Asensio, de 68 años, salió a primera hora de la mañana de su caserío de Azpeitia y se encontró de frente con la tragedia. Mientras conversaba con un vecino de la localidad, un toro, que se había escapado de una pradera cercana, le embistió. Al hombre, el ataque le pilló por sorpresa y le produjo varios golpes; los más importantes, en la cabeza. Asensio murió en el acto. No pudo hacer frente a las heridas mortales que le había provocado el cabestro. El animal corrió a sus anchas por el verde paraje hasta que fue encontrado por varios vecinos y la Ertzaintza pudo abatirle.
En su huida sembró el caos en varios puntos del barrio rural de Oñatz. El toro arremetió contra varios vehículos que se encontraban en la zona, llegando a golpear a varios agentes. Además, un ertzaina sufrió algunas heridas leves, mientras que un agente local salió peor parado, al tener que ser trasladado al Hospital de Zumarraga por traumatismos.
El toro le atacó cuando estaba hablando con un vecino
Asensio Unanue vivía junto a su mujer, Kontxi, en un gran caserío a las afueras de Azpeitia. Esta localidad, perteneciente a Guipúzcoa y que cuenta con más de 14.000 habitantes, está rodeada por grandes praderas y verdes montes. Allí, en la tranquilidad y la paz que se respira entre el Río Urola, residía Asensio, de 68 años. Ya se había jubilado y tenía cuatro hijos, ya mayores, que estaban independizados. En su pueblo de toda la vida descansaba tras muchos años trabajados y planeaba cómo sería su retiro junto a su mujer; una vida tranquila, acompañados de sus nietos y disfrutando de su caserío de Azpeitia.
El domingo, sobre las 11:30, Asensio salió de su casa. En el camino rural, que transcurre de su vivienda al pueblo, se encontró con un vecino. Aunque se veían con frecuencia, les gustaba contarse su día a día y sus inquietudes. En un momento dado, sobre las 11:45, un toro embistió, de manera brutal a Asensio. El animal había escapado de un prado cercano saltando el cerco. El hombre no vio venir al ataque, estaba ensimismado con la conversación y el animal le pilló por la espalda. El toro le provocó graves heridas y las de la cabeza fueron mortales. Los Servicios de Emergencias que se trasladaron a la escena, no pudieron hacer nada por salvar la vida de Asensio. Murió en el acto.
El animal sembró el caos en el barrio
Tras esto, todos los esfuerzos se centraron en encontrar al animal, que había huido. Los vecinos y los agentes se echaron a la calle para dar con el paradero del toro y la búsqueda se alargó durante unas horas, debido a la complicada orografía de la zona. La Ertzaintza y la Policía Local alertó a varios vecinos y les rogaron que no salieran de sus casas. El dispositivo de búsqueda dio sus frutos dos horas después. El animal no se encontraba muy lejos de donde se había producido el ataque y, desde su coche, pudieron abatirle.
Durante la persecución, el animal sembró el caos por la parte rural del municipio: arremetió contra varios vehículos y llegó a golpear a varios policías. Además, un ertzaina sufrió algunas heridas leves, mientras que un agente local tuvo que ser trasladado al hospital debido a los traumatismos que sufrió. Finalmente, pasadas las 14.00 horas, los agentes abatieron al animal, que quedó custodiado por su propietario, que se encargó también de retirar el cuerpo del animal. Por su parte, el cadáver de Asensio fue levantado a las 14.45 horas y trasladado al instituto anatómico forense de Donostia, donde le será practicada la autopsia.
En 2016 murió un pescador en Kukuarri por un toro
Pero este no es el único accidente que se ha producido en la zona de características similares. El 29 de agosto de 2016 el pescador retirado Eusebio Escudero, vecino de Orio, falleció al ser embestido por un toro en el monte Kukuarri de la localidad costera. La res, que tenía los cuernos recortados, había logrado escapar del cercano caserío Itxaspe.
Otro excursionista que se encontraba en el lugar fue quien dio la voz de alarma, después de encontrarse el cuerpo de Escudero tendido en el suelo. Al acercarse, se topó con el animal, que también intentó embestirlo, aunque afortunadamente pudo zafarse y llamar a SOS Deiak. Dos vecinos del cercano caserío Andu consiguieron dominar al animal y amarrarlo, mientras llegaban los servicios de emergencias. También en esta ocasión, la res fue abatida por agentes de la Ertzaintza.