El caso de Miriam Vallejo cada vez está más cerca de cerrarse por completo. La joven, de 25 años, fue apuñalada la noche del pasado 16 de enero en el término municipal de Meco, en Madrid, mientras paseaba a sus perros. Si bien a principios de este mes la detención de Sergio S., su compañero de residencia y novio de Celia, la mejor amiga de Miriam, parecía que ponía punto y final a las investigaciones, las nuevas revelaciones arrojan que todavía quedan algunos cabos por atar.
El atestado policial que maneja el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Tres Cantos, a cargo de la investigación, revela que el teléfono móvil de la joven fue manipulado después de su asesinato, según ha adelantado El programa del verano y ha sido confirmado a EL ESPAÑOL por parte de la familia de Mimi, como la llamaban sus cercanos.
Presuntamente, una persona accedió al móvil de ella y borró una serie de mensajes que podrían ser incriminatorios. Por ello, se deduce que la persona que lo hizo conocía la clave del teléfono, lo que significaría que se trataba de alguien realmente cercano a ella. En un principio se especuló que el teléfono móvil fue cogido tras el asesinato, llevado a otro sitio en el que se borraron los mensajes y que luego el autor volvió al lugar del crimen para dejarlo de nuevo.
Sin embargo, todo apunta a que el borrado de los mensajes se hizo en el instante posterior al asesinato, sin dejar el lugar del crimen. Seguidamente, el teléfono fue dejado cerca del cuerpo, entre la maleza del descampado donde sucedió todo. Que esa persona supiera la clave del teléfono deja implícito que se trataba de alguien muy cercano a ella. La familia de Miriam Vallejo ha trasladado a EL ESPAÑOL que confían en que se produzcan nuevas detenciones próximamente, incluso a lo largo de esta misma semana.
Miriam se había mudado junto a la pareja Sergio S. y Celia R. a un chalet en Villanueva de la Torre, en Guadalajara. Lo hicieron en octubre de 2018 y ahí pasaron menos de tres meses. Se desconoce qué fue lo que pasó exactamente, sigue quedando en el aire ese móvil, pero lo cierto es que Sergio S. fue detenido este mes de agosto por su participación en el asesinato.
A pesar de vivir juntos, es posible que Sergio y quien borró los mensajes no fueran la misma persona. El atestado también revela que se están investigando a otras 10 personas. Una clave es que un testigo que escuchó la escena trasladó a las autoridades que Miriam gritó “¡Soltadme!”, “¡Dejadme!”, en plural. También hay que tener en cuenta, en este caso, que si los perros con los que iba Miriam no la defendieron refuerza la idea de que se trata de alguien cercano que los animales conocían.
Otro de los datos clave del atestado es que Miriam recibió cerca de 40 puñaladas y no las 24 que se pensaba en un primer momento. Esto ahonda en la idea de que no se produjo de manera fortuita ya que, demostrar tanta rabia suele ocurrir en los casos en los que hay motivaciones personales detrás.