En el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Los Llanos de Aridane (La Palma) sostienen que Ángel González Acosta está muerto. Que este emigrante tinerfeño que se marchó a Venezuela falleció el día de Año Nuevo de 2008 y que fue dado por muerto de forma oficial un par de años más tarde. Ángel lo sabe y dice que no, que él está vivito y coleando. Lo dice Ángel y lo dice su hija Angélica, que lo ve cada día. Y para demostrarlo ha subido un vídeo a Facebook como prueba de vida.
La historia de Ángel Gonzáleza Acosta (San Cristobal de la Laguna, Tenerife, 1933) demuestra que la burocracia, en ocasiones, no atiende a razones. Ángel fue uno de los ‘indianos’, de esos emigrante que se marcharon a buscarse la vida a América Latina para volver, generalmente, enriquecidos a España años después. Aquí en España estaba casado con una versadora de la isla de La Palma, tal y como recoge EL ESPAÑOL en Diario de Avisos. Y tenía una hija que se llamaba María y nació en 1978. Lo que sucede es que Ángel estaba muy a gusto en aquella Venezuela próspera a la que llegó junto a otros miles de canarios. Allí rehizo su vida, eligió a una nueva compañera, tuvo descendencia…
En 'Diario de Avisos'
Entretanto, su familia canaria no dejó de buscarlo aunque él no diese señales de vida. Fue su hija María la que inició la gestiones para buscar a su padre desaparecido. Corría el año 2007 cuando empezó los trámites oficiales para que su progenitor fuese localizado. Para ello dio los pasos pertinentes. Denunció la desaparición, que se publicó mediante edictos hasta en el BOE, anuncios en Radio Nacional de España y publicaciones en Diario de Avisos (dos en un espacio de 15 días), en los que se pedía información sobre su paradero.
Ninguno resultó, porque Ángel estaba a 8.000 kilómetros de distancia, viviendo su nueva vida y sin prestar atención a lo que sucedía en su España natal. Y como ninguno resultó, su hija María pidió que se le diese por muerto. Y la justicia española hizo lo que se suele hacer en estos casos: al haber transcurrido más diez años de haber recibido las últimas noticias sobre el sujeto, el desaparecido fue dado por muerto. Y hasta hoy.
Muerto desde 2008
En realidad hasta 2017, cuando su hija Angélica, con la que reside en Venezuela, recibió una partida de nacimiento de su padre. En ella se aseguraba que el hombre había nacido en 1933 y había muerto en 2008, siendo dado oficialmente por fallecido en octubre de 2010. Sorpresa, estupefacción… y empezar a trabajar. Su hija venezolana fue la que inició los trámites para que resucitasen a su padre. Su otra hija fue la que los culminó para que lo dieran por muerto, y su hija del otro lado del Atlántico es la que está moviendo cielo y tierra para revivirlo. Por ello organizó incluso una reunión con el cónsul español en Venezuela. Que confirmó lo que sus ojos veían, que Ángel está vivo. Pero no es a él a quien le corresponde decir eso, sino a la justicia.
Una hija lo dio por muerto y la otra lo revive. Entretanto, ¿qué hace Ángel? De momento soplar las velas de cumpleaños. Esta semana ha cumplido 86 años y este acontecimiento ha coincidido con el llamamiento que ha hecho por internet, para ver si demostrando que habla, que sopla velas y que puede subir vídeos a las redes, son pruebas suficientes como para que la justicia española e crea que sigue en el mundo de los vivos. Con unas gafas y una larguísima barba blanca que recuerdan a Ramón María del Valle-Inclán, el ‘indiano resucitado’ explica desde le República Bolivariana que no, que él no está muerto y que algo tienen que hacer para revivirlo en España, porque es un peso que tiene encima.
"Declaro que estoy vivo"
“Hoy 23 del 9 de 2019, yo Ángel González Acosta declaro que estoy vivo en Venezuela”, reivindica en el vídeo que le ha hecho famoso por estar vivo y muerto a la vez. Ahora está en manos de la justicia español reunir las pruebas y decidir si se le devuelve su verdadera identidad a este emigrante que se quedó en Venezuela. Son los jueces los que tienen que decidir si Ángel está vivo o muerto, mientras el tinerfeño espera junto a su hija Angélica, para que se revierta la situación. Porque reconoce el anciano que el hallazgo de que él mismo podría estar muerto, le ha llenado de inquietud y malestar: “Me he sentido un poquito desmejorado porque aunque esté vivo afecta bastante, precisamente porque fue mi hija la que me dio por muerto”, le explicaba a El País en conversación telefónica.
Ahora, la principal misión de Ángel y Angélica es encontrar a María, que es la hija que él dejó en Tenerife y a su vez la hermana que no conoce la venezolana Angélica. Es la que inició los pasos legales para que la declarasen huérfana de padre. “Por favor ayúdame a encontrarla y que sepa que su padre esta vivo, ya que solo pedimos que termine este proceso legal para que mi padre pueda tramitar sus documentos”, concluye Angélica con desazón.