"Marcos me pregunta ahora que por qué no va a la piscina, le he dicho que el campamento ha cerrado". Casi al borde del llanto, Olga Ossorio, la madre de Marcos, cuenta cómo hace una semana su hijo de seis años, con trastorno del espectro autista, fue expulsado de un campamento municipal en Torrejón de Ardoz. Llevaba allí desde el miércoles y ese mismo viernes les dijeron que no lo volviesen a llevar. No podían hacerse cargo de él.
El padre, Antonio Aguilar, pidió explicaciones a los responsables o, al menos, una segunda opción para su hijo de cara al verano. En la preinscripción del campamento, los progenitores ya indicaron que tenía TEA (Trastorno Espectro del Autismo) e hiperactividad, allí les dijeron que se podían encargar de él y que tenían monitores suficientes. Así que ese no podía ser el problema.
Poco después, la explicación de una monitora fue que había muchos niños en el campamento y no podían disponer de un monitor personalizado para Marcos, además de que el niño "rechazaba el ruido y no hacía las actividades".
En determinado momento, la monitora llegó incluso a decirle "coja a su hijo y váyase". En el campamento del que su hijo fue expulsado había otros cuatro niños con trastorno del espectro autista, pero a ellos no los echaron. "Lo que más nos molesta es que por qué mi niño sale y el resto se queda", cuentan los padres en conversación con EL ESPAÑOL.
Lo del ruido es, sin duda, una excusa, sostienen Olga y Antonio, pues su hijo, por ejemplo es "feliz viendo los fuego artificiales". El problema real llegó cuando, de un día para otro, de ser un grupo reducido en el campamento, "pasaron a ser cientos de niños y solo había 6 monitores". "Llevar a los niños y recogerlos en el polideportivo era una batalla campal", añaden
Investigación
Fuentes del Consistorio de Torrejón apuntaron que el inconveniente vino cuando se amplió el aforo de niños y el menor "pudo adaptarse al exceso de ruido". Ante esto, los padres no sabían que hacer con Marcos porque todos los campamentos y las actividades de verano ya habían empezado. Así que, sin opciones para su hijo, decidieron dar voz a su problema y denunciar lo que había pasado en los medios de comunicación.
La respuesta fue inmediata: "El alcalde me llamó y me dijo que quería que los derechos del niño se respetaran y nos ofreció varias soluciones", comenta Antonio. "Hay otras personas en la misma situación y se callan porque no tienen la capacidad de poder denunciar", añade.
El alcalde, Ignacio Vázquez, se reunió el miércoles por la tarde con los padres del menor, pedirles disculpas y ofrecerles una opción para el niño, que finalmente han aceptado. Marcos se incorporará este jueves a la escuela en la que estudia todo el año, y en la que hará todo tipo de actividades de verano.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Torrejón ha abierto un expediente informativo para investigar si hubo negligencia por parte de los técnicos municipales en la expulsión del niño de la Escuela Polideportiva municipal.