El idilio de la estudiante Letizia por La Habana en 1994, a la que vuelve ahora como reina
La entonces estudiante de Periodismo fue a Cuba con amigos, sin pareja. Fue a la casa de Hemingway y perdió una pulsera de gran valor sentimental.
9 noviembre, 2019 02:52Noticias relacionadas
Aunque poco ha cambiado el Malecón habanero desde 1994 y son las mismas aguas del Caribe las que besan sus piedras en cada ola, sí es muy distinta la mujer que, a partir del lunes, lo va a visitar. Letizia Ortiz Rocasolano (47 años) regresa a Cuba un cuarto de siglo después de que lo hiciera por primera vez, con 22 años.
Aquel final de primavera de mediados de los años noventa una estudiante de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid llegaba a La Habana acompañada de un grupo de amigos de la facultad para conocer de primera mano la isla y, sobre todo, con la idea de divertirse y pasarlo bien. Este lunes el avión oficial de los Reyes aterrizará en el aeropuerto José Martí para que la Reina Letizia comience, acompañando a su marido Felipe VI, su primera Visita de Estado a Cuba como consorte. Un viaje que todos los medios cubanos y parte de los españoles han tildado como "histórico".
La primera vez que la esposa del monarca español estuvo en la isla -en la que gobernaba un todavía vivo Fidel Castro- estaba realmente entusiasmada. Como una apasionada de la lectura y fiel seguidora de Ernest Hemingway estaba feliz con la idea de conocer los rincones en los que el escritor americano, su gran amor platónico, había creado obras fundamentales de la literatura universal como Adiós a las armas o El viejo y el mar. La estancia del grupo de estudiantes era el típico combinado que hace todo aquel que quiera conocer el país caribeño de una forma un poco más asequible: tres días en la capital y otros tres en un hotel en régimen de todo incluido en la zona de Varadero, a unos 150 kilómetros de la capital cubana. Pero para ella lo importante estaba en la ciudad: aunque quería disfrutar de la playa, el sol y la juerga, la ex periodista quería recorrer los pasos de uno de sus ídolos literarios.
La ahora reina fue a la ciudad cubana en el mes de mayo. Por poco, se libró de las manifestaciones que tuvieron lugar el 5 de agosto de 1994 y que recibieron el nombre de Maleconazo. Fue una de las más importantes desde el triunfo de la Revolución y protestaban contra el Gobierno de Castro, que tenía a la población en una carestía sin precedentes.
Ajena a ello y ,como sigue acostumbrado a hacer antes de un viaje -aunque sea de trabajo-, Letizia se hizo una guía completísima y de situación con todo lo que no se quería perder en La Habana. El grupo, formado por amigos y nada de novios -la entonces pareja de la reina, Alfonso Guerrero, se quedó en Madrid. La futura reina visitó el Hotel Ambos Mundos, donde su idílico Hemingway escribió varias de sus novelas; visitaron El Floridita, donde como todos los turistas se tomaron su daiquiri; y acudieron a La bodeguita del medio, donde bebieron margaritas.
Hubo tiempo también Se hicieron fotos en la catedral y muchas otras en El Malecón. Tampoco perdieron la oportunidad de comerse un helado en el famoso Copelia, algo que la reina no olvidará porque mientras disfrutaba de su cono se dio cuenta de que había perdido una pulsera con un gran valor sentimental para ella. Esto le supuso un gran disgusto y pidió al resto de los amigos que le ayudaran a encontrarla, pero tras un par de horas desistieron.
Otra de las paradas menos turísticas que la entonces estudiante Letizia Ortiz quiso hacer fue en el barrio habanero de San Francisco de Paula. Sin embargo, sus compañeros de aventura se mostraron más reticentes en esta visita por lo que la actual reina se acercó sólo con dos amigas. Allí se encuentra la Finca Vigía, una casa clavada en mitad de un pequeño bosque que había comprado el autor de El viejo y el mar durante su idilio con la isla caribeña. En la actualidad es un museo dedicado a Hemingway en el que, al parecer, las tres chicas disfrutaron mucho, ya que se encuentra -prácticamente- tal y como el escritor lo dejó cuando abandonó La Habana en 1960 a la que nunca regresó porque un año después se quitó la vida.
En el hogar del Nobel de Literatura de 1954 se encuentra la famosa piscina que mandó construir y en la que se bañaba desnudo y, lo que más le gustó a la actual reina, una biblioteca con más de 9.000 ejemplares de libros que impresionó muchísimo a una joven Letizia de 22 años.
Tras conocer todo lo que quería saber sobre la relación Hemingway-Cuba, la Reina disfrutó de tres días de relax y juerga con sus amigos en un hotel de la costa de Varadero. A su llegada a Madrid, le comentó a todo el mundo lo mucho que le había gustado la experiencia y las ganas que tenía de repetirlo, pero seguro que nunca imaginó que sería del modo que lo va a hacer a partir del próximo lunes: como reina consorte de España.
Esta es una visita histórica: la primera que realiza un rey de España a la isla caribeña como tal. Juan Carlos I estuvo en La Habana en 1999, pero fue en el marco de la Cumbre Iberoamericana y no de una visita bilateral. El viaje se ha hecho coincidir con el 500 aniversario de la fundación de La Habana, aunque los Reyes volverán a España antes de los actos centrales de la efeméride, el 16 de noviembre, para no coincidir con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, o el nicaragüense, Daniel Ortega.
“El equipo del Rey no quería viajar ahora por varias razones. La primera es por la proximidad a las elecciones generales, ya que nos vamos a ir cuando España se levanta con los resultados de unas votaciones vitales para el país. Esto no le hacía ninguna gracia al rey. Y la segunda porque no queríamos encontrarnos con Maduro. Eso lo hemos solucionado volviendo antes y visitando Santiago uno de los días. Así lo evitamos”, confiesa a EL ESPAÑOL un trabajador de Zarzuela.
Desde el Gobierno quieren dejar claro que la visita de los Reyes no supone un apoyo al régimen encabezado en la figura de Raúl Castro, sino superar una anomalía vigente desde hace mucho tiempo, ya que Cuba era el único país iberoamericano que no había recibido la visita de un rey de España.
En esta segunda visita a la isla de los Castro, Letizia no va a poder llevar la agenda como a ella le hubiera gustado. Serán cuatro días intensos en los que los Reyes van a pasar tres en La Habana y uno -con idea y vuelta en la misma jornada- en Santiago de Cuba. “Te digo que si ella hubiera podido decidir algo las cosas se hubieran hecho de otra manera, pero esto no es una visita cultural. Esto es un Viaje de Estado que se decide con el Gobierno y el Ministro de Asuntos Exteriores a la cabeza: nosotros esta vez tenemos poca maniobra de actuación”, añade la misma fuente a este periódico.
Entre las cosas que le hubiera gustado hacer a Letizia y que no va a poder ser es tener algún tipo de encuentro con la disidencia cubana. Lo que sí tendrán, el Rey y ella, es una audiencia privada con representantes de la sociedad civil no afines, “aunque tampoco enfrentados” al régimen, apunta el trabajador de la Corona. La cita tendrá el mismo formato que el que mantuvo el presidente Pedro Sánchez cuando visitó la Habana, en noviembre del año pasado, al que acudieron artistas, intelectuales, blogueros, dueños de negocios de hostelerías o actores como Jorge Perugorría. “Lo que ha pedido la Reina es encontrarse con Leonardo Padura, que fue Premio Princesa de Asturias hace un par de años y con el que mantiene una buena amistad” destaca la misma fuente de Zarzuela.
A pesar de que el propio Ministro Borrell es quien ha cerrado los detalles de la agenda y ultimado el acuerdo marco de cooperación que se firmara con motivo de esta visita de Estado, en la Casa se han visto forzados a un viaje que consideran que no se hace en el mejor momento y temen las consecuencias que pueda tener su paso por la isla caribeña.
De hecho, la oposición cubana ya se ha hecho oír y opositores activistas pro derechos humanos, artistas y periodistas independientes, así como otros miembros de la sociedad civil cubana, han firmado en la plataforma Change.org su oposición a esta visita de los reyes de España. La disidencia cubana ve en la primera visita de Estado de los Reyes de España a Cuba una forma de proporcionar al régimen un balón de oxígeno en medio de las dificultades que atraviesa, con una grave crisis económica y las sanciones de Estados Unidos.
Así, aunque La Habana y el Malecón que reciban a Letizia el próximo lunes parece el mismo que ella conoció hace 25 años, el caso es que ni ella ni la situación que vive la isla y España son la misma.