El lunes, ay, el lunes. Es, dicen, el peor día de la semana. Hay que levantarse temprano, meterse a presión en el metro o ‘comerse’ un atasco, ir al trabajo, comer de táper… Son, a priori, terribles. Sin embargo, también traen, a su manera, buenas nuevas, aunque no necesariamente positivas. Las decisiones importantes y los cambios se anuncian nada más comenzar la semana. Es el método que siguen muchas empresas, pero también las instituciones. Por eso, el próximo lunes, el 14, se comunicará el fallo del juicio del procés. Y por eso, el lunes siguiente, el 21, podría llevarse a cabo la exhumación de Franco, siempre que el Gobierno lo dictamine así en el Consejo de Ministros de este viernes.
El lunes –cuyo significado etimológico proviene del latín y remite a la Luna– es el inicio, la oportunidad, el pistoletazo de salida. Es el día en el que pasan cosas. Comienzan las dietas –y son más efectivas, según un estudio de Tesco–, los gimnasios se llenan –por aquello del remordimiento–, las empresas organizan sus reuniones para preparar la semana… Y, al mismo tiempo, se dan cita hechos históricos previamente acordados. Por ejemplo, la abdicación de Juan Carlos I... Casi nada.
Pero también otros muchos acontecimientos históricos como el fin de la batalla de Waterloo (19 de junio de 1815), el fin de la I Guerra Mundial (el 11 de diciembre de 1918), el fin de la II Guerra Mundial (el 10 de agosto de 1945), con la retirada de los japoneses de territorio chino... Todo estos hechos sucedieron un lunes.
¿Por qué? La duda siempre ha estado ahí y, aunque no hay una teoría psicológica que lo explique, sí que el anunciar esas decisiones los lunes responde a ciertos patrones. “Hay dos variables a las que responde este comportamiento. Por un lado, al efecto esperado en la audiencia; y por otro, a la confianza”, explica, para empezar, Juan Restalvo, psicólogo de la clínica Atlas. Eso a nivel teórico, pero vayamos a la práctica...
Empecemos por la primera variable. Toda decisión va dirigida a una audiencia. “Y, claro, durante la semana, da tiempo a contar lo que hemos hecho”, razona el psicólogo Alejandro Moreno. “En ese sentido, no todo lo que se anuncia tiene que ser necesariamente positivo. Así, si la noticia no es del agrado del emisor, tenemos margen de maniobra para explicarlo y que la gente pueda digerirlo”, prosigue en su razonamiento Juan Restalvo. Y la opinión pública, obviamente, tiene una semana para hablar de ello. Es decir, el impacto mediático es mayor.
La otra variable es la confianza. ¿Y qué significa esto? “Que si la persona que toma la decisión tiene confianza en sí misma, prefiere comunicar algo importante el lunes porque cree que puede controlar y redirigir el mensaje durante el resto de la semana”, puntualiza Juan Restalvo.
La última razón tiene que ver menos con lo psicológico y más con lo meramente estratégico. “Son decisiones de calado que pueden tener un reflejo en las elecciones del próximo 10 de noviembre”, añade el doctor Santiago Segovia, del Insituto psicoeducativo Elea.
¿Y los viernes? Son la otra cara de la moneda, el final de la semana, cuando se concluye todo. “Y cuando, a veces, se dan decisiones de menos calado”, explica Juan. Aunque, eso sí, a veces sucede. Por ejemplo, pasó durante la crisis, cuando los recortes caían en viernes, en el Consejo de Ministros. O los despidos de los empleados por las empresas. “Se perciben de una forma no tan negativa al estar por delante el fin de semana”, puntualiza Alejandro. “Y así se deja que el empleado lo digiera con su gente, rodeado de sus familiares… Eso hace que, pese a la noticia mala, te sientas mejor por el efecto positivo de compartirlo”, finaliza Alejandro.
El lunes y el viernes, el yin y el yang, el comienzo y el final. Dos días, a priori, diferentes, pero bastante parecidos. En ambos se pueden recibir malas noticias, en ambos se pueden tomar decisiones y ambos tienen una influencia directa (por unos u otros motivo) en nuestras vidas. Eso sí, los lunes se toman decisiones o se dan noticias que se puedan digerir en compañía, poco a poco y durante cinco días. Los viernes, en cambio, las buenas nuevas son para que cada uno las gestione como pueda, sin explicaciones ni razonamientos externos.
Este lunes tendremos la sentencia del procés y el broche de la semana podría ser la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, con fecha fijada para este viernes, para que cada uno lo gestione como pueda o se olvida. Aunque, lo más probable es que también esta página este reservada para el lunes.