campo. Tras ser trasladado a la Jefatura Superior de la Policía Nacional, que es la que lleva la investigación, aclaró que sí, había estado en una relación con ella pero él no era el responsable de la difusión del vídeo.
Según Espejo Público, cuando Verónica se puso en contacto con la empresa les dijo que le había pasado el vídeo al hombre que este jueves acudió a la benemérita, pero que no creía que fuera él el responsable de la difusión, y a otra persona. ¿Quién es esa otra persona? El tiempo lo dirá.
Lo cierto es que la existencia de varios vídeos y de varias personas implicadas ha complicado las investigaciones de las autoridades. Es difícil dirimir quién tiene qué responsabilidad. Además, es posible que durante el avance de las pesquisas se acabe descubriendo que el resto de vídeos también fueron distribuidos y que sea un grupo muy grande de personas los que compartan la responsabilidad penal o civil del asunto.
El joven que acudió a las autoridades este jueves para aclarar su participación en el caso ha sido puesto en libertad sin fianza porque las autoridades consideran que no había indicios de que hubiera incurrido en un delito. Su teléfono móvil, de todas formas, está siendo investigado por la Policía y las autoridades no descartan ir tomando declaración a otros trabajadores de la planta. Hay varios videos, muchos nombres, mucha gente que lo compartió. Parece que, a medida que avanza la investigación, cada vez es más compleja.