Es exactamente igual que en la película de Indiana Jones pero, en vez de una piedra gigante, la gente corre delante de una bola de placas de poliespan de tres metros de diámetro. Así celebra la localidad madrileña de Mataelpino sus peculiares encierros, los boloencierros, desde hace 10 años. Pero no están exentos de peligro: el alcalde del municipio, el socialista Javier de los Nietos, ha resultado herido este domingo en el ejercicio.
De los Nietos fue el único herido, de carácter leve, en el segundo y último boloencierro celebrado este domingo en Mataelpino. Por las redes sociales circulan los vídeos en los que se ve su caída, cuando el bolo rebota contra un lateral de la carrera y golpea directamente al alcalde, que pierde el equilibrio mientras corre y se cae al suelo contra unas vallas.
Después del incidente, tuvo que ser trasladado al hospital de Villalba, donde comprobaron que las contusiones eran leves. Sin embargo, le aplicaron puntos de sutura en el codo y le curaron algunas heridas y laceraciones en el costado, según ha informado Efe. En un primer momento se especuló que se había roto la clavícula, pero fue desmentido. Las 'corridas' con motivo de los festejos municipales comenzaron el pasado viernes y culminaron este domingo con el incidente del alcalde.
Aunque el peculiar boloencierro lleva celebrándose 10 años, estas fiestas estrenaban una bola nueva. Se habían sustituido los anteriores modelos, de 200 kilos de peso, por una bola de 30 kilos, más ligera y, en teoría, más segura. Además, se había creado la norma de llevar casco para correr el encierro.
A pesar de su carácter gracioso -hay que imaginarse una bola enorme con la cara de un toro pintada circulando por las calles de la localidad- todos los años hay heridos por ello. Esto es una especie de orgullo, ya que hace por mantener vivo, aunque de menor manera, el riesgo de las corridas originales.
Una práctica peligrosa
En el encierro del año pasado un joven de 29 años acabó herido en estado muy grave después de un incidente similar al del alcalde. La bola le alcanzó, a la entrada de la plaza de toros, y le empujó contra la valla con la que se golpeó la cabeza.
El joven fue atendido por el Summa de inmediato y fue trasladado por helicóptero al hospital de La Paz. El pronóstico era muy grave debido a un traumatismo craneoencefálico severo.
"Si alguien se detiene a parar la bola o se despista, le puede golpear. Lo que hace la bola es tirarte, pero no te aplasta. De hecho, cuando ha pasado por encima de alguien nunca le ha pasado nada", explicaba por aquel entonces el propio De los Nietos al diario El País. "Cada vez viene más gente, es la mejor marca del pueblo", defendía en El Confidencial. Este año, el despistado ha sido él.
En 2017 el boloencierro se saldó con otro corredor en estado grave por un traumatismo craneoencefálico y con otro con tres costillas rotas. Por eso, este 2019 el Ayuntamiento tomó la decisión de aligerar la bola, para que los golpes no fueran tan contundentes, y hacer obligatorio el uso del casco.
La práctica comenzó hace 10 años cuando, en plena recesión económica, el Ayuntamiento tuvo que recortar el presupuesto de sus encierros. Entonces, en un bar, cuatro amigos empezaron a bromear con tirar una piedra desde la montaña, como en Indiana Jones. No fue tan mala y desarrollaron el boloencierro que se sigue celebrando todos los años y que cada vez goza de mayor popularidad.