Manoli no murió por causas naturales como se creyó: la asfixió su novio Miguel, ‘el gorrilla’
La vida de la víctima (30): La mujer llevaba dos semanas muerta en su casa cuando el mal olor alertó del cadáver alertó a sus vecinos.
13 julio, 2019 01:17Noticias relacionadas
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La 'Casa Micolta', situada en San Fernando (Cádiz), es un especie de palacio del siglo XVIII reconvertido en diversas viviendas sociales. Allí vivía Manuela B.B, más conocida como Manoli, una mujer de 61 años. Aunque era madre de dos hijos en su piso residía sola. En el edificio convivía con otros 16 vecinos. El pasado 3 de junio algunos de sus contiguos llamaron a los servicios de emergencia porque hacía tiempo que no la veían. Además, un fuerte olor salía de su domicilio y eso les extrañó. La Policía Nacional accedió a la casa y encontró a la mujer tendida en el suelo desnuda, cubierta con dos colchas, una sobre sus piernas y otra cubriéndole el torso. Llevaba cerca de dos semanas muerta. En un primer momento no se logró determinar la causa de la defunción. No descartaban que hubiese muerto de manera natural. Sin embargo, casi un mes después, la autopsia ha confirmado que fue asesinada. Su pareja la asfixió.
El pasado 20 de abril la mujer acudió al Hospital de San Carlos porque había sufrido una serie de lesiones a manos de su novio. Los servicios sanitarios se pusieron en contacto con la Policía Nacional al ver que se podía tratar de un episodio de violencia de género. "Al principio la víctima no quería denunciar, pero tras una larga charla con los compañeros acabó cediendo", aseguran a EL ESPAÑOL fuentes policiales.
Manoli acompañó a los agentes hasta la comisaría y puso la denuncia. Sin embargo, únicamente pudo aportar el nombre y el número de teléfono. El supuesto agresor se llamaba Miguel y llevaba saliendo con la mujer desde hacía tres semanas.
Nula colaboración
A partir de esa fecha la UFAM (Unidad de Familia y Mujer) se hizo cargo del tema para ampliar los datos. Llamaron a Manoli dos veces para saber cómo estaba y le dieron unas pautas de seguridad. Durante la primera llamada no respondió a ninguna pregunta. La segunda ni siquiera cogió el teléfono. Después, el dispositivo se apagó.
El individuo estaba aún sin identificar y lo importante era llegar hasta él para evitar nuevos casos de maltrato. La búsqueda era complicada y la mujer no quería colaborar. No proporcionó ni su aspecto físico ni su edad.
El 3 de junio Manoli aparecía muerta en su casa. Los agentes acudieron al número 185 de la calle Real de San Fernando y accedieron al inmueble con ayuda de los bomberos. Allí encontraron "todo bastante revuelto" y el cadáver en avanzado estado de descomposición.
Según ha adelantado el Diario de Cádiz, la víctima podría sido asesinada incluso un mes antes del hallazgo del cuerpo. De hecho, el Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de la ciudad gaditana sigue investigando si la mujer fue asfixiada por las manos de un hombre fuerte o si el agresor usó algún objeto.
Dos antecedentes por violencia de género
Se abrió una investigación porque las causas eran un poco extrañas y finalmente el forense concluyó que había sido asfixiada. Tras casi un mes de pesquisas, los agentes pudieron identificar al agresor gracias a las huellas que había en el inmueble. El sospechoso, Miguel Ángel Vidal, de 41 años, le detuvieron este lunes en la barriada Río San Pedro, situada en la localidad de Puerto Real. Fue arrestado en su casa, con sus padres.
Pelo largo, barba, atlético, alcohólico y consumidor habitual de drogas. Era gorrilla y tenía dos antecedentes por violencia de género con otras relaciones sentimentales: uno de 2008, cuando su entonces esposa y madre de sus dos hijos le denunció en Valladolid. La pareja se divorció y el gorrilla mantuvo otro noviazgo con una joven que también acabó denunciándolo.
Prisión provisional sin fianza
El día 9 de julio pasó a disposición judicial y, tras estudiar su caso, la jueza decretó su prisión provisional sin fianza. Miguél ingresó en una prisión de El Puerto de Santa María. De momento, no ha confesado y se ha negado a declarar.
Las asesinadas contabilizadas se elevan a 30, después de que la Delegación del Gobierno también haya decidido sumar a Romina Celeste Núñez, desaparecida el día de Año Nuevo en Costa Teguise (Lanzarote). Su marido afirmó que se la encontró muerta y que se deshizo de su cadáver lanzándolo al mar. Sin embargo, niega el crimen. El laboratorio de genética forense ha confirmado este jueves al Juzgado de Instrucción Número 1 de Arrecife que el ADN hallado en el trozo de pulmón encontrado en la costa de la isla es de ella.
Manoli es la es la trigésima mujer asesinada este año por su pareja o expareja. En España, en 2019, también han sido asesinadas Mónica Borrás; Monika Asenova, de 29 años; Piedad, de 51 años; Juana Ureña, de 47 años; Irene López; Nelea, de 22 años; María Soledad Bobet; Gloria Tornay Naranjo, de 58 años; María José Aboy Guimarey, 43 años; Estrella Domínguez, 63 años; Sheila Chazarro Moyano, 29 años;Daría Oliva Luna, 20 años; Rosa María Concepción Hernández, 60 años; Rosa Romero Rueda, 69 años;Rebeca Santamalia, de 47 años; Romina Celeste, de 28 años; Leonor Múñoz González, de 47 años; Rebeca Alexandra Cadete, de 26 años. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 47 mujeres asesinadas en 2018 y 53 mujeres en 2017.