“Calculan que un mes y medio”, decía Juan Carlos I al salir del Hospital Quirón de Pozuelo de Alarcón (Madrid) al recibir el alta este sábado. Son los días que él asegura que va a tardar en volver a estar en forma. Durante este tiempo de recuperación en el Palacio de la Zarzuela es muy probable que la persona que esté a su lado sea la misma que más horas ha pasado en el hospital con él, la Reina Sofía.
“A pesar de los muchos desplantes, humillaciones y engaños que ha sufrido por parte de su marido, ella sigue allí. Ha ido todos los días, ha estado con él. Lo normal es que en esta época del año siga en Mallorca alargando un poco el verano, pero esta vez ha decidido volver y quedarse. Ahora lo cuidará, ya verás, porque ella es así. Juanito es su marido, da igual lo que haga, estará allí”, revela a EL ESPAÑOL una persona cercana a la madre de Felipe VI.
Así que la Reina emérita estará en la habitación contigua a la de Juan Carlos I, donde duerme habitualmente, pendiente de la recuperación de su marido. Puede que la emérita recuerde algunas de las nociones de enfermería que aprendió durante su juventud en Grecia. La madre de Felipe VI estudió puericultura en Atenas, profesión que comenzó a ejercer en 1959 en la escuela infantil de Mitrea, fundada por su madre, la Reina Federica. Aquel empleo no le duró mucho ya que dejó de ejercer al casarse con Juan Carlos. Aunque puede que las cosas que aprendió entonces le vengan bien durante estos días.
“Fenomenal, me siento como si me hubiera pasado un camión por encima. Tengo cañerías y tuberías nuevas”, añadía con su habitual sentido del humor y con mucha razón Juan Carlos a los medios de comunicación. El padre de Felipe VI ha obtenido el beneplácito de los médicos para marcharse a casa justo una semana después de que el equipo médico le realizara un triple bypass aortocoronario. Si en vez de ser el monarca hubiera sido un ciudadano cualquier, la estancia en la clínica se hubiera alargado hasta la decena de días. Pero con el emérito se ha decidido que ya podía irse a casa.
“Tiene 81 años pero es alucinante cómo se recupera su cuerpo. El segundo día ya quería salir de cuidados intensivos como fuera. En nada se puso de pie, empezó a comer. La herida va genial. Su resistencia al dolor es francamente asombrosa”, confiesa una de las personas de confianza del soberano.
Pero la decisión de darle el alta con antelación no ha sido por la insistencia del Rey, que se moría de ganas por marcharse. Ha sido una decisión médica consensuada con el equipo médico de Zarzuela. La tarde del viernes se produjo en el mismo centro hospitalario la reunión entre los doctores en la que se tomó la decisión de que Juan Carlos podría seguir con su recuperación en casa. En la mesa estaban todo el equipo del doctor Alberto Forteza, jefe del servicio de Cirugía Cardíaca de la Quirón, y Miguel Fernádez Tapia-Ruano, el jefe del Servicio Médico de la Casa de S.M. el Rey.
Con todos los datos, los últimos análisis de sangre y todos los resultados, decidieron por unanimidad que el Rey puede volver a casa. Pero no está todo hecho. Lo que más preocupa a los médicos es la herida. En el último parte médico emitido por la gerente territorial de los hospitales Quirón, Lucía Alonso, se decía que las “heridas quirúrgicas se encuentran en proceso de cicatrización”. Este tipo de lesión tarda unos 45 días en curarse del todo, tiempo que ha de pasar para poderle quitar las grapas con las que se ha cerrado.
“De las curas diarias se encargará la enfermera que hay en Zarzuela, que con Miguel estarán pendientes de él todo el día. Después tendrá que ir al hospital a que hacerse las revisiones con el cardiólogo, el cirujano y el normal, para ver que la cosa ha funcionado y su ritmo cardíaco es normal. Ahora mismo va de maravilla. De hecho, le han dado el alta por eso, porque las pulsaciones y demás van al ritmo que tienen que ir”, confiesa la misma fuente.
Vigilado las 24 horas
El anterior Jefe del Estado ya se encuentra descansando en su habitación del ala privada de Zarzuela, donde le instalaron, tras su primera operación de cadera en 2012, una cama especial para que le facilitara el bajar y subirse de la cama. Durante el mes y medio que se considera de recuperación va a tener a su lado a una enfermera. En realidad serán tres haciendo los turnos correspondientes, ya que va a estar vigilado 24 horas al día, los siete días de la semana.
Juan Carlos I va a volver a recuperar sus sesiones de fisioterapia en cuanto pueda, aunque ahora añadirá una más, la respiratoria. Tiene que recuperar los músculos que la herida le han destrozado tras la operación. “Es una de las cosas que quiere hacer ya. Volver con el fisio, que acude cada mañana a Zarzuela. Es una de sus obsesiones, la movilidad”, asegura la misma persona.
La mala salud de hierro del emérito se ha deteriorado mucho en los últimos años, desde la aparatosa caída en una cacería de elefantes en Botswana en abril de 2012. Nunca ha vuelto a recuperar bien la movilidad. Y los sucesivos implantes de cadera y los duros ejercicios de rehabilitación a los que se ha tenido que someter desde entonces sólo han dado buen resultado a medias.
Teme acabar en silla de ruedas
De hecho, Juan Carlos ha manifestado muchas veces estos últimos años a sus más allegados su gran temor a acabar sus días como su madre, doña María de las Mercedes. Ésta pasó sus últimos de vida postrada inevitablemente en una silla de ruedas. Ése es un temor que se ha convertido en una obsesión para el ex jefe de Estado. De ahí que nunca haya renunciado a pasar por quirófano, incluso cuando se le ha advertido de lo doloroso y complicado que podía ser el postoperatorio tras algún complejo implante de cadera.
Así que Juan Carlos tendrá que estar mínimo un mes y medio en Madrid, en el “dique seco”, término que usan los marineros cuando no pueden navegar. Algo que al ex jefe del Estado le gusta poco. Este verano se hizo más de veinte mil kilómetros en sus distintos destinos de vacaciones. Lo que más le duele, además de las grapas de la herida, es que va a perderse la última regata del verano, el próximo fin de semana en Baiona, Pontevedra, con su tripulación, en cuya entrega de premios se iba a llevar, junto a todo su equipo, el galardón al mejor barco del año.
El padre de Felipe VI comienza una recuperación que seguro va a ser más lenta y dolorosa de lo que él desea, pero convencido de que lo va a conseguir, cosa que le ayuda a salir de todos sus problemas de salud. Recordemos que lleva casi veinte intervenciones quirúrgicas. Además, durante este fin de semana cuenta en casa con la compañía de todos sus nietos, menos Pablo, aunque no todos a la vez ya que se encuentran en Madrid diciéndole adiós al verano.