Casi siete meses después de que se abriera, el círculo por fin se ha cerrado. La Guardia Civil ha detenido este miércoles en Azuqueca de Henares a Sergio Sáez. Él es el presunto responsable del asesinato de Miriam Vallejo, la joven de 25 años que fue encontrada sin vida -con 24 puñaladas en el cuerpo- en el término municipal de Meco, en Madrid, el pasado 16 de enero. Sergio vivía con ella y su novia y amiga de Miriam, Celia Rosilló, en un chalé de Villanueva de la Torre.
Sergio, de 29 años, es natural de Azuqueca de Henares, en Guadalajara. Ahí trabajaba con Celia, la amiga de Miriam, en una empresa en la que él es técnico de mantenimiento y ella técnica de laboratorio. Los tres se fueron a vivir a Villanueva de la Torre en octubre de 2018 y ahí pasaron sus días en la más absoluta normalidad, aunque sin tener relaciones con sus vecinos.
Todo hasta aquel fatídico día 16 de enero en el que la localidad se despertó con Miriam asesinada. Nadie lo sabía todavía, pero el presunto asesino estaba muy cerca. Después de aquello Celia y Sergio no aguantaron más y se fueron de la casa en la que vivían con Mimi. Pero no se fueron juntos. Algunos vecinos relatan que pudieron tener una discusión.
El cadáver de Miriam fue encontrado con 24 puñaladas en el cuerpo. En un primer instante se creyó que el asesino pertenecía a su círculo cercano porque la joven estaba paseando a cuatro perros de grandes dimensiones que ni la defendieron ni ladraron. La coartada de Sergio era que él había estado jugando a la Play Station en línea, algo que se comprobó que era cierto.
Sin embargo, el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Tres Cantos ha podido comprobar que justo en el momento en el que Miriam fue asesinada, Sergio no había registrado ningún tipo de actividad en la consola. Por lo tanto, le habría dado tiempo a dejar el juego, desplazarse unos metros hasta donde estaba Miriam y cometer el crimen para luego regresar a casa. Además, su ADN coincide con las muestras recogidas en el escenario de los hechos, según El País.
Volvió a casa de sus padres
Tras el crimen, Sergio se volvió a vivir a Azuqueca de Henares con sus padres. Su vivienda está a escasos kilómetros de dónde se cometió el asesinato. En la localidad de Guadalajara había crecido y había ido al instituto y después de lo sucedido Sergio volvió a casa. Su círculo cercano todavía no se cree la noticia, después del asesinato Sergio había seguido su vida habitual, saliendo de fiesta con sus amigos y dedicándose en su tiempo libre a su gran pasión: la pesca.
En los ratos que le dejaba su trabajo como técnico de mantenimiento, Sergio aprovechaba para ir a pescar a los pantanos de Sacedón, en Guadalajara, y Buendia, en Cuenca. Aunque no era profesional, poco le faltaba y se entregaba con pasión a ese deporte. A pesar de su nivel amateur, estaba incluso patrocinado por una tienda de pesca de Alcalá de Henares. En sus redes sociales, Sergio posa orgulloso con los numerosos trofeos de pesca que ha ido consiguiendo.
“La verdad es que nos hemos enterado por la prensa”, comentan a EL ESPAÑOL desde la tienda que le patrocina y le regala ropa y material de pesca. “La verdad es que estamos alucinando, no esperábamos todo esto”, comenta el encargado del establecimiento.
Después de presuntamente cometer el asesinato, el día a día de Sergio no parece que cambiara un ápice. “Yo he salido a pescar con él después de todo eso”, comenta a este periódico un amigo suyo. “Por marzo o abril salimos la última vez y no le noté nada raro. Yo ya había visto la noticia pero él no me dijo nada”, añade, refiriéndose a que, a pesar de que su compañera de casa fuera asesinada, no lo comentaba con su círculo.