La imagen fue la más comentada de la noche. Los Reyes presidían en el Hotel Westin Palace de Madrid el treinta aniversario del periódico El Mundo. Para la primera velada de octubre, en la que la temperatura era más bien del mes de junio, la reina eligió un vestido elegante, moderno y sencillo, firmado por el modisto hispano-argentino Roberto Torreta. El traje de noche tenía el siempre favorecedor escote palabra de honor que tanto le gusta a Letizia.
Pero los comentarios no eran sobre el modelo elegido en rojo por la consorte, sino por su espalda al aire que dejaba ver su perfecta musculatura. En los omoplatos ‘reales’ se pueden contar cada una de las fibras que la esposa de Felipe VI tiene en esa zona. Lo mismo ocurre con sus brazos y piernas. Suponemos, porque no hemos visto más, que así será en todo su cuerpo. La ex periodista no está fuerte, está lo que los expertos en el tema llaman ‘fina’. Es decir, no tiene ni un gramo de más de grasa encima. La soberana marca sus músculos hasta el punto de que hubiera servido de inspiración a Leonardo da Vinci para algunos de sus estudios anatómicos. ¿Cómo lo consigue Letizia?
Durante estos años que lleva al lado de su marido, Felipe VI, mucho se ha escrito y hablado sobre el tema de cómo se cuida la reina. Muchos llegaron a asegurar que Letizia tenía problemas relacionados con la comida. Nada más llegar a Zarzuela era un infundado clamor popular que Letizia sufría algún tipo de enfermedad nerviosa como anorexia o bulimia. Aquellos rumores que todos daban por hecho sentaban fatal a la ex periodista.
"No tengo ningún problema. Como de todo y mucho. Soy así, esta es mi constitución", aseguraba a los periodistas habituales de la Casa Real en muchos de los corrillos que se formaban entonces. Y eso era y es cierto. Letizia come poco, pero come bien. "Quienes la conocemos sabemos que es parte de su personalidad. La llegada a la perfección en todo es su meta o, por lo menos, intentarlo. Si hace deporte, lo hace a muerte; si hace yoga, no para hasta saber tanto del tema como el propio profesor… ella es así con todo, así que con su cuerpo también. Si decide cuidar su alimentación lo hace hasta el extremo", nos asegura una amiga personal de la esposa del Rey.
Con su rutina para tonificar sus brazos, bien torneados y sin atisbo de grasa o flacidez, la Reina ha logrado uno de los objetivos de muchas mujeres: conseguir que el paso de los años no se aprecie en la que es una zona especialmente sensible. Y es que los brazos denotan el paso del tiempo y el efecto de la gravedad, sobre todo en el área de los tríceps. Para fortalecer los brazos, resulta vital una rutina de ejercicios alternos durante un mínimo de 3 días a la semana centrada en tonificar bíceps y tríceps. "La reina realiza ejercicios de curl de bíceps con pesas, barra o TRX, un día sí y otro no. Ella siempre recomienda, cuando alguien le pregunta, que hagan fondos de tríceps en la pared. No se necesita más que el peso del propio cuerpo y una pared, ese es su ejercicio favorito. Y, luego, es una adicta a la bicicleta estática, con la que hace una clase con música para quemar muchas calorías. Si el rey está libre, se une a la rutina de gimnasio de su mujer. De hecho, se pican entre ellos en muchas ocasiones", cuenta una amiga de la pareja que comparte la pasión de Letizia por la vida healthy.
Respecto al precio que tiene toda la alimentación sana y deporte para las arcas del Estado, es cero. Tanto el rey como su mujer se cuidan mucho de que todo lo que gastan esté dentro de la Ley de Transparencia que han implantado en Zarzuela desde que llegaron al Trono en 2014. Cada euro que Letizia se gasta en su cuerpo, es decir, entrenador personal, clases de yoga, de zumba, aparatos de pesas... sale del sueldo que cada año le adjudica su marido por sus servicios de representación a la Corona. Este es un salario anual de 133.530 euros. Por cierto, que la brecha salarial entre el Rey y la Reina es un hecho, ya que el Monarca ingresa 242.769 euros, es decir, 109,239 euros más. Aunque hay que recordar que ambos no ejercen el mismo puesto: uno es rey y la otra consorte.
Pesas, cardio y yoga
Letizia siempre ha sido, al igual que su madre y sus hermanas, de constitución delgada y hombros rectos. A sus 47 años puede presumir de tener unos brazos estilizados y cada vez los tiene más musculados. No se aprecia ni una gota de grasa y nada de flacidez. Es todo fibra, algo que consigue gracias a una pauta diaria de ejercicios de cardio y pesas. La reina no sólo tiene musculados brazos y hombros, sus piernas están perfectamente contorneadas y las rodillas cuidadas.
"Es híper disciplinada con sus rutinas deportivas. Es madrugadora, se levanta sobre las 7.00 y suele aprovechar esa primera hora para hacer algo de carrera por los jardines de Zarzuela. La reina tiene un entrenador personal que acude al recinto casi a diario. Sólo falta cuando las obligaciones la agenda se lo impiden. Entrenan en el gimnasio particular de la familia, diferente al que tenemos los demás. Hace sesiones de pesas y ejercicios de cardio para tonificar, ha probado el boxeo. Pero a lo que está enganchada a una modalidad de yoga llamada Iyengar·, cuenta un trabajador de la Casa que se cruza muchas mañanas con ella mientras ambos corren por el campo de El Pardo.
La modalidad de Yoga que le gusta a la reina se diferencia del tradicional en que hace especial énfasis en mantener cada postura durante un largo período de tiempo y emplea bloques, elásticos o correas para ayudar a alinear el cuerpo. Además, reduce la ansiedad, evita la retención de líquidos y ayuda en la educación postural.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL la reina completa su puesta a punto practicando los domingos por la mañana zumba, modalidad del aerobic al ritmo de música latina en las cocheras de su residencia, donde se ponen unos espejos que luego, tras la clase, se quitan. La profesora es una preparadora física de un gimnasio cercano y acuden también sus amigas, entre ellas alguna de sus famosas ‘guardasecretos’ y antiguas compañeras de TVE.
Así que es evidente que Letizia, a sus 47 años, puede presumir de espalda y brazos, tanto que consigue eclipsar la presencia del mismo rey, cuya obsesión por el físico no es comparable, por más que se cuide: un poco de gimnasio, partido de pádel y mucha dieta.
La dieta del doctor Perricone
Letizia cuida hasta el extremo su alimentación y la de toda su familia. Come con cuidado y bien. No hace dietas para adelgazar ni tampoco ningún tipo de ayunos. La reina es una de las más famosas seguidoras de la dieta del doctor Perricone, uno de los dietistas más prestigiosos del mundo y que tiene en su cartera de clientes a las celebrities de medio planeta, como las actrices Gwyneth Paltrow o la modelo Kate Moss. Pero no sigue la dieta de forma estricta, sino que la mezcla a su manera con la tradicional alimentación mediterránea.
Como es sabido, supervisa lo que se va a comer en Zarzuela y hasta ha cambiado el menú del colegio Nuestra Señora de Los Rosales donde estudian Leonor y Sofía, retirando del día a día de los alumnos tanto los fritos como el azúcar y subiendo el consumo de verdura y pescado. Probablemente no sea la madre más popular en el patio del colegio.
La ex periodista es embajadora Especial de la FAO para la Nutrición, un papel que le va como anillo al dedo. Si alguien sabe de ese tema es ella. Entre sus normas a la hora de alimentarse, como se desprende de muchos de los discursos que ha dado como embajadora, está el de "nutrir más que comer porque muchas veces se comen cosas que no aportan nada a nuestros cuerpos" o "dejemos de consumir calorías vacías de nutrientes". El caso es que sus platos favoritos, como les comentaba hace unos días a los pequeños del colegio de Torrejoncillos en Cáceres dónde inauguró el curso escolar, son la verdura, la fruta, ensaladas y purés.
Este tipo de alimentos forma el 80% de su dieta diaria, junto a proteínas magras, pescado azul y huevos. Tampoco faltan los denominados súper alimentos como kale o espinacas. En el ‘Pabellón del Príncipe’ sólo se consumen productos que procedan de agricultura ecológica, orgánica o biológica. El requisito fundamental es que en su cultivo no se hayan empleado productos químicos. Muchas de las cosas que se consumen salen del propio huerto que mandó plantar hace unos años y que ella supervisa, como contó a Michelle Obama en su visita a la Casa Blanca en 2015. Las carnes sin elaborar, sin antibióticos, y los azúcares restringidos al máximo. Letizia es muy fan de los alimentos que contengan propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y anti-retención de líquidos. Son: verduras de hoja verde, té verde, salmón salvaje, lácteos enteros y cuanto más naturales mejor, cúrcuma, frutos rojos, copos de avena, cacao puro, aceite de oliva virgen extra y té kombutxa.
Por supuesto, está vetada toda la bollería industrial. De hecho, al parecer, la mayoría de la repostería que se consume se hace en casa. Tampoco hay sitio en su nevera para la comida prefabricada, como congelados o pizzas. Cualquier alimento susceptible de ser elaborado con ingredientes naturales se hace casero. Incluso se miran los azúcares que contienen conservas, como el tomate frito y cualquier condimento elaborado tipo soja. No toma café ni pan ni bebidas gaseosas o azucaradas. Las legumbres o el arroz tampoco forman parte ya no de su dieta, sino de la de toda su familia.
Esto, como es natural aburre un poco, bastante, a sus dos hijas y a su marido el Rey. Hay una famosa anécdota que sucedió en Palma de Mallorca durante la Copa del Rey de Vela cuando Leonor y Sofía eran pequeñas. Uno de los asistentes a la fiesta en el Club Náutico se acercó a Felipe VI, que todavía era príncipe, para preguntarle si podía darles a las niñas un trozo de ensaimada. La Princesa y la Infanta miraron a su padre con cara de pena y este les dijo: "vale, comed un trocito pequeño y sin que se entere vuestra madre".
Letizia y el alcohol
Respecto al alcohol hay una polémica sobre la relación de la reina con él. En el primer 12 de octubre al que asistió como princesa de Asturias, Juan Carlos brindó por España y ella ni se acercó la copa a la boca para probar el vino, lo cual causó un gran revuelo. Fue en 2013. Zarzuela alegó que Letizia era abstemia, pero unos meses después una revista del corazón publicó unas fotos suyas en el barrio madrileño de Malasaña en las que se veía a la esposa de Felipe VI con un grupo de amigos sentados en una mesa con varias cervezas. Entonces, desde Palacio alegaron que, de vez en cuando, bebe una cerveza, pero siempre artesanal y cuando va a Asturias bebe sidra.
"No suele beber, es verdad. Eso a veces es un problema para los brindis. Pero ella brinda igual aunque no beba. Además, le supone alguna discusión con su marido, ya que el Rey es un amante del vino y colecciona botellas en la bodega que tiene en su residencia. A la reina el vino no le va mucho, pero sí se toma una cervecita o un gin-tonic con los amigos, pero muy de vez en cuando", asegura una fuente cercana a la pareja.
Pero para tener ese cuerpo no es sólo una buena alimentación lo que hace falta. La reina se machaca en el deporte, y mucho. Cómo todo lo que hace, si empieza llega hasta el límite siempre, hasta donde su cuerpo dé. Además, la única mujer que hay en su Secretaría, Eva Fernández, es otra loca del deporte. La ex estilista de moda de Cosmopolitan practica CrossFit y ballet de forma extrema, así que se han juntado el hambre y las ganas de comer, dicho sea en román paladino.