— ¿Sabes algo de Dana?
— No, ella vino a casa el 13 de junio; cuando yo no estaba. Se llevó 1.200 euros y cogió algo de ropa. Me dijo que iba a irse en autobús para no dejar rastro.
Estas fueron las palabras que pronunció Sergio Ruiz (37 años) a este periódico, días después de denunciar la desaparición supuestamente voluntaria de su pareja sentimental, Dana Deonte, en Arenas (Málaga). Desde el primer momento, insistió en que su novia, de origen rumano, le había abandonado a él y a la hija de ambos, de 10 meses, para huir de un prestamista al que le debía 15.000 euros. Sergio siempre se presentó como una víctima, un mártir que debía afrontar además a partir de ese momento toda la economía familiar por la fuga de Dana (28 años). La historia, en cambio, era bien distinta.
Cien días después de aquellas declaraciones, y de toda una sarta de mentiras y falsas pistas que Sergio ha ido improvisando —y los investigadores desmontando— durante este tiempo, la Guardia Civil le detenía este miércoles por su supuesta implicación en la desaparición de la joven, de 28 años, en paradero desconocido desde el 12 de junio.
¿Las pruebas definitivas? El hallazgo del fémur de Dana en una zona cercana a la residencia de ambos. Un anónimo lo había encontrado el sábado anterior en una zona de difícil acceso, según ha podido saber EL ESPAÑOL. Y tras las pruebas pertinentes, los investigadores cercioraban que se trataba de Dana Leonte. La geolocalización del móvil del detenido, además, no le dejaba salida. Le situaba en el lugar donde se habían encontrado los restos óseos.
Hasta el momento de su detención, Sergio Ruiz se había encargado de aparentar absoluta normalidad en Arenas, su pueblo nata, a pesar de que tanto la familia de su novia, y la Guardia Civil siempre lo situaron en el centro de las sospechas. Este albañil seguía haciendo su vida junto a su hija Lucía, de 10 meses, de la que se hizo cargo, de hecho, hasta los agentes llamaron a su puerta para ponerle las esposas. Ahora, la niña está al cuidado de un hermano del detenido.
"El quería aparentar normalidad, pero no lo ha conseguido", cuenta a este periódico Florín Deonte, hermano de la desaparecida. No le dedica ninguna palabra más pues, según aclara, él no habla de "asesinos". Desde el minuto uno, el hermano de Dana sospechó de Ruiz. En conversación con este diario, Florin aseguraba que "su hermana no se había marchado de forma voluntaria" y "que le había pasado algo", sobre todo por un motivo: nunca se habría ido sin su hija, que apenas contaba con siete meses cuando se perdió el rastro de Dana.
Un extremo que ahora los investigadores ya han podido demostrar tras meses de investigación. Aunque todavía se desconoce dónde puede estar el cuerpo de la joven, así como la razón que llevo a Sergio a deshacerse de Dana. "Yo creo que tuvieron una discusión y a Sergio se le fue de las manos", sostiene Florín Deonte. En el pasado, Dana denunció a Sergio por malos tratos tras una fuerte discusión en presencia de varios familiares. A él se le impuso una orden de alejamiento sobre ella. Si bien, el caso se archivó por el juzgado de Vélez-Málaga por falta de pruebas.
Lo cierto es que al principio los investigadores sí creyeron que pudiese tratarse de una desaparición voluntaria. Un supuesto que empezó a desmoronarse poco después, cuando Sergio Ruiz empezó a presentar (falsas) pruebas para defender su inocencia —y asegurar la huida de Dana— . Mentiras, contradicciones... este malagueño fue improvisando una película, tal vez mientras intentaba deshacerse del cuerpo de su pareja, que al final ha terminado por desmontarse.
La primera de ellas fueron los mensajes con supuestas amenazas que el prestamista, llamado Paco, había enviado a Dana, y que esta había enviado a su novio en el momento en el que estaba huyendo. Este malagueño, recuerden, que denunció la desaparición de su novia, puso en conocimiento de los investigadores mensajes sonoros de Whatsapp así como capturas.
Falsas amenazas
Si bien, la Guardia Civil certificó que, en realidad, esos mensajes se enviaron desde la propia casa de Sergio. Así lo acreditaba la geolocalización de los móviles de ambos. En el momento en el que se enviaron los mensajes, dos terminales estaban muy cerca. Un giro en el caso que ponía el foco de sospecha sobre Sergio, ya que él había insistido en que su novia mandó los mensajes cuando se estaba marchando a Rumanía. El teléfono estaba en casa de ambos y el detenido podía haberse enviado a él mismo los mensajes para tener coartada.
Aun así, lo que hizo cambiar por completo la investigación y, con ello, intensificar la búsqueda en la zona fue la falsa prueba de vida que intentó presentar ante los agentes Sergio Ruiz un mes después de la desaparición, el 29 de agosto.
Según relató entonces a la Guardia Civil, se percató de que el móvil de su novia estaba conectado en WhatsApp. Así que aprovechó para saludarle y recriminarle con mensajes su ausencia. Ella respondió: "Hola, dime", tras lo que no volvió a contestar nada más. Estos mensajes fueron intercambiados supuestamente el día 11 de julio, 29 días después de que fuese vista por última vez -12 de junio-. Ruiz presentó estas pruebas, pero los investigadores también acreditaron poco después que era una pista falsa. "Apuntan a mí y yo no he hecho nada, soy inocente", seguía insistiendo el detenido.
A partir de ahí, las labores de búsqueda se intensificaron. Los agentes, además, también realizaron un registro de más de siete horas de la vivienda del detenido, lo que ya hacía prever que se tenían más que sospechas sobre él. La Guardia Civil inspeccionó exhaustivamente el lugar, donde los especialistas de Criminalística tomaron diversas muestras biológicas y analizaron restos de dos hogueras que el detenido había encendido en las últimas semanas en el exterior de la casa familiar, además de encontrar también varios recipientes de Lejía (tal vez empleada para borrar pistas).
A pesar de todas las evidencias con las que contaban los agentes, estas no fueron suficientes hasta que el pasado sábado se hallaron los restos óseos de Dana Deonte, tras meses de investigación. Ahora, los agentes se centran en encontrar con el cuerpo de la joven, dar con el móvil del crimen y desentrañar si alguien pudo colaborar con Sergio para deshacerse de la joven.