Del crucero al todoterreno de alta gama, los viajes en jet privado a Hollywood, las vacaciones en una mansión paradisíaca de Las Bahamas o las lujosas propiedades —y poco sostenibles— en Madrid. Son solo algunos ejemplos de la forma y estilo de vida de la familia oscarizada Bardem-Cruz. Hasta el viernes pasado, poco o nada importaba cómo vivían o gastaban su dinero los actores españoles más internacionales, o en qué campañas publicitarias decidían trabajar. Pero el agitado discurso de Javier que puso el broche final a la Marcha por el Clima, en el que insultó al alcalde de Madrid o al presidente estadounidense, hizo pensar a más de uno si este tándem hollywodiense podía dar lecciones sobre ecologismo o sostenibilidad.
El actor de Biutiful debía servir de telonero a la activista medioambiental Greta Thunberg, que había llegado hace unos días a la Península tras un periplo de 20 días en catamarán. Pero el actor se convirtió en protagonista con su speech e hizo sombra hasta a la mismísima niña del cambio climático. Bardem pidió altura a los líderes políticos para hacer frente a la emergencia climática y tachó de estúpido, en primer lugar a Donald Trump por abandonar el Acuerdo de París, y después, a José Luis Martínez Almeida por querer eliminar Madrid Central.
Al día siguiente, Bardem aparecía en los titulares de los periódicos por la Marcha del Clima, que congregó a 500.000 personas —según la organización—, y pocos hablaban de la multitudinaria manifestación de Fridays for Future, que había lanzado un grito de auxilio al resto del mundo. Aunque el perdón del actor llegó, y admitió haber hecho un flaco favor a la causa, la polémica estaba servida y las redes sociales le criticaron porque, precisamente, alguien como él y su mujer no podían predicar con el ejemplo.
"¿Qué méritos tiene para leer el manifiesto por la Marcha del Clima?". Fue la pregunta que lanzó al aire el alcalde de Madrid, cuando fue entrevistado en Cope. "¿Tiene coherencia personal y personal para poder hacerlo?", añadió, contestando a las formas de Bardem en la manifestación. Y lo cierto es que, según ha podido comprobar este periódico, la pareja de actores española no es precisamente sostenible.
El vehículo más contaminante
En primer lugar, basta con fijarse en cómo se desplazan los Bardem-Cruz por carretera, o en la ciudad. En la mayoría de ocasiones, el matrimonio utiliza el Lincoln Navigator, un todoterreno de lujo que, a su vez, es uno de los vehículos que más gasolina consume del mercado y, por tanto, más contaminante.
La marca de este vehículo pertenece a Ford; es un coche que no se vende ni en Europa ni en España, sino en Estados Unidos, donde es utilizado por estrellas de rap. El todoterreno tiene dos características: su enorme tamaño y su gasto de combustible. El Lincoln Navigator pesa dos toneladas y medio, mide 5,3 metros de largo y tiene siete plazas. Con esas dimensiones, Javier y Penélope no podrían entrar en la mayoría de los aparcamientos de Madrid Central —aunque es posible que la pareja tenga chófer—, no cabría ni por la puerta de un garaje convencional.
El todoterreno tiene un motor de 5,4 litros de cilindrada y consume 17 litros por cada 100 kilómetros, es decir, altamente contaminante. Para establecer una comparación, en Europa el consumo de un coche estándar es de 1,5 o 2 litros por cilindrada, lo que supondría 19 kg de emisiones de CO2; el motor del Lincoln gasta mucho combustible y por eso circula, sobre todo, en Estados Unidos donde la gasolina es más barata.
Viajes en jet privado
Debido a su profesión, Penélope Cruz y Javier Bardem también tienen que desplazarse numerosas veces al año a Los Ángeles (California) para rodar películas y series en Hollywood; y también a aquellas partes del mundo que exija el guión. A veces lo hacen en avión, y otras en un jet privado. De Madrid a Los Ángeles hay una distancia en linea recta de 9357 kilómetros; si usted coge un vuelo para hacer este trayecto eso supone un total de 1122, 8 km de CO2 a la atmósfera, solo por pasajero, según la calculadora de emisiones del Gobierno de Aragón.
Ahora, imagine lo que han podido contaminar los dos actores en los más de veinte años que llevan trabajando al otro lado del charco; o cómo habrán contribuido a la huella de carbono (el impacto que nuestros hábitos y actividades cotidianas tienen en el clima y la atmósfera terrestres, medido en kilogramos o toneladas de CO2). Uno de los motivos por los que la activista Greta Thunberg, de 16 años, nunca coge aviones y siempre se mueve en barco, tren o coche eléctrico.
Además, los actores de Jamón, Jamón también acostumbran a coger vuelos para disfrutar de las vacaciones veraniegas. Las últimas fueron en una mansión de Las Bahamas, en medio de la selva caribeña y con playa privada. Una lujosa fortaleza de la que también disfrutan otros actores de Hollywood y que ha sido levantada tras cortar cientos de palmeras e invadir un territorio natural.
Esta casa acristalada de cientos de metros cuadrados también tiene varias hectáreas de jardines y piscinas; así como servicios de lujo como un barco para diez personas, tratamientos de spa y un chef privado.
Cruceros de lujo y mansiones
Las críticas de los internautas también han ido dirigidas hacia Penélope Cruz por anunciar una marca de cruceros desde hace algunos meses. Los cruceros de lujo, como los que promociona la actriz española, contaminan cinco veces más que el total de los vehículos que circulan en la Península, según un estudio de la Federación Europea de Transporte y Medioambiente.
No obstante, la actriz no solo anuncia empresas de cruceros, también trabaja con firmas de cosméticos internacionales —digamos, poco ecológicas— con las que tiene contratos millonarios. Según publicaban algunos medios, en 2000, la actriz de Volver ya facturaba dos millones de euros por hacer anuncios con marcas de cosmética y perfumes.
Por último, las propiedades que tiene el matrimonio tampoco parecen, a priori, demasiado sostenibles. El actor internacional compró en 2015 un lujoso ático en el Barrio Salamanca, en la zona centro de Madrid. El inmueble tiene 350 metros cuadrados y un valor de aproximadamente dos millones y medio de euros. No es la única vivienda que posee el matrimonio, Penélope Cruz aún conserva su villa en Valdelagua, una lujosa urbanización situada en en San Agustín de Guadalix, en la Sierra de Madrid. La vivienda está compuesta por enormes jardines, jacuzzi y seguridad privada, todo ello después de que contratasen la reforma de la vivienda con el arquitecto Joaquín Torres en el año 2010. Ese mismo año se casaron en secreto en una isla de Las Bahamas; lugar hasta donde no solo ellos llegarían en avión, sino también todos los invitados.