La reina Letizia cumple 47 años este próximo domingo. Al ser un día festivo sin ningún acto oficial en su agenda, Letizia aprovechará para celebrarlo en la intimidad de su hogar con su marido Felipe VI, sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía y parte de su familia directa y amigos. La esposa del rey no es una mujer a la que le importa cumplir años -o por lo menos eso dice en la intimidad-, aunque sus retoques faciales continuos indiquen lo contrario. Lo cierto es que pasará la jornada de forma tranquila y relajada, que es lo que ahora mismo parece necesitar.
No han tenido los Reyes una vuelta de vacaciones precisamente tranquilas. Si el resto de los mortales llevamos mal la rentrée, a la ex periodista no podemos decir que le haya sentado bien la cuesta de septiembre. Así quedó demostrado este jueves en Sevilla. Los Reyes estuvieron en la capital andaluza presidiendo los actos conmemorativos del V centenario de la expedición de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. “Ya nos habíamos dado cuenta de que estaba torcida a primera hora de la mañana, todos tenemos un día malo”, cuenta a EL ESPAÑOL un trabajador de Zarzuela. "Pero está claro que está de los nervios y con lo del escalón quedó reflejado” añade.
Se refiere a un momento que se vivió en la capital hispalense: a su llegada a la exposición con la temática de la vuelta al mundo, los Reyes se tomaron unos minutos para saludar al numeroso público que les estaba esperando para verles. Mientras Letizia daba la mano y se hacía fotos con los sevillanos sufrió un pequeño tropiezo con un escalón. Acto seguido se giró para echarle una buena reprimenda al escolta: “No me has avisado del escalón. Casi me mato”, con formas poco agradables. Todo ello unas con formas poco agradables. “La gente de seguridad tiene que avisar cuando hay algún obstáculo en el camino, tiene razón, pero no es la manera. Ya es por todos conocida, así que tampoco pasa nada”, nos asegura la misma fuente.
Este mal gesto de la reina demuestra que Letizia está nerviosa y no se encuentra viviendo su mejor momento. Pero no sólo ella: los nervios reinan en la Casa. Están todos nerviosos. Esperando a ver qué ocurre. No quieren dar de que hablar ni hacer un movimiento en falso con la situación política en la que nos encontramos.
Hay que tener en cuenta que en algo más de cinco años, Felipe VI ha convocado -con la anunciada para el próximo lunes- siete rondas de consultas para una investidura. Su padre, Juan Carlos, tuvo 10 en los casi 34 años en los que fue Rey y se aprobó la Constitución de 1978. La próxima semana comienza la nueva ronda y la Jefatura del Estado está extremando la prudencia para evitar que la lucha entre los partidos le llegue a salpicar. Para el Rey la Constitución es la guía a seguir para conseguir mantener su neutralidad institucional. Pero los nervios están a flor de piel y eso se nota en el ambiente. La reina no opina y no interviene, pero es por todos conocida la buena relación que mantenía con Pedro Sánchez, excompañero suyo en el Instituto Ramiro de Maeztu y está preocupada por la situación porque les afecta y mucho en su día a día.
Viaje a Cuba
Con la actualidad política como está, una de las decisiones que se han tomado en Zarzuela y que ya se vio durante la última campaña electoral es intentar seguir con el ritmo de trabajo de la institución. “Es que con el ritmo que llevamos es imposible. Si tenemos que parar toda la actividad de los Reyes porque no se ponen de acuerdo, no hacemos nada desde hace tres años. Se ha decidido intentar seguir con un ritmo que no interfiera para nada en las negociaciones ni en unas posibles elecciones. Por eso tampoco paramos en la última campaña electoral. Ahora veremos que pasa con los viajes que están programados si finalmente hay elecciones de nuevo”, comenta una fuente cercana a la institución. Y entre esos viajes hay uno que le hace especial ilusión a Letizia. Se trata del viaje de Estado a Cuba, isla que ya conoce de su vida anterior a que Felipe apareciera, pero a la que tiene ganas de volver como reina.
Los Reyes tienen previsto viajar al Caribe con motivo del 500 aniversario de la fundación de La Habana, capital cubana, el próximo 16 de noviembre. Pero está en el aire. La celebración real de los cinco siglos de la ciudad tendrá lugar el día 18 de noviembre, pero en la Casa tienen claro que los reyes no van a estar ese día en Cuba, ya que está confirmada la presencia del presidente venezolano Nicolás Maduro, con quien no quieren coincidir.
Pero ese no es el problema real. Si las negociaciones fracasan, las nuevas elecciones tendrían lugar el 10 de noviembre. El Rey tiene que estar en Madrid si hay un claro ganador para proponerlo como candidato en dos días, por lo que si se marchan a Cuba sería hartamente difícil. La cuestión es que el viaje a la patria de los Castro sigue en el aire.
Debut de Leonor
Otro asunto que tiene a Letizia en alerta es el debut definitivo de su hija, la Princesa de Asturias, en su papel de heredera. La primogénita de los Reyes, que el próximo 31 de octubre cumplirá quince años, tiene un otoño complicado. Todo comenzará el 12 de octubre cuando acudirá, con su hermana, a la celebración del Día de la Hispanidad. Como ya es tradición Leonor y Sofía estarán en el desfile de las Fuerzas Armadas, pero después no asistirán a la recepción que sus padres ofrecen en el Palacio Real de Madrid. Unos días más tarde la Princesa de Asturias hará su primera aparición en una alfombra roja, aunque en este caso será azul, y es la que le esperará en Oviedo desde el coche a las puertas del Teatro Campoamor. Allí, el 18 de octubre, se entregarán los Premios que llevan su nombre. La Infanta Sofía será su fiel escudera, también cuando el 4 y 5 de noviembre viajen a Cataluña, su primer viaje oficial a esta Comunidad Autónoma, para entregar los Premios Princesa de Girona.
“Claro que esto les pone nerviosos, pero no sólo a la reina, sino a todos. Han pasado años tranquilos, en los que la edad de las niñas justificaba su ausencia de todos los actos públicos. Si la reina pudiera lo alargaba hasta el infinito y es normal. Le gustaría proteger a sus hijas de la presión que soporta ella cada vez que sale de casa. La entiendo perfectamente. Pero ella también sabe que ha llegado el momento, que tienen que dar a conocer a esas dos jovencitas, que son estupendas, para que la gente empiece a cogerles el cariño que se merecen”, comenta una amiga íntima de la reina.
En el plano familiar tampoco ha sido un comienzo de curso tranquilo. Los Reyes tuvieron que adelantar su vuelta de vacaciones con motivo de la operación de corazón a la que fue sometido Juan Carlos en un hospital madrileño. Tras salir airoso del triple bypass que le realizaron en el Hospital Quirón de Pozuelo, el emérito recibió la visita de toda su familia. Solo faltaron Pablo Urdangarín, que ya había comenzado la pretemporada con su equipo de balonmano y su padre, Iñaki, que continúa en la cárcel de Brieva, Ávila, cumpliendo condena por el Caso Nóos.
Pero hasta los encuentros con el recién operado monarca han estado medidos al milímetro. Primero, los Reyes no podían coincidir con la Infanta Cristina en ningún momento. “Había muchísima tensión en el ambiente, mientras los ‘suizos’ han estado en Madrid la reina ha intentado no pasar por Zarzuela. Luego, además, la escena de ir ella sola con la Princesa a ver a Juan Carlos al hospital, fue una escena orquestada que tuvo que hacer. De hecho, no pasaron de la sala privada. La relación entre ambos es tan mala que el Rey emérito se marchó de Palma justo un día antes de que llegara Letizia. No quiere estar con ella ni al revés. Así es cómo están las cosas”, nos asegura una persona cercana a la familia real. Además, hay que tener en cuenta que tienen al abuelo, al yayo, metido en Zarzuela después de la operación.
En el lado de los Ortiz Rocasolano las cosas tampoco han estado muy calmadas. Tras una larga etapa de tranquilidad, la nueva relación de la hermana de la reina, Telma Ortiz, con el abogado irlandés Gavin Bonnar, la ha vuelto a poner en las portadas de las revistas del corazón de todo el país. La pareja de la cuñada de Felipe VI es famosa por haber estado casado durante casi 18 años con Sharon Corr, violinista del grupo The Corr, con quien tiene dos hijos, de 13 y 12 años, y de la que hasta ahora no se sabía que habían separado. Por lo que se ha causado un gran revuelo.
El caso es que la reina soplará este domingo sus 47 velas con los nervios y la incertidumbre de un otoño en el que en el calendario de Zarzuela tiene marcados más números en rojo que en blanco.