El ambiente en la sala de fiestas Panda Club (Madrid) es agitado. Entre sus lúgubres espacios se mueven varios modelos de un lado a otro. Son los nervios propios de un estreno: hoy se realiza el primer desfile de ropa íntima para transexuales de la marca Translingerie. Pionera, Silvia Matos -su CEO- ha sabido ir más allá y romper las barreras establecidas durante años respecto a la lencería. “Yo desde pequeña me sentía una chica atrapada en un cuerpo de hombre y tras estudiar Moda comencé a buscar ropa íntima que se adaptara a mis necesidades”, apunta Silvia a EL ESPAÑOL momentos antes de celebrarse el gran evento. Pero la búsqueda fue infructuosa.
Así nació Translingerie, una marca con un objetivo claro y marcado: una moda íntima que ayude a que las personas transgénero se sientan cómodas en su día a día. “Somos la primera a nivel mundial y vendemos productos que intentan cubrir las necesidades del colectivo trans”, añade Silvia. Con la celebración de este desfile la joven diseñadora pretende dar visibilidad y de paso promocionar sus colecciones, que nacen cada seis meses. Para ello, cuenta con once modelos que han sabido entender el pensamiento de Silvia y defender sus creaciones sobre la pasarela. Todo un éxito.
"Oculté mi transexualidad"
Para poder comprender la marca de Silvia hay que tener dos conceptos claros. Una persona transexual es aquella que no se identifica con su propio cuerpo. Por ello, pasan por el proceso de transición, que se basa en adaptar su cuerpo mediante una terapia hormonal que suele finalizar con una operación de reasignación. Por su parte, las personas transgénero son aquellas que se identifican con otro sexo, pero que todavía no se han sometido a una reasignación de sexo. Y muchas veces no llegan a dar el paso.
Desde bien pequeña, Silvia se dio cuenta de que era una chica atrapada en el cuerpo de un hombre. “Durante muchos años fui ocultándolo”, añade Silvia. Pero todo cambió cuando llegó a Madrid con 18 años; quería estudiar Moda. “Cuando terminé la carrera, comencé a buscar trabajo, pero sin ningún éxito en el mundo del modelaje”, apunta a este diario. Paralelamente se sometió al proceso de transición y se encontró con problemas para obtener un trabajo. “Me echaban de todos lados por ser transgénero”, explica Silvia. Por ello, para sentirse más cómoda y poder ocultar su zona íntima, consultó portales de Internet para encontrar este tipo de ropa. Pero se dio cuenta que no existía.
Tras esto, comenzó a confeccionar su propia lencería gracias a unos patrones. “Cuando mis amigas se enteraron, me pidieron que les hiciera una bragas”, explica Silvia. “Y de unas bragas creé una marca de ropa”. Así fue cómo surgió Translingerie, la primera marca de ropa para personas transgénero con el objetivo de que se sientan cómodas en su día a día. Se trata de la primera a nivel mundial y, a través de su página web, sus productos llegan a todos los puntos de nuestra geografía. “No hay ninguna empresa como la nuestra a gran escala; las demás no cubren las necesidades del colectivo transexual”, apunta la diseñadora. “No hacen colecciones como las que hago yo, que salen cada seis meses”, añade.
Las trucadoras y los blinder
Las prendas que Silvia diseña y pone en el mercado se dividen en dos clases: las trucadoras y los blinder. La primera de estas se trata de unas braguitas especiales para ocultar el pene. Por su parte, los blinder son unas camisas -también especiales- para los chicos trans antes de operarse de la masectomía. Así, pueden ocultar su pecho “y están planitos”, apunta Silvia. Porque antes de que estas dos prendas fueran claves para el colectivo, “nos poníamos esparadrapos e incluso utilizábamos calcetines”, todas ellas “unas técnicas muy rupestres y rudimentarias”.
Todavía quedan dos horas para el desfile y Silvia se está retocando el maquillaje mientras habla de forma desenfadada con este diario. Ella tiene sus valores muy claros; es una mujer que irradia poder y determinación. Para poder transmitir estas sensaciones en la pasarela cuenta con la ayuda de once amigos y amigas. Todos ellos llevan desde las tres de la tarde entre laca, lentejuelas, transparencias y pestañas infinitas.
Cada uno guarda su propia historia. Mercurio se dedica a gestionar sus redes sociales y tiene una tienda de ropa. Llegó al mundo del modelaje “de rebote” y un poco “de cachondeo”. Este joven canario combina su incursión como modelo con sus actuaciones como drag. “Sé que no soy un modelo común porque siempre que he subido a una pasarela lo he hecho como una mujer”, apunta a este diario antes de comenzar el último ensayo.
"Ponerme una peluca me dio fuerza"
Ahí, en lo 'no común' es donde reside la clave del éxito de Silvia y que muchos han interpretado cómo el punto débil de las personas trans. “Siempre te van a decir cualquier cosa, tanto en la pasarela como en la calle”, apunta Mercurio. “Yo en el colegio sufrí bullying y lo superé vistiéndome de mujer”, añade. “Ponerme una peluca y maquillaje me dio la fuerza que necesitaba”, concluye. Tanto el colectivo trans como el LGTBIQ+ luchan día a día para tener visibilidad, exponer los problemas a los que se enfrentan e intentar poner remedio a su lucha diaria. “Hay que hacerlo por las personas que no han tenido la fuerza que he tenido yo para salir adelante”, apunta Divino, otro de los ángeles de Silvia.
Este joven no se dedica profesionalmente al mundo del modelaje. “Yo soy MC -maestro de ceremonias- y produzco temas electrónicos con un mensaje reivindicativo”, explica a este diario mientras una de las peluqueras le realiza un imposible encrespado. Pero Divino, Mercurio y Nebraska -otra de las modelos- coinciden en lo mismo: la sociedad está avanzando y las cosas están cambiando. “La gente ya se da cuenta que las personas son trans desde pequeñas. Ahora ya no se identifican como mujer u hombre; definir algo ya se ha quedado obsoleto”, apunta el MC. Y también están de acuerdo en otro punto: el desfile organizado por Silvia ayuda a dar visibilidad al colectivo. “Es totalmente necesario, toda visibilidad es poca ya que somos una minoría”, añade.
Solamente en Madrid, el pasado año se produjeron 345 agresiones homófobas -tal y como informa el Observatorio Madrileño contra la Homofobia-. “Para la sociedad seguimos siendo un colectivo muy malo”, apunta Silvia. “Necesitamos que la gente sea más empática; al fin y al cabo, no están preparados para nosotros a día de hoy”, desliza la diseñadora. Para muchos de ellos, este cambio de mentalidad nace en cada casa. “Yo en mi casa nunca he visto que a nadie le llamaran maricón. Con esa base educativa, yo nunca me he dirigido así a nadie. Si tú en tu familia lo escuchas al final eres el reflejo de lo que hay en ella”, apunta Mercurio. Pero todavía queda mucho por recorrer: “Lo que hay fuera del colectivo es lo que se ha mostrado en las urnas; por lo que sí, nos queda mucho camino”, concluye Divino.
El desfile
Ya han pasado las cinco de la tarde; queda poco más de dos horas para que la sala Panda comience a llenarse de medios y personas que se han interesado por la ropa íntima de Silvia. Ella está tranquila; se mueve de un lado a otro, pero sabe que lo tiene todo controlado. Las y los modelos comienzan con el ensayo. Mientras se contonean por la alfombra roja que han colocado en la pista de baile, muestran su descaro y su seguridad. Suena reggeaton, aunque el desfile está inspirado en María Antonieta. Una mezcla entre lo más clásico del siglo XVIII con la voz de C Tangana o Don Patricio. Además, FACIALTEAM, experto en técnicas más novedosas en Cirugía de Feminización, apoyó y esponsorizó el evento.
Silvia da instrucciones de cómo quiere que se muevan sus modelos, de dónde quiere que se coloquen, les anima a que lancen besos al público. Al fin y al cabo, que se muestren cómo son y cómo muchas veces no les dejan ser. Sobre todo a ella. “A mi me han bloqueado las puertas de todo, pero con dos cojones he salido adelante”, sentencia Silvia. “No busco visibilidad, pero me he convertido en una persona que lucha por su colectivo”, aclara. Porque esa lucha se ha traducido en la creación de una marca pionera; la consolidación de su proyecto más especial con el objetivo dar un paso más en el mundo trans.
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