El asesinato de José Antonio ha destapado una trama de estafadores. El hombre, natural de Getxo y de 54 años, quedó con una mujer a través de Badoo -una aplicación de citas-. Cuando llegó a su encuentro, en Zaragoza, le habían tendido una trampa. Allí le estaba esperando la mujer y -al menos- dos hombres más. Mohamed y su novia, de origen venezolano, ya han sido detenidos tras encontrar sangre del hombre vasco en una nave de su propiedad. "Él llevaba tiempo viviendo en Pedrola, pero ella acababa de llegar", apunta una vecina a EL ESPAÑOL.
Todo apunta a que la pareja trató de robar a José Antonio. Ante la negativa de este, le propinaron una fuerte paliza y le trasladaron -todavía vivo- hasta un paraje de Zaragoza. Una vez allí, le enterraron vivo, tal y como apunta el informe de la autopsia que afirma que se ha encontrado tierra en sus pulmones. Ahora, la Guardia Civil ha destapado una trama de ladrones en serie, ya que José Antonio no habría sido su primera víctima. Ambos se encuentran detenidos acusados del asesinato del informático vasco. También, se busca a un tercer implicado.
Ella acababa de llegar al pueblo de Pedrola
Los vecinos del pequeño pueblo de Pedrola, en Zaragoza, todavía están digiriendo las últimas informaciones. El pasado miércoles dos vecinos de localidad fueron detenidos en relación al asesinato del informático vasco, cuyo cuerpo fue encontrado en un terreno cercano. Los investigadores encontraron sangre en una nave, propiedad de Mohamed. El joven llevaba varios años viviendo en Pedrola y su familia era "de lo más normal", apunta una vecina a EL ESPAÑOL. Allí, en esa nave había montado un pequeño y discreto taller. Hace pocos meses, comenzó a salir con una joven venezolana.
Para el registro de la nave acudieron hasta 15 agentes de Élite provenientes de de la Unidad Especial de Intervención (UEI), llegados desde Valdemoro (Madrid). Mohamed fue sorprendido cuando bajaba las escaleras y no opuso resistencia. Tras el crimen, el hombre se había paseado por el pueblo con total naturalidad, mientras que ella sí se había mostrado más reservada y apenas salía de su vivienda.
Los investigadores están seguros que la pareja acabó con la vida del informático en esa nave de Pedrola. Esta hipótesis estaría avalada por la cantidad de sangre encontrada en las paredes. Sin embargo, decidieron ocultar el cuerpo a cinco kilómetros, en una zona más apartada. Según la pulsera GPS del detenido, este pasó allí al menos dos horas, pero no parece que enterrara a la víctima con mucho cuidado, ya que el cadáver fue desenterrado por las alimañas. Eso fue lo que permitió que un agricultor se topara después con él.
Secuestraron a otro hombre un día antes
Parece ser que esta banda de delicuentes no era la primera vez que actuaban. Como apunta El Periódico Aragón, un hombre -justo un día antes del asesinato de José Antonio- fue asaltado, apaleado y secuestrado. Este había concertado una cita, también, a través de Badoo. Una vez quedaron, el hombre caminó hasta la casa de una amiga. En un momento dado, sintió un fuerte golpe en la espalda. Tras esto, escuchó a la mujer afirmar: "Ve detrás de él, que se nos escapa el hijo de puta, mátalo".
Finalmente, los asaltantes lograron alcanzarle y le amenazaron con una pistola. Después le ataron de pies y manos y le llevaron en el interior del maletero a la misma nave que ha registrado la Guardia Civil por el crimen de José Antonio. Allí, mientras estaba encapuchado, le exigieron que les diera el código pin de la tarjeta para sacar dinero. Le amenazaron con secuestrarle, aunque finalmente decidieron liberarle a las afueras de Luceni (Zaragoza).
Intentaron vender su Mercedes por Milanuncios
José Antonio se dirigió el pasado mes de septiembre a Zaragoza. Allí había quedado con una mujer a la que había conocido por Badoo. Cuando se encontraron, decidieron retirarse a una zona más alejada para mantener relaciones sexuales. En ese momento, le tendieron una emboscada. Le robaron y le propinaron fuertes golpes. Tras esto, le trasladaron a la nave de Pedrola, donde acabaron con su vida. Llevaron su cuerpo hasta un descampado de la Ribera Alta del Ebro. También, se quedaron con su Mercedes rojo -que trataron de vender a través de Milanuncios-.
Fue un vecino quien encontró el cuerpo de José Antonio. Pero la voz de alarma la dio antes un hombre, que se interesó en adquirir el auto del informático. El coche se anunciaba en Internet por 20.000 euros, un precio muy rebajado para un Mercedes de tales características. El hombre hizo un ingreso de 10.000 euros y, al pedir la formalización de los papeles, la pareja detenida dejó de responder. Tras esto, lo denunció en Comisaría.