Si ha pasado usted recientemente la inspección técnica de vehículos (ITV), es posible que le hayan ofrecido comprar una luz de posicionamiento que sustituye al clásico triángulo de emergencia. Detrás de este artilugio está el emprendimiento de dos guardias civiles gallegos: Jorge Torres y Jorge Costas, que dejaron el cuerpo para crear Help Flash, un invento 100% español.
Esta baliza se coloca encima del coche en caso de accidente, igual que una sirena de policía. Solo con colocarla, la luz tiene un sistema de activación magnética y se enciende sola. Además de dar luz, el dispositivo está conectado con la DGT que, en caso de accidente, avisa automáticamente a los servicios de emergencia.
Se acabó aquello de salir del coche a colocar el triángulo, una acción que muchas veces ha terminado en tragedia. Este invento aparentemente simple es el sustento de una empresa con 15 empleados y sede en Vigo y Madrid. Este año han vendido cerca de 300.000 unidades y esperan facturar entre 4,5 y 5 millones de euros. El artilugio cuesta unos 20 euros, dependiendo del lugar de compra.
Esta luz va a sustituir a los triángulos de emergencia, y lo va a hacer mucho antes de lo que cabría esperar. En marzo de este año llegó el primer borrador de un decreto que va a terminar con el triángulo. El documento asegura que los triángulos “se podrán seguir utilizando hasta el 1 de enero de 2024”. Está previsto que el decreto entre en vigor en enero de 2020. Pero, ¿cómo se pasa de Guardia Civil a emprendedor capaz de cambiar la ley?
Fue en 2006, al ver Torres la cantidad de muertes que había en las carreteras y que ese número iba en aumento. "Mejoran las tecnologías, mejoran los coches, pero esa cifra no se reduce. Es la única estadística que empeora". Torres se empeñó en buscar una solución y tardó bastantes años, también porque evidentemente, tenía su trabajo. "Los dos somos Jorge y los dos éramos guardias civiles".
Torres dedicaba su tiempo libre a pensar en algo que ayudase a reducir los atropellos. Los dos ex guardias civiles han perdido a amigos en la carretera o conocen a alguien que tiene secuelas de por vida por colocar el triángulo con el que pretenden acabar. "Aquí lo llamamos de cachondeo un trozo de plástico que no cumple su función". Para crear Help Flash se planteaban varios problemas. Uno, que el led todavía no estaba muy extendido. Otro era que tuviese un tamaño compacto para estar en cualquier sitio del coche.
Una patente y mucha tecnología
Jorge Torres nació hace 51 años en Orense. Poco después de hacer la mili se metió a la Guarcia Civil. Allí, trabajó en Tráfico y en la Policía Judicial. Es la mente detrás de este artilugio, en el que lleva trabajando desde 2006. Tuvieron que pasar nueve años para conseguir el primer prototipo; y otro año más, para que les llegara la primera tirada de producción.
—¿De dónde le viene este afán de creación?
—Mi deseo desde niño era ser ingeniero. Pero mi padre falleció siendo yo muy joven y mi vida dio un cambio espectacular y acabé en la Guardia Civil para ayudar a mi familia.
Torres asegura ser un "trasteador" desde los 10 o 12 años. "Mi padre era arquitecto y se partía de risa conmigo, porque le aparecía cada semana con un artilugio nuevo. Es algo que llevo dentro".
Aunque pueda parecer sencillo, el dispositivo Help Flash encierra una patente y mucha tecnología. La patente es el mecanismo que permite que la luz se encienda en cuanto el imán toca la chapa del coche. No hay que darle a ningún botón. La explicación de esto: la simplicidad. “En el momento de un accidente, no piensas. Hasta conductores experimentados y camioneros no saben cómo reaccionar. Tiene que ser todo muy intuitivo”.
Además el artilugio no se limita a iluminar, si no que está conectado con la DGT. “Algunos medios han publicado cosas como la luz que se conecta con la Guardia Civil y no es del todo cierto. Está conectada con la DGT 3.0, que a su vez está conectada a la Guardia Civil, el 112 y las aseguradoras”.
Es decir, Help Flash hace la llamada de emergencia. “Al activar la luz, la DGT sabrá de forma anónima que ahí hay un coche averiado, actuará como hub y avisará a estos servicios, incluidos los paneles de las autopistas, de manera que los conductores que vengan detrás sepan que ahí hay un coche parado”. Este servicio de la DGT es único en el mundo y ya se está trabajando en implementar en toda Europa y de manera gratuita. En ese momento, Help Flash tendrá Europa por Montera.
“Intentamos convencer al legislador de lo bueno que era nuestro proyecto”, resume Costas. “Aunque en realidad quienes más presionaron fueron las asociaciones de afectados por accidentes de tráfico. Hay gente que ha perdido las piernas por poner un triángulo. Estas personas son las que han ido al Gobierno a cambiar esa legislación. Al final la DGT nos llamó a nosotros”.
¿Cómo venden tanto?
Jorge Costas nació en Vigo hace 37 años. A diferencia de su compañero, sí que pudo estudiar: es ingeniero de telecomunicaciones. Pero igual que Torres, también tuvo que entrar en la Guardia Civil por necesidades económicas. Igualmente, también trabajaba en la Policía Judicial. Help Flash es su tercer —y único con éxito— intento de emprendimiento. Anteriormente montó dos empresas, entre ellas una de reparto de comida (“tipo Just Eat”). Siempre tuvo ganas de emprender y hacer carrera fuera de la Guardia Civil. En 2016 llegó a un acuerdo con su compañero: él se encargaría de la parte económica y Torres de la creativa-tecnológica.
“Esta empresa comenzó con cero euros. De repente dejamos nuestro trabajo estable para emprender. ¡Imagínate el lío en casa! (risas). Fue una aventura llegar hasta aquí”, recuerdan los emprendedores. “Todos los empleados empezaron sin cobrar”.
Actualmente, los 15 empleados cobran su sueldo —como resulta lógico— y la empresa vende 300.000 unidades al año. Curiosamente, este producto no triunfa en los espacios comerciales convencionales. Sus mejores aliados son otras empresas, que les compran grandes lotes.
El producto fue homologado por Applus en 2018. Esta empresa de control de calidad también tiene muchas estaciones de ITV. “Casi todos los empleados [de Applus] lo tienen en su coche, aquello corrió como la pólvora. Entonces nos llamaron las ITV para venderlos ahí. ¡Lo que más nos sorprende es que venden muchísimo! ¿Y sabes por qué es? Porque le explican a la gente lo que es. Si tú lo ves en una tienda, no tienes ni idea de qué es y no lo compras. Pero si te lo explican, la cosa cambia”.
Lo mismo ocurre en los concesionarios. “El noventa y tantos por ciento de las ventas son a marcas de coches. Algunas lo dan como regalo promocional. Es un detalle que aporta valor”. Y también los talleres: “Este año Carglass compró de golpe un gran lote de unidades”. En la web o en los espacios de retail, las ventas son anecdóticas.
—¿Nadie les ha copiado la idea?
—En España hay otra empresa en Bilbao que tiene también el producto homologado. También se vende en Corea del Sur o en México. Es curioso que llegue hasta allí y no a Portugal (risas). Eso es gente que ha visto el negocio aquí y se ha ido y lo ha montado allá.
Viendo estas cifras no extraña ver las ganancias. Recordemos la previsión de facturación para este año: entre 4,5 y 5 millones de euros. “El año anterior multiplicamos los ingresos por cinco. Todos los años nos hemos multiplicado, por lo menos, por dos”, afirma Costas. Y sus previsiones de crecimiento apuntan muy alto, sobre todo cuando se apruebe el decreto que termine con los triángulos. “Está yendo muy, muy bien”.
Pero las cifras no son la mayor preocupación de los creadores de Help Flash. Los dos Jorges subrayan la vocación social de su negocio. Una actividad que, sobre todo, ayuda a salvar vidas. Para hacer hincapié en este aspecto, tienen previsto patrocinar un camión del Dakar conducido por Albert Llovera, un piloto discapacitado. “Sí, somos un negocio; sí, ganamos dinero. Pero lo que nos importa de verdad es salvar vidas”.