Por dinero, según ella, o por evitar el escándalo público, como él afirma. Son las dos versiones que intentan prevalecer en el juicio que se está celebrando estos días en Jaén. Juan Antonio E.B., de 72 años, golpeó a su mujer con una llave grifa en la cabeza en reiteradas ocasiones. Nadie niega los hechos, pero sí se cuestiona la consideración: asesinato en grado de tentativa o unas meras lesiones.
Desde que tuvieron lugar los hechos, durante el pasado 2 de marzo de 2018, Juan se encuentra en prisión provisional y la mujer, de quien no ha trascendido el nombre, está "muerta en vida", según expresó ante en tribunal. Tras la agresión, permanecen aún secuelas psicológicas visibles en sus cicatrices. Y tiene miedo de que quede en libertad.
Todo se produjo por una discusión. Días antes, la mujer había cogido 3.500 euros para viajar a su país de origen, puesto que ella es camerunesa, y visitar a su familia. La hasta entonces pareja llevaba casada desde el año 2011 en régimen de gananciales y, según la versión del agresor, llevaban un año de muchos gastos. Por ello, él exigió explicaciones.
"La vaca ya no daba tanta leche", explicó Juan Antonio durante su declaración esta semana. Con esta expresión, hacía referencia a la situación económica que atravesaban. "La culpa fue mía porque le pregunté cuándo iba a devolver el dinero y sabía lo que se avecinaba", admitió el acusado este lunes.
Llave grifa de 27 cm
Mientras se producía esta discusión en la cocina, Juan pidió a su mujer (según relató ella) que se agachase para sacar unos botes de limpieza guardados debajo del fregadero para arreglarlo. Con un "claro ánimo de acabar con la vida de su mujer" -según el relato de la Fiscalía-, Juan cogió la llave, aprovechando la vulnerabilidad de la mujer y comenzó a golpearla.
"Una vez estaba agachada y de espaldas, el procesado con claro ánimo de acaban con su vida y utilizando una llave grifa de 27 centímetros de longitud la golpeó insistentemente en tres ocasiones en la cabeza sin que lograra matarla", narró el fiscal. Estas lesiones -prosiguió- "pusieron en peligro la vida de la perjudicada por los golpes recibidos en la región craneal".
Tras la inspección médica, la agredida presentaba un traumatismo craneoencefálico, una herida inciso-contusa de 3,5 centímetros de longitud, que requirió cinco puntos de sutura.
"Le tengo mucho miedo"
“Con el primer golpe, pensé que se me había caído la cocina encima. Levanté la cabeza y vi cómo mi marido me daba el segundo golpe y el tercero. Me decía que nadie me iba a salvar, que dónde estaba el dinero”, contó la mujer camerunesa tras el biombo que la ocultaba. "Jamás se me olvidará esa imagen. Ese hombre me enterró en vida. Le tengo mucho miedo a lo que pueda hacer cuando salga de prisión”, concluyó entre lágrimas.
Él, por su parte, contó una versión bien diferenciada. "La golpeé porque es que ella no se callaba. Perdí los papeles", declaró Juan en la misma sala un día antes. En su versión, contó que en su vida "nunca" había golpeado a una mujer y que esta vez lo hizo porque no quería "un escándalo" en el vecindario y después de haberle dicho "mil veces" que se callara.
El Ministerio Fiscal, por su parte, ha calificado estos hechos como un delito de asesinato en grado de tentativa. Por ello, tanto Fiscalía como acusación particular reclaman para Juan Antonio 13 años de prisión y prohibición de acercarse o comunicarse con su exmujer por un periodo de diez años por encima de la pena de prisión que resulte impuesta. También exigen una indemnización de 2.140 euros por las lesiones y otros 6.000 por daños morales.
Según la defensa del septuagenario, la mitad de esta cantidad ya ha sido abonada. Esta, por su parte, rechaza el cargo de intento de asesinato y defiende para su cliente que los hechos sean calificados como lesiones agravadas. Hasta que concluya el juicio, Juan permanecerá en prisión preventiva, como ha hecho hasta ahora desde que perdiera "los papeles" aquel 2 de marzo de 2018.