Iba a darse un chapuzón y casi pierde la vida. La murciana Naomi Mateos González ingresó hace dos días en el Servicio de Urgencias del Hospital Virgen de la Arrixaca de la capital del Segura, después de sufrir la picadura de la temida carabela portuguesa en una playa de Puntas de Calnegre. “Llevo demasiada morfina en el cuerpo, no le deseo a nadie este dolor”, suscribe esta joven, de 22 años, en un comentario de texto que acompaña a un vídeo que ha subido a su perfil personal de Facebook en el que da a conocer los estragos físicos que le han causado los tentáculos de la también conocida como fragata portuguesa, cuya inocente apariencia de medusa esconde la voracidad de su temida picadura.
En el litoral de la Región de Murcia se habían producido en este mes de junio varios avistamientos de ejemplares de carabela en Águilas, La Manga, Cabo de Palos y Mazarrón, pero hasta ahora no se había registrado ninguna picadura. El primer caso es el de Naomi, a falta de los datos que ha solicitado EL ESPAÑOL a la Consejería de Salud. Tal es la crudeza de las marcas que presenta la joven, que Consuelo, una sanitaria que trabaja en el centro hospitalario donde ingresó Naomi escribió un post en el que admitía que “no me suelen impresionar los casos que veo cuando estoy en la puerta de Urgencias de La Arrixaca, pero hoy por primer vez me ha pasado”.
Esta sanitaria calificaba de “impresionante” el aspecto que presentaba la joven cuando llegó en camilla: “La pobre no podía abrir los ojos, su rostro estaba sin expresión, pero sus labios tiritaban por el dolor. El resto del cuerpo no lo vi porque lo cubría una sábana, pero sus brazos parecían tatuados desde los hombros hasta los dedos debido a las picaduras. Después de seis horas no he conseguido borrar de mi mente esa cara de dolor”.
El perfil personal de Facebook de Naomi y su cuenta de Instagram van camino de viralizarse en la Región debido a que muestra varios vídeos y fotografías que retratan con crudeza las marcas que le ha dejado la picadura de la carabela portuguesa por toda la espalda, el hombro, incluso por el pecho. “Muchas gracias a todo el mundo que me ha hablado, estoy bien, viva la morfina que me ha quitado todo el dolor”, afirma en otro vídeo de 12 segundos distribuido por las redes sociales en las que se ve cómo se le está aplicando, a través de un gotero, un tratamiento con el citado analgésico para paliar los dolores que sufre desde el pasado martes cuando se truncó el día que estaba disfrutando con una amiga en Puntas de Calnegre.
Sus tentáculos pueden llegar a medir 50 metros
La joven sufrió la picadura cuando paseaba por la orilla y se adentró en el agua, sintió los tentáculos de la carabela portuguesa antes de que el mar llegase si quiera a cubrirle el cuerpo. Durante los últimos días la joven ha ido narrando la evolución de su estado de salud, el cual ya no reviste gravedad porque se encuentra ingresada en planta. “Noche horrible. Ahora sí que me empieza a doler todo el cuerpo y empiezo a sentir todo después de ir eliminando la morfina del cuerpo, solo quiero llegar a mi casa y sentarme en la puerta a ver cómo juegan mis animales, mis pequeños seres: os echo de menos”, tal y como ella misma reflexiona en un comentario que acompaña con la foto de la zona del litoral donde sufrió la picadura. Se trata de una cala de Puntas de Calnegre de aspecto paradisiaco, pero que escondía en sus aguas a la mortífera carabela portuguesa.
Naomi, en su apartado de historias de su cuenta de Instagram, ha montado un vídeo resumen para aclarar que no se trata de un bulo lo que le ha sucedido. “Han cerrado las playas. No han compartido nada, la gente dice que es un bulo y el Ayuntamiento se lava las manos. Doy gracias a dios de que ha sido a mí y no a un niño ni a una persona mayor”, suscribe en un cartel que acompaña a la imagen de su espalda marcada por la carabea portuguesa. Sus tentáculos pueden llegar a medir 50 metros y están cargados de veneno que emplea para paralizar a los peces y matarlos, por ello pueden resultar mortales de necesidad al entrar en contacto con una persona. De hecho, la joven no llegó a entrar en parada cardiaca gracias a la intervención de su amiga que la ayudó a salir del agua y a que antes de su traslado de urgencia a La Arrixaca, fue atendida en el al centro médico de la pedanía lorquina de Ramonete.
“Muchísimo cuidado con la carabela portuguesa en cualquiera de las playas”, insiste la joven, que ha recibido mensajes de apoyo de otras personas que ha sufrido picaduras de la fragata portuguesa. Como un aficionado al buceo al que hace diez años, en Águilas, tuvo que rescatarlo su padre al entrar en contacto con los tentáculos azules de la physalia physalis.