Fermín, con 28 años, había comenzado una nueva vida en Toulouse. Hasta la ciudad francesa se había mudado para trabajar como ingeniero de simulación de pruebas y atrás dejaba su pueblo natal, Pedrera. El pasado 13 de junio un fatal accidente en avioneta en el Pirineo Francés acabó con su vida. El joven había abandonado Andalucía con el único objetivo de volar del nido y dedicarse a su verdadera pasión: la aviación. "Era una persona muy normal y agradable", explica una vecina del pueblo a EL ESPAÑOL.
El accidente se produjo en la comarca francesa de la Cerdaña. Su familia y amigos todavía no pueden creerse lo sucedido y luchan por traer de vuelta -a su casa- el cuerpo de Fermín. Se han encontrado con diversas trabas burocráticas que han impedido trasladar el cuerpo hasta Pedrera. Por ello, han utilizado las redes sociales para enviar un mensaje de socorro y para explicar el horror que están viviendo. Quien les iba a decir que la verdadera pasión de Fermín, por la que había abandonado su hogar, iba a arrebatarle la vida.
Fermín era muy buen estudiante
Fermín Garrido nació en Pedrera (Sevilla), un pueblo de más de 5.000 habitantes, rodeado de canteras. En este pequeño municipio era muy querido. "Era un chico normal y amable", cuenta una vecina a este diario. Cerca de allí, en el municipio de Estepa, realizó sus estudios secundarios y de Bachillerato, en el IES Ostippo. "Era un chico muy querido, se implicaba en todas las actividades", comenta el director del centro a este diario. En ese momento comenzó a interesarse por los aviones y todo lo relacionado con estos y descubrió su verdadera vocación: quería ser piloto. "Tenía notas muy buenas, sobre todo en la rama de ciencias, con una media de 9", cuenta el director.
Para poder alcanzar su sueño, realizó la carrera de Ingeniería Aeronáutica en la Universidad de Sevilla, donde se apuntó al equipo de rugby de la universidad y a la tuna. Más concretamente, al grupo de la Facultad de Finanzas. Tocaba la guitarra y disfrutaba entreteniendo a la gente, junto al resto de sus compañeros. Se licenció como Ingeniero aeronáutico, aeroespacial y astronáutico.
Durante todo este periplo universitario y laboral comenzó una relación con María, con quien estaba descubriendo el mundo y con quien compartía su pasión por la música. Viajes a Berlín o a Praga, llenan sus perfiles de Facebook. En las fotos se les ve felices, sonrientes, disfrutando con amigos de la vida y enamorados. Muy enamorados.
Se mudó hasta Toulouse por trabajo
Cuando terminó su faceta universitaria, decidió encontrar trabajo de lo suyo y le surgió una oportunidad en Francia. Fermín no lo dudó y viajó hasta la ciudad de Toulouse, donde se instaló. Allí comenzó su andadura profesional en la empresa AKKA, una consultoría que se dedica a la innovación de grupos industriales. Era el trabajo perfecto. Ejerció como Ingeniero de Simulación de pruebas y su trabajo le encantaba. Por fin, después de tanto esfuerzo, había conseguido un empleo donde podía desarrollar su verdadera pasión.
El 13 de junio comenzó como un día normal para Fermín. Se dirigió a AKKA y tomó una avioneta turística para realizar los vuelos pertinentes. Durante la tarde, a la altura de la comarca francesa de la Cerdaña, el aparato se precipitó sobre una carretera. Esta unía las localidades de Sallagosa y Estavar, apenas a unos minutos de España. Pero Fermín no viajaba solo, junto a él estaba su compañero, un chico de Andorra.
Como apunta El Diario de Sevilla, según varios testimonios de vecinos que presenciaron el accidente, la avioneta perdió estabilidad de golpe y empezó a descender vertiginosamente hasta estrellarse contra la vía. Una vez allí, se incendió con Fermín y su compañero aun dentro. Los Bomberos acudieron al lugar de los hechos, pero la pequeña aeronave quedó calcinada. En el momento del siniestro, la meteorología y visibilidad eran buenas, por lo que los agentes están investigando el accidente.
La familia no puede repatriar el cadáver
Además de la pérdida de Fermín, la familia ha tenido que hacer frente a otro varapalo. "Desde que hemos empezado con los trámites nos hemos encontrado con una carrera de obstáculos imposibles de saltar", explica María -su novia-. Según sus palabras, desde que se produjera el accidente solo se han encontrado con "desinformación, desinterés y poca ayuda". "Si no fuera por el esfuerzo, apoyo y ayuda que hemos recibido por parte de nuestros amigos de Toulouse, no hubiéramos podido realizar ni lo poco que llevamos hecho", apunta la joven.
Sus vecinos de Pedrera y sus familiares no se pueden creer la situación. Están desolados. La Tuna de Turismo y Finanzas de la Universidad de Sevilla todavía "no son conscientes" de lo ocurrido. "Gran parte de la sonrisa de esta Tuna se nos va contigo", explican en su perfil de Facebook. Su novia también está consternada, según sus palabras, estaban viviendo "el mejor momento de su vida". "Tenías el don de convertir el día más triste en alegre [...] No puedo creer que después de todos estos años me toque aprender a vivir sin ti, nunca he hecho nada tan difícil en mi vida... Eres, has sido y serás el amor de mi vida", ha publicado María en su perfil de Facebook.
A Fermín le quedaban muchos momentos por vivir, acompañado -como hacía siempre- por sus hermanas, sus padres y su novia María. Junto a ella iba a emprender una nueva aventura en unos meses. Una nueva etapa que no podrá comenzar. Ahora, la preocupación de su familia es traer a Fermín de vuelta a Pedrera, para que así, puedan descansar, por fin, todos.