Ya llega la Copa Davis. La nueva, la que va a revolucionar el tenis porque parece un mundial de fútbol. La que organiza Gerard Piqué y que ha estado rodeada de polémicas desde su concepción. Un proyecto multimillonario que muchos tenistas no ven claro y que los sponsors abandonan. Un nuevo modelo sembrado de dudas. Se la juega el central del Barça... pero no es tonto y se la juega por España y en Madrid.
Piqué, el que abandonó la selección española porque la afición le pitaba. El que fue a votar el 1 de octubre en el referéndum indepe. El tipo más antimadridista de la plantilla. Pero, cuando uno se juega 3.000 millones de dólares, los colores pasan a un segundo plano. Paradojas de la vida, el éxito de Piqué será un campo lleno de banderas españolas y un porcentaje inexistente de indepes. Gente llegada de todos (los otros) rincones de España… para ver a los principales reclamos, dos madridistas: uno de ellos es Djokovic, que ya rajó del nuevo torneo y amagó con no venir a jugar. El otro es Rafa Nadal, un símbolo más español que el toro de Osborne.
Madrid está estos días empapelado de carteles que anuncian el evento. Banderolas en las farolas y en las marquesinas de los autobuses. Posters en el metro. Anuncios en los medios. El próximo 18 de noviembre empezará, en la Caja Mágica, la nueva copa del mundo de tenis: la Copa Davis. Una competición con 120 años de historia y distinta a todo el tenis que solemos ver cada día. Aquí se juega por equipos, por selecciones. Su formato tradicional consistía en eliminatorias a ida y vuelta que se disputan en los países participantes. Pero este año cambia todo. Se la ha quedado Gerard Piqué por medio de su empresa Kosmos. Y ha decidido ‘futbolizarla’. Por ejemplo, se disputa en una sola sede, como el Mundial de fútbol. De todas las ciudades del planeta, Piqué ha elegido Madrid.
Los problemas
Pero esta revolución no ha gustado en el mundo del tenis. Los detractores son muchos y muy importantes. Por ejemplo: al poco de conocerse que Piqué se quedaba con la competición, el principal patrocinador se largó. El banco francés BNP Paribas, sponsor del torneo durante los últimos 17 años, anunciaba que cancelaba el contrato que le unía con la Davis. Es el anunciante del tenis por excelencia, el que les suena de ver en los partidos de la tele porque también patrocina Roland Garros. Un histórico que se baja del proyecto de Piqué. El portavoz del banco, Bertrand Cizeau, fue muy claro respecto al motivo de la espantá: el cambio: "Hemos decidido de acuerdo con la Federación Internacional de Tenis concluir la colaboración después de 17 años, después de que el modelo de la competición haya cambiado", le contaba a France Press. Mal comienzo.
Piqué no puede permitirse un nuevo fracaso aquí. Su faceta de empresario abarca mucho, desde los videojuegos hasta las hamburgueserías. Pero también palma mucho y últimamente se está acostumbrando a tener que bajar las persianas de sus negocios. Cerró lo de los videojuegos y lo de las hamburguesas. Por eso, en lo de la Copa Davis no se tolera otro resbalón. Porque esto no es una hamburguesería, es otra dimensión. Y es que la inversión que ha tenido que realizar para quedarse con la Copa Davis es de 2.430 millones de euros. (3.000 millones de euros).
Los tenistas enfadados
Pero el rechazo más frontal viene de dentro, de la misma gente del tenis. De jugadores y organizadores. Hay recelo con que se apodere de esta histórica copa alguien que viene del fútbol. El historico exjugador Ion Tiriac, propietario del Open de Madrid, la calificó de “el mayor chiste del mundo” y arremetió contra el futbolista picándolo con los colores: “ Él nunca pudo jugar en el Real Madrid, que es otra cosa”. También la criticó duramente es el capitán del equipo australiano, Leyton Hewittt, que no se mordió la lengua: “Piqué no sabe nada de tenis. Es como si yo cambio las cosas de la Champions”.
Pero la ausencia más grave es la de Roger Federer. Que el mejor jugador de la historia hable mal de tu torneo y no lo quiera jugar es muy duro; es empezar el partido un set abajo. Y es que el suizo incluso ha ido el principal opositor a este nuevo formato. Incluso ha protagonizado alguna polémica con Piqué, con agrias declaraciones cruzadas. A Federer le pidieron que hablase con el barcelonista para arreglar la situación y Federer dijo que no conoce de nada a Piqué. Mal plan para Gerard, si su intención era estrenar la revolución en la Davis con los mejores del mundo. A Roger tampoco le gusta que venga alguien fuera del fútbol a cambiar las reglas en el tenis.
Los números
¿Cómo ha llegado a hacerse un futbolista con el mayor torneo de tenis por equipos? Con 3.000 millones de dólares. Es la cantidad que la empresa de Piqué invertirá en la David en un plazo de 25 años. En esta primera edición, por ejemplo, repartirá 17 millones de euros en premios. Para los jugadores participantes y para los países. Peor también contempla financiación de proyectos de base y otros programas de desarrollo.
Esta megainversión viene de la mano de Kosmos, su firma estrella, la que no ha quebrado. Una firma global de deportes, desde audivosual a eventos. Que lo mismo le hace un vídeo a Griezmann para decir que no se va del Atleti (un año antes de irse), que te monta un mundial de tenis. Piqué fundó Kosmos junto a un chino y un japonés. El primero es Edmund Yue, un amigo íntimo al que conoció en la escuela de negocios de Harvard. El segundo es Hiroshi Mikitani, el dueño de Rakuten, que es algo así como el Amazon japonés y que también está patrocinando al Barça porque el propio Piqué medió en las negociaciones.
Piqué jugaba a tenis desde pequeño, es su segunda gran pasión. Y este torneo es su mayor proyecto empresarial. Su bala de plata. Su all-in, como buen jugador de poker que es. Se lo juega todo pero ha empezado con mal pie. Y contra la adversidad, contra Federer ausente y los patrocinadores a la fuga, Piqué ha optado por ponerse en manos de la selección española y de Madrid. De los espectadores españoles, que pagarán desde 71 euros la entrada más barata hasta 820 por un asiento en la final. Una afición que, por cierto, se está volcando. En las páginas de venta onine ya señalan que está agotado más del 90% del aforo.
Pues Madrid ha respondido. La ciudad pone 10 millones de euros. Ayuntamiento y Comunidad aportarán 4,5 millones de euros cada una, además de un millón por parte de IFEMA para acoger la primera edición de la Copa Davis. También estaba previsto que con los nuevos presupuestos del gobierno de España se le hubieran aplicado los mejores beneficios fiscales posibles. A él y a todo la empresa que quisiera colaborar con el evento. Los patrocinadores podrían deducirse de la cuota a pagar por IRPF o Sociedades el 15% de la inversión y hasta el 40% de los donativos. España no le roba.
Niño rico
Piqué puede permitirse pensar en grande porque puede, porque tiene mucho dinero. Nacido en el seno de una familia de clase alta, su abuelo (de apellido Bernabeu) es un histórico directivo del club blaugrana. Recientemente presumió de fortuna en la entrevista que le hizo David Broncano en ‘La Resistencia’: “Tengo más dinero que presupuesto tiene el RCD Espanyol”, fardó el defensa, cuyo patrimonio se estima entre los 76 y los 80 millones de euros.
Piqué es, a veces, más empresario que futbolista. Para muestra, una comparación palmaria: mientras en su Linkedin se presenta como “Presidente y fundador de Kosmos”, Sergio Ramos lo hace con “Real Madrid Club de Fútbol, el equipo más grande del mundo”. El central catalán está constantemente viajando por motivos empresariales, aunque se encuentre en mitad de competición con el Barça.
Esto le ha traído problemas. Ya tuvo alguna trifulca con Valverde por largarse a Orlando (Estados Unidos) entre semana para negociar cuestiones de la Copa Davis. Esta doble faceta también le ha valido algún tirón de orejas de otros compañeros del Barça. Puyol le pegaba un palo en una entrevista en 2018: “Está bien que se haya dado cuenta ya Gerard de que hay que vivir el fútbol 24 horas”, decía con ironía “Yo vivía las 24 horas para el fútbol y él me enseñó a disfrutar de la vida. La máxima competición exige cuidarse y focalizar mucho en el fútbol”.
Madrid y el Real Madrid
Pero, aunque tiene mucho dinero y cada vez es más empresario que futbolista, ante su mayor reto apuesta por Madrid y la selección española. ¿Por qué eligió Madrid? El futbolista explicó su proyecto en una elitista rueda de prensa que celebró en Nueva York y al a que convocó a unos pocos medios seleccionados de todo el mundo. Allí contó por que escogió la capital de España: “Madrid fue la sede elegida después de mucho debate interno en Kosmos y en connivencia con la ITF. Elegimos Madrid porque estaba al lado de Londres (sede de la Federación Internacional), cerca de Barcelona, tiene grandes infraestructuras... Entendimos que los dos primeros años necesitábamos poner las mayores facilidades posibles a los jugadores. De cara al futuro estamos abiertos a otras sedes, haremos balance de pros y contras y decidiremos”. Así, atendiendo a la explicación que dio, eligió Madrid por estar cerca de Barcelona. Pero no eligió su Barcelona.
Gerard Piqué i Bernabeu necesitaba en su Copa Davis a los mejores. Y el mejor le dio plantón. Por eso, sus esperanzas se reducían a dos madridistas confesos. Uno es Novak Djokovic. El serbio tampoco quería jugar esta Davis. Y es que el año que viene empezará otra Copa del Mundo de tenis. Un torneo que ya existía, que dejó de disputarse en 2012, que también enfrenta a selecciones y que ha sido recuperado para que reaparezca en Australia en 2020. Ahora que llega Piqué a la Davis, va y le sale competencia. Y Nole Djokovic lo dejó claro: si tenía que elegir, él prefería la Copa del Mundo. Otro plantón a Piqué. Que falte Federer es grave. Que falten Federer y Djokovic, un desastre.
Piqué salvó ese match-ball. Se reunió con Nole en Alemania y finalmente lo convenció de que capitanease al combinado serbio en su torneo de Madrid. Porque, si una cosa tiene el futbolista, es carisma. Cuentan que en corto es un tipo encantador. Y así logró convencer al merengue Djokovic. El de Belgrado es un deportista que nunca ha ocultado su afición por el Real Madrid. Ha sido fotografiado en númerosas veces con la elástica blanca y finalmente Florentino le hizo entrega de una con su nombre. Su afición le viene desde muy joven. Aún no se había convertido en la gran estrella mundial que es ahora y ya posaba con el 7 de Raúl a la espalda.
Yo soy español
¿Hay algo más español que Rafa Nadal y su “vamos”? Ahora mismo nada. Ni el toro de Osborne. No al menos para le generación que nació de 1980 en adelante, la que le quitó los complejos a España. La que ganó Mundial y Eurocopa en fútbol, Mundial y Juegos en baloncesto. La de Fernando Alonso mandando en la Fórmula 1 y Márquez en las motos. La que consiguió acuñar la frase “Soy español, ¿a qué quieres que te gane?”. Porque esas cotas alcanzadas para España eran impensables para las generaciones que nacieron antes de la transición.
Y entre todos ellos, destaca Rafa Nadal. Un extraterrestre de 1986 que devora récords en el tenis pero que sigue llorando cuando gana Roland Garros (cada año) y suena el himno de España. Un tipo orgulloso de su bandera y que es un icono y un modelo para los españoles. Por lo mucho que gana y porque es capaz de bajar a la calle en mitad de una inundación a achicar agua a paladas, como un vecino más. A él le siguen aficionados españoles con la bandera a cuestas por todas partes del mundo, porque es un símbolo nacional. No es casualidad que un partido del ideario de Ciudadanos haya adoptado su “Vamos” como eslogan.
Nadal, tan madridista que hay quien lo ve sucediendo a Florentino cuando el presidente se retire, dijo que sí enseguida. Que jugaba la Davis. Tal vez por amistad con Piqué, tal vez porque se lo cree de verdad, vio positivo este nuevo formato desde el primer momento. Y ese comodín de la baraja va a ser el que traiga el éxito a la “Copa Davis Piqué”. Porque Nadal arrastra a gente de toda España por todo el mundo. Van a ser los que llenen la Caja Mágica.
Piqué, que declaró hace dos semanas sentirse orgulloso del Barça por el comunicado del club a favor de los políticos presos tras la sentencia del Procés, se encomienda a Madrid y a España para su próximo partido. Su gran victoria sería ver en la final a dos madridistas batiéndose el cobre en la pista, con la Caja Mágica llena de banderas de España (y de gente que ha pagado su entrada), Nadal ganando y la grada entera cantando lo de “Yo soy español”. Tal vez se sumaría. Se juega muchos millones de euros.