La noche de Halloween terminó por convertirse en una pesadilla para Juan Antonio Verdera (24). Este relaciones públicas de una discoteca de Palma (Mallorca) había terminado su jornada cuando, de repente, se abalanzó sobre él un hombre que le seccionó el cuello con una copa de cristal y le dio un fuerte puñetazo en la cabeza.
"Este ha sido el resultado de mi noche de Halloween, terminar de trabajar y que te vengan por la espalda y te revienten una copa de cristal. Me dieron 17 puntos y gracias a Dios que no cayeron en los ojos", cuenta Juan Antonio en un mensaje que compartió en una red social.
Los hechos ocurrieron sobre las seis de la mañana, cuando el local ya había cerrado. El agredido se encontraba en la puerta de la discoteca hablando con una camarera mientras esperaba a un compañero para que le acompañara a su casa.
En ese instante, Antonio escuchó un grito, se giró y vio al que sería su agresor a escasos centímetros de él. No tuvo tiempo casi de reaccionar. "Tenía una copa de balón en la mano, me la reventó en el cuello y luego me pegó un puñetazo en la cabeza", explica la víctima a Última Hora.
"Se equivocó de persona"
Lleno de sangre, como pueden advertir en la imagen, el perjudicado entró al local para pedir ayuda a sus compañeros, que llamaron a una ambulancia. Juan Antonio fue trasladado hasta el hospital Son Espases y preciso de 17 puntos de sutura en el cuello, pues según afirma el propio agredido la herida "es bastante profunda".
El agresor, un hombre de nacionalidad marroquí, huyó corriendo del lugar tras cortar el cuello a la víctima. Si bien, la Policía Nacional lo detuvo a escasos metros de la discoteca, situada en el paseo marítimo de la capital mallorquina.
La víctima, según publica Última Hora, recuerda que cuando estaba en el hospital los agentes le enseñaron una fotografía del sospechoso cuando le estaban cosiendo el cuello y pudo reconocerlo enseguida. Sobre el detenido, Juan Antonio asegura no conocerlo y cree que "se equivocó de persona".
"La gente que me conoce sabe que soy un chico alegre, sonriente y con muy buena onda, no busco problemas y me llevo genial con todo el mundo; que me lo paguen así es una injusticia, es muy triste que haya gente así en el mundo y lo peor de todo es que yo no era el objetivo, no era yo al que querían agredir", explica la víctima en su red social.
Ante esta agresión, Antonio pidió a sus seguidores que compartiesen su publicación para que "hiciese justicia". Él relaciones públicas, que se encuentra fuera de peligro, dice sentirse ahora "asustado", pues es una persona muy social y esto le ha creado mucha inseguridad. Cuando se produjo la agresión ya no había ningún portero en la discoteca porque ya había cerrado.