Juan Carlos, el Rey Emérito, dio la sorpresa el pasado lunes. Zarzuela hizo pública una carta a su hijo Felipe VI en la que le anunciaba su intención de abandonar su labor pública en representación de la Corona. Su jubilación definitiva comenzará a partir del lunes día 3 de junio, coincidiendo con el mes del quinto aniversario de la abdicación de Juan Carlos en favor de su hijo.
El padre del Rey, sin embargo, no se irá sin hacer ruido. Lo hará este domingo con una pequeña despedida familiar. Ha organizado un almuerzo en Aranjuez, cerca de Madrid, con su familia y amigos. La cita tendrá lugar en el Jardín de Oñate, donde se encuentra el palacio del conde de Oñate, un antiguo pabellón de caza restaurado. Allí se juntarán su hija mayor Elena -y único verdadero apoyo que le queda al Emérito-, su hijos Froilán y Victoria, las Infantas Pilar y Margarita (con sus hijos) y varios de sus ahijados, como Carlos, el hijo de María Zurita.
Los reyes Felipe y Letizia con la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, al igual que la Reina Sofía y la Infanta Cristina, también están invitados, aunque parece ser que sólo acudirán estas dos últimas. Aún están sin confirmar. Un evento familiar que tendrá lugar tan sólo 24 horas después que el acto que ha supuesto la puntilla definitiva de las humillaciones que viene sufriendo Juan Carlos desde hace meses: la celebración del Día de las Fuerzas Armadas en Sevilla. Felipe VI se negó -ante el interés de su padre- que este pusiese un pie en la capital hispalense este sábado 2 de junio.
Entre los amigos que acudirán al almuerzo en Aranjuez están parte del grupo de cazadores que han compartido días de campo con Juan Carlos, como Amador Suárez, José Manuel Pardo o Carlos Cutilla.
Después de comer, los asistentes pasarán la tarde en la plaza de toros donde se celebra la corrida en honor a la Condesa de Barcelona, doña María. El cartel será de lujo con El Juli, Morante y Manzanares. Será la ocasión de ver a estos diestros juntos porque no torearán en Las Ventas en esta Feria de San Isidro.
El lunes Juan Carlos comenzará una nueva etapa de su vida tras más de 40 años de servicio a la Corona. A sus 81 años se abre ante él un nuevo camino alejado del foco público en el que podrá disfrutar de una jubilación dorada. Sin responsabilidades oficiales, sin actos a los que asistir y con dinero suficiente para hacer lo que quiera y donde quiera. Ahora podrá dedicarse de pleno a sus grandes pasiones: el mar, la gastronomía y la tauromaquia. A su lado pemanecerá la que ha sido siempre su fiel escudera, la Infanta Elena.
Dice el refrán que honra merece al que a los suyos se parece. Y eso es lo que le ocurre a la Infanta Elena. Sin duda, sus dos hermanos, el Rey Felipe y la Infanta Cristina, son más de la rama Hannover (hay que recordar que por muy nacida en Grecia que sea Sofía su estirpe le viene de Alemania) mientras que la duquesa de Lugo es 100% Borbón. Siempre se ha dicho que ella es la favorita de Juan Carlos. Y si no lo es, debería serlo, porque es, sin duda, la persona que más le ha acompañado en estos últimos cinco años de calvario. "Él mismo los describe así. Desde que abdicó en 2014 las cosas se le han complicado en asuntos de salud y de imagen respecto a la opinión pública y, sobre todo, en el interior de Zarzuela, donde han sido continúas las faltas de respeto y apoyo. Ha pasado de ser El Jefe a mejor que no vaya que la lía. Pero su hija mayor ha estado siempre a su lado, animándolo, acompañándolo", cuenta a EL ESPAÑOL una persona cercana al padre del Rey.
Nada cómo con su papel de 'segundón'
Han sido cinco años complicados para Juan Carlos. "Él nunca se ha sentido cómodo en el papel de segundón. Entiende que el reinado de su hijo esté consolidado y que ya forma parte del pasado, pero no ve su papel en bodas y funerales, algo que sí le gusta a Sofía. Para él, su labor histórica ya está cumplida". "Le cuesta entender los tiempos políticos de ahora. Se da cuenta de que pertenecen a su hijo y que, a veces, se ha sentido como un jarrón chino, valioso pero que no saben dónde colocarlo, y eso le resulta muy incómodo”, dice una persona que conoce muy de cerca al restaurador de la monarquía española. Eso es lo que precisamente sucedió hace dos años con motivo del 40º aniversario de la Democracia, cuando no fue invitado.
Su deterioro físico está haciendo ya mella en él. Desde hace varios años camina con ayuda de un bastón o muletas, consecuencia de sus problemas de cadera y rodilla.
Todas estas razones han sido parte de las piezas del puzle que ha ido encajando hasta decidir escribir su carta de jubilación a su hijo, Felipe VI. Pero falta una por contar, una de las más significativas: la que juega la influencia de su hija mayor en él.
Desde que llegaron al trono Felipe y Letizia en 2014 la Familia Real fue reduciendo su número de miembros. Se decidió que de ese título como tal sólo podrían disfrutar los actuales Reyes, sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, y los Reyes Eméritos. Quedaban excluidas ipso facto la Infanta Elena y sus hijos, Felipe y Victoria. Y, por supuesto, ya con el Caso Noós en pleno desarrollo, los duques de Palma y sus hijos. "Aquello se hizo por muchas razones, pero sobre todo como un cordón sanitario para que los problemas legales de los de Barcelona no salpicarán más a la Institución. Pero a la duquesa de Lugo le sentó fatal. Le dejaban fuera del servicio a lo que más quiere, la Corona. A partir de ahí la relación con su hermano nunca volvió a ser igual y no hablemos ya con su cuñada, Letizia… Así la hermana mayor del Rey se marcó otra misión, otra forma de ayudar a la Corona: cuidar y acompañar a su padre", reflexiona una amiga de la hermana de Felipe.
Y eso es lo que ha hecho la duquesa de Lugo durante estos cinco años: ser la sombra de su padre. Se les ha visto ir juntos por media España disfrutando de los mejores restaurantes del país.
De entre todo, lo que peor ha llevado la Infanta Elena han sido las continuas humillaciones que ha sufrido su padre durante estos cinco años por parte del equipo nuevo de Zarzuela. "El día que se enteró de que no habían invitado al Rey al acto conmemorativo del 40 aniversario de las primeras elecciones libres en el Congreso, se enfadó muchísimo. Así se lo hizo saber a su hermano Felipe que le aseguró que había sido un problema de protocolo. Pero han sido tantas cosas, ella ha sufrido mucho viendo como le hacían luz de gas a Juan Carlos. Al final ha sido ella quien le ha animado a retirarse del escrutinio público. Y, sobre todo, apelando a que él había cumplido su papel en la Historia de España y que no debía permitir que le faltaran al respeto y le humillaran más desde el Palacio de la Zarzuela.
"Seguro que Elena es la que más se ha alegrado de que lo haya hecho. Ahora se podrán ir juntos a comer donde quieran sin problemas, sin tener que preocuparse de cómo se van a tomar en la Casa que hayan elegido este sitio o el otro", añade la misma persona del círculo cercano de la hija mayor.
¿Cómo afecta esto a su otra hija?
Ahora la Familia de Borbón y Grecia queda más dividida todavía, si esto es posible. El punto de unión entre la Familia Real y la Familia del Rey es sólo la Emérita Sofía, que tiene claro que ella va a seguir siendo Reina, ya que no sabe hacer otra cosa: nació y fue educada para ello. Aunque parece que los dos reyes Eméritos se quedan en el lado de las Infantas como pudimos observar a finales del mes de abril, cuando Juan Carlos y Sofía viajaron hasta Alemania con su consuegra, Claire Liebaert, en un gesto insólito cargado de significado. Pablo, el segundo hijo de Iñaki y Cristina, jugaba un partido con su equipo, el TSH Hannover-Burgdorf, y sus abuelos estaban en las gradas para apoyarle. A su lado, la ex duquesa de Palma, que ve con la jubilación de su padre la idea de que lo va a tener más de su lado. "Ahora que de manera más decidida no representa a la institución, podrá mostrarle su apoyo".
Juan Carlos siempre ha sido un gran apoyo para su hija menor. Así lo dejó claro en marzo 2015, cuando en plena tormenta por el Caso Nóos, el rey emérito sorprendió a todos con una visita a la Infanta Cristina en Barcelona. Fue en el Club Náutico, donde don Juan Carlos comió primero con su gran amigo José Cusí y su mujer, Inés Muiños, y a la hora del café apareció su hija.
A finales de 2018, en noviembre, el monarca fue más allá. Viajó a Emiratos Árabes para asistir al campeonato de Fórmula 1 y fue acompañado por la Infanta Cristina. Ese viaje fue muy criticado porque don Juan Carlos se hizo una fotografía con el Príncipe Heredero de Arabia Saudí, Mahamed bin Salman, al que se le acusa de ser quien ordenó el asesinato del periodista Jamal Kashoggi en Turquía.
Otro momento crucial fue el 50 cumpleaños de Iñaki Urdangarin. Ya condenado y a punto de entrar en prisión, el marido de la Infanta contó con la presencia de sus suegros en la fiesta de aniversario celebrada en Ginebra en enero de 2018.
Juan Carlos comienza una nueva vida a partir de este lunes, pero antes celebrará su jubilación acompañado de sus dos hijas, de las que siempre ha recibido y recibirá su apoyo.