Chelo compró la Administración de Lotería del modesto Centro Comercial El Parque (Ciudad Real) hace poco más de dos años. La mujer empezó en el negocio con la ilusión propia de cualquier otro sueño hecho realidad. Había trabajado durante años en una empresa dedicada a la construcción y quería darle a su vida un giro de 180 grados. “Era una persona muy alegre y habladora”, apunta la dueña de una tienda cercana a la administración de Chelo. Lo cierto es que Celinda -como le llamaban sus conocidos- era una mujer simpática y extrovertida. Pero ahora su realidad es muy distinta.
La semana pasada, Inspección cerró su Administración. ¿El motivo? Chelo se había apropiado de un décimo premiado perteneciente al sorteo de El Gordo. La mujer afirmó al cliente de que sus números no habían obtenido ninguna retribución, pero no era así. Había sido premiado con casi 17.000 euros. La Policía Nacional ha detenido a Chelo por un presunto delito de estafa y blanqueo de capitales e investiga si la mujer podría haber cobrado más premios engañando a sus clientes. Este diario se ha puesto en contacto con Chelo, quien ha afirmado que todo se trata “de un bulo” y que su negocio cerró debido a sus periodos de depresión.
"No sabemos qué le ha podido pasar"
Concepción compró su negocio en 2017, justo cuando abrieron los supermercados Carrefour en el Centro Comercial El Parque. Este modesto local de tiendas se ubica a pocos kilómetros del centro neurálgico de Ciudad Real. En el mismo, se encuentran distintos negocios, tanto grandes marcas como pequeñas tiendas. Allí todos se conocen y entablan conversación día a día. Cuando Chelo llegó, la impresión que dio en El Parque fue muy buena; era una persona extrovertida, amable y “que hablaba con todo el mundo”, tal y como afirma la dueña de un negocio cercano al suyo. “Nos reíamos mucho con ella, era muy simpática”, desliza la mujer.
Con el poco tiempo que Chelo llevaba en el centro comercial ya se había ganado a todos. Pero hace menos de un año, sus compañeros comenzaron a verla un poco más “desganada”. La mujer tuvo que hacer frente a la muerte de sus padres. Igual que en el terreno personal no conseguía desenvolverse de forma correcta, lo mismo le sucedía en su plano laboral. “No sé qué le pasaría por la cabeza para hacer lo que hizo”, añade la dueña de otro negocio.
Le acusan de estafa y blanqueo de capitales
La pasada semana, la Policía Nacional detuvo a Chelo. Tal y como apuntan las investigaciones realizadas, un hombre se acercó hasta la Administración de la mujer para comprobar su décimo del sorteo de El Gordo. Quería saber si había obtenido alguno de los premios que entrega Loterías y Apuestas del Estado. La respuesta de Chelo fue clara: no había obtenido ningún premio. Además, realizó una segunda comprobación que también fue negativa. Pero la realidad era muy diferente. Intranquilo, volvió a su casa y allí comprobó -gracias a que había fotografiado el boleto- que era uno de los afortunados. El hombre había ganado 16.412 euros. Tras esto, denunció los hechos ante la Policía.
Los agentes descubrieron que Chelo había cobrado el premio días después. Su Administración ha sido cerrada en una inspección y ella detenida, por un presunto delito de estafa y blanqueo de capitales. Además, los agentes están investigando si la mujer podría haber engañado a otros clientes y haber cobrado sus premios. Desde este diario nos hemos puesto en contacto con Chelo. La mujer afirma que su Administración no ha cerrado por nada relacionado con la noticia mencionada, sino por sus episodios de depresión. Además, ha apuntado que se trata todo de un “bulo”. “No quiero pensar que esto lo ha hecho la competencia”, ha añadido.
El pasado diciembre, esta Administración número 11 de Ciudad Real entregó el cuarto premio en el Sorteo de Navidad. Chelo vendió 20.000 euros correspondientes al número 67.774. Era el primero que entregaba la mujer, ya que había abierto su establecimiento apenas un año y medio antes. En su Administración había recibido diez series, de las cuales devolvió la mayoría.
Controversia en una Administración de Coruña
Pero Chelo no ha sido la única señalada en España sobre este tema. El 26 de junio del 2012 un empleado selló una apuesta automática en la Administración de Carrefour de Alfonso de Molina (A Coruña). Tenía cinco coincidencias con la combinación ganadora y el complementario. Pero no fue el único boleto que compró el cliente ese día, también hizo otra Primitiva y dos Gordos. En total, se gastó siete euros. Eran las 18.23 horas. Unos días después, el dueño de esos boletos acudió a la Administración sin saber que podía hacerse millonario en cuestión de minutos. Es decir, 7,72 millones de euros. Llevaba un premio de La Primitiva y unos tres euros por uno de los Gordos que había sellado.
Manuel Reija, el lotero, fue el primero que comprobó el décimo de lotería. Entonces, un mensaje apareció en la pantalla del terminal: "Premio superior. Lleve el resguardo a la Delegación". Pero el cliente nunca recibió su décimo millonario de vuelta. Desde entonces, ha habido varios denunciantes. El primero de ellos -al que la Policía considera como el dueño legítimo del décimo- afirmó que Manuel le había devuelto los tres euros que le correspondía con el premio de El Gordo. Por su parte, Reija afirmó que se encontró el resguardo cuando estaba solo en la administración.
Un lotero quiso cobrar un premio de La Primitiva
Durante esa misma mañana, Manuel pasó hasta dos veces el boleto premiado por la máquina. No había ninguna duda; ese décimo tenía un premio millonario. Ante la Policía, el lotero afirmó que le había "llamado la atención -el boleto- al encontrarse solo y en unas condiciones impecables, como recién salido de la terminal". Al día siguiente, entregó el décimo a la Delegación de A Coruña. Su hermano Miguel, delegado de Loterías y Apuestas en la ciudad, lo remitió a la sede de Madrid.
El 5 de septiembre, el Manuel solicitó que se le abonase a él el premio, ya que había obrado "de buena fe" al entregar el boleto. Loterías, sin embargo, encargó a la Policía Judicial que hiciese un examen de las huellas que hay en el comprobante -más de once- para intentar localizar a su legítimo dueño. El que la Policía considera como el verdadero dueño -ahora ya fallecido- denunció el 7 de diciembre de 2018. Los investigadores dieron credibilidad a su testimonio ya que coincidía con los datos aportados por los registros de las máquinas comprobadoras. Algo que, sin embargo, no hacía el relato del lotero.