20.00 horas. Escuela Oficial de Idiomas (EOI). Miranda de Ebro (Burgos). Vanesa R. (28), como cada semana, ha acudido a su clase de inglés. Cuando pasan unos minutos, pide ir al baño. Todo esta oscuro, apenas quedan personas en el centro. De pronto, tras salir del servicio, empieza a escuchar gritos entre un chico y una chica en el pasillo contiguo:
— ¡Para, para! (Se escuchan golpes)
— ¿Dónde estás? ¡No te vayas!
Vanesa no sabe bien qué esta ocurriendo y decide acercarse por si alguien necesita ayuda. Cuando llega al cruce del pasillo, se queda inmóvil. Un hombre, con el rostro cubierto, le apunta con un fusil de grandes dimensiones y camina hacia ella. No baja el arma cuando la ve.
En milésimas de segundo, esta mirandesa empieza a correr, llega incluso a ponerse las manos en la cabeza mientras avanza, pensando que en cualquier momento va a sonar el disparo. En ese instante, ve que un chico sale de una clase, le empuja y se mete dentro.
Es una clase de italiano, en la que no conoce a nadie. Vanesa R. advierte a todos de lo que acaba de vivir en el pasillo. Cunde el pánico en la clase y se atrincheran. Los ocho alumnos y el profesor comienzan a poner sillas y mesas delante de la puerta para que nadie pueda entrar; apagan las luces y todos se ponen de cuclillas para evitar que sean vistos por las ventanas.
"¡Era un maldito fusil!"
El terror inunda la sala. Vanesa R. comienza a tener una crisis de ansiedad. Otras personas en la sala también tienen problemas de respiración. Ante esta situación, deciden llamar a la Policía para pedir auxilio. Las horas no pasan mientras los ocho atrincherados esperan.
Cuando los agentes llegan a la clase, les comunican que en el centro se está llevando a cabo un simulacro de terrorismo. Nadie, ni los profesores que daban clase esa tarde, ni los alumnos, sabían que esa actividad se realizaba esa tarde en la Escuela Oficial de Idiomas, en Miranda de Ebro (Burgos).
"Era un maldito fusil el que me apuntaba; pensé que con el tema de las elecciones un loco estaba protagonizando un tiroteo. Después de saber lo que realmente ocurría, yo seguía en shock, solo quería irme y estar con mi familia", cuenta Vanesa R. a EL ESPAÑOL.
Aquella noche Vanesa tuvo que ir a Urgencias a causa del ataque de ansiedad que sufrió. Cuatro días después de los hechos, esta profesora sigue en shock, no puede dormir y está planteándose pedir la baja laboral. "Voy a denunciarles, no es posible que ocurran estas cosas, sin aviso de ningún tipo. Después de todo, desde el Ayuntamiento han dicho que todo salió a la perfección, excepto un sustillo. ¿Un sustillo? Un tío me apuntó con un arma", manifiesta esta mirandesa.
Operativo antiterrorista, sin aviso
Lo que en realidad se celebraba a partir de ese jueves allí era la I Convención Nacional de Sanidad Táctica. En esa jornada se utilizaron las instalaciones del Ies Fray Pedro Urbina, que comparte una zona con la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) para desarrollar talleres prácticos.
En principio, tenían permiso para utilizar las instalaciones del instituto, pero nadie sabía, ni incluso el director del centro educativo, que se iba a desarrollar un operativo antiterrorista por los pasillos, para lo que no habían sido autorizados.
Por parte de la organización de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) se reconoce el "error humano", aunque apuntan que para asumir responsabilidades primero debe averiguarse dónde se ha fallado. Las personas que participaban en el ejercicio tampoco sabían que Vanesa R. no formaba parte del ejercicio.
El instituto Fray Pedro de Urbina asume que podía haber pedido más información sobre las actividades que se iban a cometer, pero que, en cualquier caso, la zona de la EOI estaba excluida junto a otras partes del instituto porque sabían que había alumnos a esas horas. Aún así, la organización utilizó espacios no habilitados.
Entre tanto, mientras ambas instituciones se echan las culpas, Vanesa R. muestra su enfado al respecto. "De cara al público todo ha sido un éxito, salvo un pequeño incidente; como quien se rompe un tobillo. Yo no tendría porque estar mal psicológicamente y esto me ha afectado. Voy a ir al médico porque no puedo dormir. No se pueden colgar medallas después de esto, en la actividad parecían un grupo paramilitar", concluye esta afectada.