Alexandra Macesanu, de 15 años, llamó tres veces a la Policía desde la casa donde se encontraba secuestrada. Gheorghe Dinca, mecánico de 65 años, le había retenido contra su voluntad. Los Servicios de Emergencias tardaron hasta 19 horas en atender las llamadas de socorro de la joven. Pero cuando lo hicieron, ya era demasiado tarde. Gheorghe violó, descuartizó y quemó el cuerpo de Alexandra. Miembros de la sociedad civil y una multitud de usuarios en las redes sociales critican desde el pasado viernes 26 de julio a las autoridades y achacan su ineficacia a la corrupción, la falta de personal y de tecnología adecuada.
La joven fue secuestrada cuando se encontraba haciendo autostop para volver a su casa, tal y como ha informado la Policía. La falta de medios públicos de transporte es una gran problema en el país. El jueves por la mañana, consiguió llamar tres veces al número de Emergencias 112 y dio a los policías varios indicios sobre el lugar donde estaba secuestrada. "Que viene, que viene", dijo antes de que se interrumpiera la comunicación, según explicó a los periodistas el después destituido jefe de la Policía, Ioan Buda.
La Policía encontró restos humanos en un barril
Tras haber investigado tres lugares equivocado, la Policía entró a casa de Dinca horas después de recibir las llamadas. Las autoridades lograron localizar la fuente de las llamadas y obtuvieron una orden de registro, aunque no era legalmente necesaria. Tras conseguir esta orden esperaron durante varias horas para entrar en la vivienda. Ni la propia Administración sabe qué ha podido fallar y la opinión pública ha pedido que se esclarezcan los hechos: "Las autoridades tienen que aclarar por qué esperaron tanto". El caso ha provocado gran revuelo y cientos de personas han salido a protestar frente a la casa del sospechoso a última hora del viernes.
En el lugar de los hechos, la Policía ha encontrado lo que parecían ser restos humanos en un barril y joyas. Las autoridades sospechan que pertenecen a la víctima de 15 años y a una chica de 18, Luiza Melencu, de una aldea cercana que desapareció en abril. La joven, que según su propia familia se había fugado con "su príncipe azul", pudo haber sido asesinada por Gheorghe. Los analistas forenses continúan trabajando para identificar los cadáveres.
Manifestantes han exigido la dimisión del gobierno
El ministro de interior, Nicolae Moga, ha informado de que ha despedido al jefe de policía Ioan Buda, al prefecto del condado de Olt Petre Neacsu y al jefe de policía de este municipio, Cristian Voiculescu, por el asesinato de Alexandra. Y sobre todo, por su ineficacia e inacción ante los hechos. Como publica La Vanguardia, ante esta situación, el presidente y el primer ministro de Rumanía han pedido un informe de la actuación y han exigido que se castigue a los responsables.
En un primer momento, el acusado se negó a responder a las preguntas de los investigadores. Pero, finalmente, Gheorghe confesó los hechos. El hombre se encuentra en prisión.
Como apunta El Mundo, varios miles de rumanos se manifestaron este sábado acusando a las autoridades de "incompetencia" por no haber conseguido salvar a Alexandra y exigían la dimisión del gobierno socialdemócrata de Viorica Dancila, a quien se considera responsable de cambios legislativos que no solo han debilitado la lucha contra la corrupción sino también los medios legales e instrumentos para combatir el crimen.