El sábado pasado, cuatro días después de los hechos, la Policía Nacional ya les había identificado. A los jóvenes, dos de 18 años y un tercero de 19, no les quedó más remedio que entregarse. Lo hicieron varios días después, el lunes, a última hora del día, reconociendo ser los autores de la paliza que acabó con la vida de David Carragal. 33 años, vecino de Cudillero falleció una semana después del ataque perpetrado cuando le pidieron tabaco y él les dijo que no, que no fumaba y que no les iba a dar nada. Le patearon el cuerpo, y también la cabeza. Terminó muriendo esta misma semana, casi siete días después.
Sus nombres son R.B., J. C. y A. S. Los dos primeros viven y son de Llanes y el tercero de Colloto, muy cerca de Oviedo. A la Policía no le consta antecedentes de ninguno de los tres. Dos de los amigos decidieron viajar desde Llanes a Oviedo para visitar al tercero. Planearon el viaje coincidiendo con las fiestas de la Florida. Acudieron a la fiesta como muchos otros, y al filo de las cinco de la madrugada del lunes pasado ocurrieron los hechos.
Los tres son deportistas, fibrosos, fornidos. Una vez detenidos y puestos a disposición del juez, los tres jóvenes detallaron su versión de los hechos, y narraron cómo no fue hasta este pasado lunes cuando se percataron de que las autoridades ya les tenían acorralados. Los periódicos ponían el foco en tres jóvenes "de entre 18 y 20 años", y hacían hincapié en el detalle de que uno de ellos poseía "elevada estatura". Pronto supieron que se referían a lo que había ocurrido la semana anterior, y que la suerte del chico al que habían pegado la paliza había sido la peor de todas las posibles.
La policía acusa a los tres chicos de homicidio, pero sin ensañamiento. Hubo agresión, hubo golpes terribles y definitivos en partes muy sensibles (como el cráneo). Pero según los agentes de la investigación el joven no fue "apaleado". No hubo "ensañamiento". La Fiscalía está pidiendo ya prisión para uno de los tres , el que reconoce la patada, y libertad provisional para los otros dos.
No está claro, eso sí, todavía cuál es el grado de implicación de cada uno de los detenidos en los hechos. "Ya sabían que les estábamos buscando. Y les detenemos como presuntos autores del homicidio. Da la sensación de que fue una paliza y un ensañamiento, y no".
No se conocían
David no conocía a los tres jóvenes que le mataron. Fue, a todas luces, "un encuentro casual", dicen los agentes de la investigación, ocurrido al final de las fiestas de la Florida, una concurrida verbena que se produce cada año por las mismas fechas en Oviedo. Allí que se fue él con dos amigas, las dos testigos de los hechos que trataron de socorrer al joven y que avisaron a las autoridades
Los detenidos declararon ante los agentes este pasado martes. uno de ellos reconoció haber lanzado "una patada". Los otros dos negaron tener nada que ver con lo ocurrido.
Los tres detenidos por la muerte de un joven muy querido en la localidad de Cudillero, su pueblo natal, declaran a lo largo de este miércoles ante el magistrado responsable del Juzgado de Instrucción número 4 de Oviedo. Llevaban dos días en el calabozo. Ellos insisten que la cosa no pasó más allá de un altercado.
La versión que ofrecieron de los hechos resulta diametralmente opuesta a la que se conocía hasta el momento. Dicen que ellos no fuman, que son deportistas, que no fue porque le pidieran tabaco. Dicen que la víctima comenzó a increparles cuando uno de ellos se puso a mirar a una de las chicas que iban con él. El abogado de los tres asegura que David reaccionó de forma "agresiva".
Trayectoria futbolística
El chico que reconoce haber propinado una patada dijo ante los agentes que no podía asegurar con certeza si llego a alcanzarle o no. Que según él le dio solo al aire. Es preciso recordar las lesiones que se detectaron en el cuerpo de David cuando llegó la Policía y los servicios de emergencia.
El joven presentaba severos traumatismos craneoencefálicos producidos por la lluvia de golpes que recibió en la cabeza. Fueron estos los que acabaron con su vida, casi una semana después, postrado en la cama del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Su cuerpo se fue apagando de forma progresiva con el paso de los días, y falleció rodeado de los suyos.
Los jóvenes acusados de homicidio tenían una trayectoria futbolística en distintos equipos de la zona. Según ha podido comprobar EL ESPAÑOL, uno de ellos había competido en el Club Deportivo Llanes. Otro jugaba en el Ribadesella. El tercero practicaba exactamente el mismo deporte. Y dicen que por eso, por su afición futbolística, resulta imposible que le pidieran tabaco a David.
Profesor de natación
David acababa de conseguir un contrato para irse a trabajar un año a Pensilvania. Dicen sus familiares a este diario que le encantaba viajar. No paraba quieto.
Tenía 33 años, era un tipo sano, deportista. Durante nueve años de su vida, había sido monitor de piscinas en Castrillón y otros municipios aledaños.
La desgracia se ha cebado en los últimas días en su entorno, concretamente en su grupo de amigos. En menos de un mes, a la muerte de David le precedió la de Mamel Castañón, otro miembro de la misma pandilla, atropellado el pasado 25 de mayo cuando regresaba a casa tras una noche de fiesta.