-Hola, buenas. Quería hablar con Manuel Eugenio Reija.
-Ahora mismo no está.
-Soy periodista. No sé si me podría pasar su contacto por si quisiera hacer algunas declaraciones. Después de todo lo que ha pasado…
-Yo soy sólo una empleada pero sé que el señor no va a querer hacer ninguna declaración más.
Por un momento, la conversación telefónica se pausa y se puede oír como alguien entra en el establecimiento. “Hola, ¿está el señor?”, pregunta la voz de una mujer. “No, el señor no está”, responde la empleada. “¿Y sabe si la semana que viene vendrá?”, vuelve a preguntar la mujer. “El señor no está”, responde tajante la empleada. “Oiga, como ve, aquí hay mucho trabajo y estoy atendiendo sola, si no le importa llame en otro momento”, responde la empleada volviendo al teléfono antes de colgar.
Todo el mundo quiere saber dónde está Manuel Reija, hablar con él. Ya ha salido en los medios de comunicación varias veces, la causa lo merecía, pero desde este viernes ya no quiere dar señales de vida. Reija es el lotero del despacho de la plaza de San Agustín en A Coruña. Popular por estar localizado en una zona céntrica, a unos metros de la plaza de María Pita, lleva siete años en la lucha para cobrarse un boleto de la Primitiva que había sido premiado con 4,7 millones de euros y que, según él, se había encontrado en su puesto de trabajo.
Sin embargo, este viernes la Policía Nacional entregó un informe al Juzgado de Instrucción número 4 de la ciudad sobre el asunto. En él se indica que Reija podría haber hecho trampas y engañado al verdadero propietario, una persona cuya identidad todavía no ha trascendido pero que se sabe que ya ha fallecido, para llevarse el pastel que legítimamente le correspondía a otro.
Reija “presuntamente utilizó cualquier ardid para enmascarar al apostante anónimo el resguardo”, se puede leer en el informe y pudo practicar un “engaño” para “apropiarse del boleto premiado”. Además, su versión de los hechos es “total y objetivamente contradictoria”, añade. Por eso, Reija, que sin ningún tipo de reparo no dudaba en reclamar lo que consideraba suyo ante los medios de comunicación y cualquiera que se le pusiera delante, ya ni está ni parece que se le vaya a esperar. Aunque no se ha escapado; antes de borrarse dijo que iría a declarar de manera voluntaria.
Crónica de una estafa
El día 26 de junio de 2012, hace ya más de siete años, la combinación 10, 17, 24, 37, 40 y 43 para la Primitiva se selló en la administración del Carrefour de Alfonso Molina, en la ciudad gallega. La persona que lo hizo todavía no lo sabía pero ese boleto acabaría siendo premiado con nada menos que 4,7 millones de euros días después, el sábado 30.
Y si no lo supo fue porque cuando esa persona fue a comprobarlo, en otro despacho distinto al donde lo había sellado, debieron decirle que no tenía premio. “Entregar al cliente. El resguardo es el ganador del sorteo del 30 de junio de 2012. Llevar resguardo a la delegación”, se podía leer en la máquina que operaba Miguel Reija. Todavía se desconoce dónde está el truco, cómo lo hizo, pero esa persona nunca se lo llevó. Sí que se llevó tres euros que le habían tocado en otro premio que había echado. Le daría una pequeña alegría pero una nimiedad teniendo en cuenta que le faltaban unos cuantos millones.
Al día siguiente, Reija fue a la Delegación Provincial de Loterías de Coruña, cuyo delegado es curiosamente su hermano, Miguel Reija. Entre sus manos, Manuel llevaba el boleto millonario y dijo que se lo había encontrado en su tienda. Según su relato, había observado que “en la parte exterior del cristal de seguridad, junto al pasamonedas” había un boleto que le había llamado la atención al encontrarse “solo y en unas condiciones impecables, como recién salido de la terminal”.
Entonces, lo comprobó y vio que tenía premio y pasó a reclamarlo. Cuando un boleto de estas características aparece extraviado, lo primero es intentar localizar al dueño legítimo y, si no aparece, una parte del premio iría para la persona que lo ha encontrado. En este caso, este humilde lotero que aseguraba tener la suerte de la casualidad.
Pero este viernes su relato se ha caído con todo. La Policía Nacional analizó los registros de la máquina de Manuel Reija y, lejos de demostrar que estaba sólo en su tienda cuando comprobó el boleto, el informe dice que la máquina mostraba una actividad “notoria e incesante”. En el informe de las autoridades se recoge cómo Reija comprueba numerosas combinaciones en cuestión de minutos y además paga los tres euros del premio menor. Una actividad muy sospechosa para estar solo.
El dueño murió “desesperado”
Un año después de que Reija reclamara que el premio era suyo el Ayuntamiento de Coruña inició una investigación, en 2013, para buscar al propietario legítimo. El tiempo estaba corriendo, si no, habría que resolver en favor del que se lo encontró. Aquí el relato empieza a dar giros y a adoptar tintes surrealistas.
Al igual que en la película La Cenicienta, en la que aparecen numerosas pretendientas a calzar el zapato de cristal, hasta un total de 270 personas han asegurado en estos siete años ser los propietarios legítimos de ese boleto de Primitiva premiado. Cada uno presentaba su historia y sus argumentos, pero la mayoría sin fundamento.
Sin embargo, una investigación policial iniciada tras una denuncia que se presenta el 7 de diciembre del año pasado considera que el dueño es una persona que ahora ya ha fallecido. “Su perseverancia y los restantes detalles aportados (lote de boletos validados, abono de premio con cuantía mayor, masiva presencia de clientes en la administración) resultan sorprendentemente parejos con las comprobaciones efectuadas y no una mera casualidad”, se puede leer en el informe que la Policía ha presentado este viernes.
Y culmina: “Siendo la narración del engaño practicado por el agente para apropiarse del boleto premiado totalmente coherente y compatible con la cronología del registro facilitado por la Sociedad Estatal Loterías y apuestas del Estado”. ¿Y quién es esa persona? ¿Tiene herederos a los que les correspondan los casi cinco millones del premio más los intereses? Estas dudas todavía están por despejarse.
Lo que sí han dejado claro las autoridades es que el hombre estaba “desesperado al no poder acreditar su legitimidad”. Pero la noticia del engaño por parte de Manuel Reija ha llegado demasiado tarde para él y ha muerto sabiéndose millonario, pero sin poder serlo.
Cronología de la estafa
26 de junio de 2012: Se sella en la administración de lotería del centro comercial Carrefour de Alfonso Molina de Coruña un boleto de la Primitiva.
30 de junio de 2012: El boleto es premiado con 4,7 millones de euros.
2 de julio de 2012: El propietario acude a la administración de Manuel Reija a ver el resultado. Se cobra un premio menor de tres euros y Reija asegura que este día se encuentra el boleto, que había sido extraviado, contradiciendose en sus argumentos.
3 de julio de 2012: Manuel Reija llega a Delegación Provincial de Loterías de A Coruña, en la que su hermano Miguel es el delegado, contando lo sucedido.
5 de septiembre de 2012: Manuel Reija reclama el premio al habérselo encontrado. Por ley, le correspondería una cantidad.
15 de septiembre de 2013: Un año después, el Ayuntamiento comienza una búsqueda del dueño legítimo. Tras conocerse la noticia comienzan a aparecer falsos pretendientes que aseguran serlo. La cifra ascenderá a un total de 270 personas.
26 de octubre de 2013: El primero de los pretendientes, aunque se desconoce si el legítimo, denuncia a Manuel Reija y a Miguel Reija por apropiación indebida y estafa.
25 de septiembre de 2015: Finalizado el plazo para reclamar el premio, el dinero tendría que ir a parar a Manuel Reija por habérselo encontrado. Sin embargo, un juzgado paraliza la entrega hasta que se resuelvan las causas judiciales que han prosperado, un total de siete.
1 de agosto de 2019: La Policía Nacional elabora un informe en el que dictamina que Reija pudo practicar un “engaño” para “apropiarse del boleto premiado y que el dueño legítimo ha fallecido “desesperado” ante la incapacidad de demostrarlo.